En la población de Tocoa, en la región del Bajo Aguán se realizó entre el 16 y 20 de febrero el Encuentro de Derechos Humanos en Solidaridad con Honduras.
Convocado por 45 organizaciones sociales de toda Latinoamérica, la actividad estuvo centrada en denunciar y visibilizar la grave situación de violencia y violación a los derechos humanos e impunidad que aun persisten en el país centroamericano. También se propuso fortalecer los vínculos de solidaridad entre los pueblos e intercambiar experiencias para buscar estrategias comunes de lucha.
El encuentro inició con un homenaje a los caídos desde que comenzó la lucha contra el golpe militar en junio de 2009. Luego tomó la palabra el padre Fausto Milla, “esta semilla, esta planta preciosa llamada Resistencia, por mucha sangre que se ha derramado, ha sido regada y esto sigue creciendo incontenible”, afirmó el también Comisionado de la Comisión de Verdad.
En el acto de inauguración del encuentro participó el ex presidente Manuel Zelaya, quien se mostró decepcionado al observar que la situación de los derechos humanos no se modificó con su retorno al país. “Parecía que mi retorno iba a ayudar a disminuir las violaciones a los derechos humanos, pero ha continuado de una forma vergonzante la represión contra el pueblo hondureño. ¿El incremento de estas violaciones corresponde a un incidente, al azar o es un hecho premeditado? Yo creo que obedece a leyes y decretos del mismo Estado, que legitiman la impunidad que permanece desde el golpe. Cuando la impunidad es generalizada, ésta corresponde a un plan”, denunció Zelaya, actual coordinador del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
El encuentro dejó también un espacio para la cultura, se contó con la participación de los trovadores cubanos, Lázaro García y Vicente Feliú, quienes amenizaron la jornada de inauguración.
Alrededor de 1200 delegados se reunieron en esta golpeada región de Honduras donde discutieron sobre la frágil situación de los derechos humanos de ese país y delinearon estrategias de resistencia. El encuentro fue impulsado por el Observatorio Permanente de Derechos Humanos en el Aguán, zona eminentemente campesina y foco de los atropellos más violentos por parte de las fuerzas de seguridad y del sicariato
Son 54 los campesinos asesinados durante los últimos 2 años, la mayoría por sicarios enviados por el tristemente célebre empresario Miguel Facussé. Los familiares de las víctimas narraron las situaciones que viven día a día. Eriberto Palacios, padre del periodista asesinado, Nahum Palacios, fue uno de los participantes.“Nahúm era periodista y su único delito fue haber dicho que la tierra del Bajo Aguán es de los campesinos, no de los terratenientes”, declaró.
Esta región se encuentra militarizada por orden del gobierno, a raíz de las reiteradas luchas que los campesinos organizados en el Movimiento Unico Campesino del Agúan (MUCA) vienen llevando adelante.
El encuentro funcionó con diferentes talleres que analizaron problemáticas de género así como temas relacionados con la ñinez y temáticas de los pueblos indígenas y afrodescendientes.
Otro de los temas tratados fue el proyecto de Regiones Administrativas Especiales, también conocidas como Ciudades Modelos, aprobado por el Congreso Nacional hace un año. Se trata de la venta de territorios hondureños a empresas que construirán urbanizaciones, desplazando a los campesinos e indígenas que los habitan. Estas zonas no estarán sujetas a la legislación nacional, y las empresas compradoras podrán crear sus leyes, tribunales y su propio sistema sanitario y educativo. “Se trata de la venta de la soberanía del país, es una humillación para nosotros los hondureños”, denunció Alfredo López, vicepresidente de al Organización Fraternal Negra Hondureña.
Lamentablemente, mientras se desarrollaba esta actividad de solidaridad y resistencia, el Ejército hondureño no quiso ser menos y volvió a demostrar que continúa persiguiendo a quienes luchan contra el régimen impuesto luego del golpe de estado. El domingo 19, efectivos militares detuvieron y amenazaron a un grupo de delegados del Encuentro que se dirigían en una caravana de seis vehículos hacia la comunidad de Rigores, en el Bajo Aguán. Los periodistas que se encontraban entre ellos denunciaron que fueron amenazados con quitarles los equipos de trabajo si continuaban tomando fotos y registrando vídeos. Finalmente los dejaron continuar con su camino.
El encuentro finalizó con la Declaración del Encuentro Internacional por los Derechos Humanos en solidaridad con Honduras y con el compromiso de continuar la lucha.