En el marco de la “Cumbre de los Pueblos” que se lleva a cabo en Río de Janeiro y a la par de la cumbre internacional Rio+20, el domingo pasado se realizó una marcha por los derechos de las mujeres. En esta nota, las voces de las participantes y las críticas al documento oficial de la cumbre en perspectiva de género.
En Río de Janeiro se está llevando a cabo la cumbre Rio+20. Esta cumbre es impulsada por Naciones Unidas y el objetivo es que se discutan soluciones a la crisis ambiental y alimentaria del planeta. Sin embargo, la propuesta central de dicha cumbre es impulsar el modelo de desarrollo conocido como ‘economía verde’ que es denunciado por los movimientos sociales como una “reprimarización” de las economías y la profundización del modelo extractivista y del agronegocio.
Por este motivo, movimientos y organizaciones sociales de todo el continente se han reunido en Río de Janeiro y están llevando a cabo la denominada “Cumbre de los Pueblos”. Allí, inspirado en el respecto de los bienes naturales y la soberanía de los pueblos sobre sus territorios y recursos, se intentará plantear una alternativa a la propuesta de la cumbre oficial.
“Ni la naturaleza ni nuestros cuerpos son mercancías”
El domingo pasado y como parte de las actividades de la “Cumbre de los Pueblos” se realizó una movilización por las calles de Río de Janeiro por los derechos de las mujeres. La legalización del aborto, el respeto a la soberanía de las mujeres sobre sus cuerpos y los derechos igualitarios fueron algunas de las reivindicaciones de diversos movimientos feministas y organizaciones sociales que se hicieron presentes, bajo la consigna “¡Mujeres contra la mercantilización de nuestros cuerpos, nuestras vidas y la naturaleza!”.
“Estamos aquí para decirles a todos los presidentes que se juntan que nosotros no queremos esta ‘economía verde’ que ellos le llaman” dijo Lurde Guancatensio de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú. “Lo que nosotras queremos es la soberanía alimentaria, el respeto a la tierra, al agua, a las semillas, que nos dejen vivir en paz” concluyó.
Juana Batzival, miembro de Convergencia Maya de Guatemala sostuvo por su parte que “la solución real es eliminar de nuestros territorios este sistema capitalista que solo busca la acumulación a través de la destrucción. Entonces creemos que la filosofía, la forma de vida que los pueblos originarios han planteado es la solución para esta gran problemática a nivel mundial”. Mientras que Silvia Juarez de la Red de Mujeres Campesinas de Uruguay aseguró que la lucha es “por la salud, por la educación, pero a su vez por temas como la semilla criolla, el no al agronegocio, no a la forestación y si a defender las fuentes de agua” y eso es “lo que nos trajo hasta acá el día de hoy” concluyó.
También se hizo presente en la movilización Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora de Argentina quién defendió la movilización y la realización de la “Cumbre de los Pueblos”: “nosotros, los pueblos, tenemos que seguir luchando para que por fin podamos vivir todos con dignidad en todos los países del mundo. Y que la gente no sea perseguida por luchar y por buscar sus ideales. Así que por eso estar acá es bueno”. Y agregó, haciendo alusión a la cumbre oficial, que en “estos 20 años no avanzamos en la felicidad de los pueblos, tenemos que buscar la manera de que no pasen 20 años más para que tengamos que tener logros”.
“Tenemos que superar ese modelo, pero para eso tenemos que superar la división sexual del trabajo, que no reconoce nuestro trabajo como trabajo, que dice que tenemos que hacerlo por amor o por la culpa que cargamos. Estamos exigiendo el reconocimiento del trabajo de las mujeres, que la división sexual del trabajo deje de existir también en el trabajo productivo”, enfatizó Nalú Faria, de la Marcha Mundial de Mujeres. La cuestión no es solamente de sustentabilidad ambiental y sí de construccion de otro modelo de producción y consumo que garantice condiciones de igualdad. “Para conseguir eso tenemos que estar libres de todas las formas de opresión, pensar no solo en armonía con la naturaleza sino también en la armonía entre humanos y humanas. Eso significa erradicar la violencia, que los hombres dejen de estar a servicio del capitalismo, dejen de golpearnos y acosarnos. Significa tener el libre ejercicio de nuestra sexualidad, el derecho al aborto. Por eso vamos seguir fortaleciendo nuestra lucha contra el capitalismo verde y exigir que nuestras demandas sean reconocidas incluso por nuestros compañeros de lucha”.
Finalmente, Perla Álvarez de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas de Paraguay afirmó contundente: “Nuestra presencia, tanto en esta marcha como en las otras que vamos a estar participando, va a ser un acto de denuncia y de propuesta de cara a la cumbre oficial de los gobiernos”.
La dirigente campesina, quién habló también el día lunes en el acto que se realizó en Aterro do Flamengo (ver Vamos caminando, aquí se respira lucha) aclaró que están “en contra del ‘capitalismo verde’ que plantean los gobiernos como propuesta”. Además aclaró que “desde nuestra visión en la vía campesina, la solución es la agroecología” porque “ni la naturaleza ni nuestros cuerpos son mercancías”.