Por Orlando Agüero. Distintas centrales obreras del país convocaron a un paro general con diversa duración y diferentes métodos. Viejas disputas y nuevos protagonismos. Qué es lo que realmente está en juego.
El miércoles 27 de agosto desde el mediodía la CTA comandada por Pablo Micheli comienza su medida fuerza de 36 horas. Doce horas antes que la huelga convocada por la CGT de Hugo Moyano y la CGT Azul y Blanca a cargo del gastronómico Luis Barrionuevo. Estos comenzaron su mandato de protesta a las cero horas del jueves 28 de agosto. Ya desde el inicio de la movida pudimos observar que existió en la intención de estos protagonistas, a pesar de coincidir en el día de la jornada, de encontrar claves que los diferenciara a la hora de ser leídos por la expectante sociedad que los observa.
También hubo matices marcados en relación a que métodos encontraron para el desarrollo de los reclamos. Mientras los michelistas eligieron la movilización para abrir la medida de fuerza, los segundos eligieron el bajo perfil y no convocaron a ninguna clase de manifestación callejera. Queda claro para los tres convocantes las composiciones internas de cada espacio. Mientras ambas CGT’s cultivan una tradición de burócratas verticalistas, que obedecen sin titubear las directivas de sus jerarcas, la CTA de Micheli está casi obligada a aliarse a los sectores formados por los partidos tradicionales de izquierda.
Esta situación incide básicamente en la diferencia marcada en el pliego de demandas que cada sector convocante pregona. Es decir, mientras la burocracia cegetista impulsa como principal punto el problema del impuesto a las ganancias en los salarios de sus trabajadores, la CTA reclama como punto número uno la suspensión inmediata de despidos de trabajadores. Sin embargo, además de estas diferencias, hay que destacar que los cortes y piquetes no fueron solo realizados por la izquierda partidaria, si no también por un sindicalismo nuevo en la lucha, combativo y anti burocrático que intenta hacerse un lugar dentro del duro escenario político-sindical.
El papel de la izquierda
También la izquierda juega un rol protagónico en esta disputa, aunque sabiendo que los convocantes son otros y que la conferencia de prensa final los desconocerá y no capitalizará. Sin embargo, la decisión de marcar un perfil propio a través de cortes y piquetes en accesos importantes de la ciudad como el Puente Pueyrredón y Panamericana, los diferencia tanto de los gordos de la CGT como los de la CTA. Además la concurrencia de trabajadores de las principales plantas fabriles que actualmente se mantienen en conflicto les otorga un plusvalor que desearían poseer los convocantes de la medida.
Así es que en este bloque mostrado por la izquierda de nuestro país se pudo observar una importante apuesta del activismo del tradicionalismo partidario, con sus banderas y sus colores identitarios, pero también de un sinnúmero de comisiones internas nuevas, de corrientes políticos sindicales novedosas que indican algo así como un semillero de nuevos valores sindicales que luchan y se organizan por cambiar la realidad de la representatividad de la clase trabajadora para en algún momento desplazar al viejo gremialismo, entre medio de un universo casi totalmente dominado por una burocracia que por años ha desatendido los verdaderos reclamos de los trabajadores.
El rol del gobierno
El gobierno desde hace rato viene desarrollando un análisis donde pone como piezas de un mismo plan a los intentos desestabilizadores de la banca buitre transnacional con los trabajadores que son despedidos y luchan por defender sus puestos de trabajo. Así es como se las arregla para hacer coincidir la legítima demanda de las comisiones internas de las plantas en conflicto con los intereses políticos de los sectores más concentrados de la derecha que se expresa políticamente con los opositores al gobierno. Por eso es que, con esta matriz conceptual de análisis, plantea la incompatibilidad de la izquierda con Barrionuevo y Moyano, agitando el fantasma de la funcionalidad de la izquierda para con la derecha y el sindicalismo burócrata.
Parece ser que desconociera su propia apuesta a la burocracia sindical de Gerardo Martínez de la UOCRA, o a Alberto Pignanelli del SMATA, aliado de las patronales en el marco del despido y suspensión de cientos de trabajadores de su rama. Además pensar en funcionalidad a la derecha conlleva a precisar de qué clase de derecha hablamos, sobre todo luego de las represiones y declaraciones xenófobas formuladas por el Secretario de Seguridad Sergio Berni.
Sin embargo, la línea con la que el gobierno salió a bancar el paro, deja para su orden interno un acuerdo básico que pone bien claro los límites. A pesar de hacerse un poco más amargo el trago para parte de su militancia, establece un adentro y un afuera bien demarcados que son hasta ahora correctamente aceptados en el amplio arco kirchnerista. El desconocimiento de la medida por parte del gobierno nacional, no alcanza para deslegitimar una situación de disputa que pugna por hacer ingresar distintos temas en la agenda política próxima.
¿Todos ganan?
En este marco, donde los diferentes sectores que se disputan el protagonismo político en rededor del paro, deja entrever que todos tienen algo para capitalizar en mayor o menor medida. Esto es así porque el tenor de la situación no se da en términos de alguna marcada bipolaridad, sino en un conglomerado multipolar que pone en escena a varios actores que buscan referenciarse de cara a las disputas electorales del 2015. Sin dudas que el tándem Moyano-Barrionuevo, capitalizan el mayor porcentaje del paro, por ser los convocantes y quienes condujeron de alguna manera la medida de fuerza. Esto genera que el beneficio político colateral lo obtengan en general, los sectores ligados al massismo y al macrismo.
Un porcentaje no menor, pero bastante subdividido obtuvo la CTA de Micheli. El diferenciarse parcialmente de los gordos, y habilitar la movilización y su alianza con espacios de la izquierda le permitió atesorar postura y firmeza de cara a su activo militante, en relación a su propuesta centro-izquierdista materializada en UP, armado donde Víctor De Gennaro es candidato a presidente.
La izquierda partidaria, con fuerte presencia en los cortes y piquetes, lejos de los gordos y los michelistas, también se vieron acaudalando capital político hacia los sectores sociales que representan, afianzando al FIT hacia el año que viene en una clara identificación con la lucha y la defensa de los trabajadores en conflicto. El gobierno, si bien acusa el golpe, también sale fortalecido ya que supo encontrar la veta desde donde hacerle frente al paro, solidificando sus bases fundamentales de sustentación, aquellas que le brindan los votos a la hora de poner en disputa el modelo ante las elecciones. Visto así, pareciera ser que todos ganan, sin embargo no todo es color de rosas.
Cortes por desalojo Bº Papa Francisco y nuevos protagonismos
Los pliegos reivindicativos de las Centrales obreras que convocaron a este paro, contemplan muchas demandas, éstas apuntan a resolver los problemas de un sector que si bien es importante en el mundo de los trabajadores, deja a otros tanto por fuera de los reclamos. Este es el caso de los trabajadores y trabajadoras más pobres de la escala salarial, quienes ganan del básico hacia abajo y tienen que resolver sus problemas en el día a día.
Por ejemplo el miércoles antes de que comience la convocatoria de la CTA, un arco muy importante de organizaciones sociales, como el Frente Popular Darío Santillán, Villas al Frente, la Corriente Villera independiente, los delegados de las familias del barrio desalojado y decenas de agrupaciones ligadas al problema de la tierra y la vivienda, realizaban una importante movilización por el centro de la CABA, poniendo el énfasis en el repudio al desalojo de las más de 400 familias del barrio Papa Francisco de la zona de Lugano.
La insistencia, tanto del gobierno de la ciudad como del nacional, en resolver estos problemas con represión en vez de solucionar el verdadero problema de vivienda que tiene la ciudad, es una muestra de que ni el gobierno, ni los convocantes al paro han sabido reparar en encontrar una salida real a esta problemática. Por eso dentro los cortes que se llevaron a cabo en esta jornada, también se expresó un sector no contemplado en las demandas. Un espacio que expresa otra disputa. Las y los de abajo. Aquellos que con mucho esfuerzo lograron conducir pequeños-grandes espacios. Así es que se pudo observar además de los actores que ya nombramos, cortes con visible protagonismo de la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas que nuclea diversas expresiones sindicales combativas de diversas ramas de trabajadores.
Así es que las y los trabajadores más pobres de la escala, las y los que luchan por una vivienda digna, confrontan y se organizan en contra de la precarización del trabajo y de la vida, formulan un espacio que también pugna en medio de este escenario de disputa, pero en este caso, buscando respuestas concretas para este sector olvidado en las políticas de los gobiernos, las patronales y las burocracias sindicales.