La ANSES acaba de refinanciarle a Daniel Scioli el préstamo de 600 millones de pesos otorgado el año pasado para que el gobernador pague el medio aguinaldo a los empleados bonaerenses. A días de su vencimiento, un guiño concreto desde Nación por el encolumnamiento en la actual campaña electoral.
Muchos se sorprendieron cuando el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, se sumó con toda firmeza a la campaña que encabeza el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, por la diputación nacional del kirchnerismo en su distrito.
Muy atrás quedaron los partidos de fútbol con Hugo Moyano, sus coqueteos con Clarín y las últimas conversaciones sotto voce con De Narváez. Ahora sus palabras son ataques furibundos a Sergio Massa (principal opositor en la elección provincial y con fuertes ligazones con el macrismo) y defensa del “modelo”.
Como una nueva muestra de ello, el lunes 22 de julio, el jefe de su gabinete de ministros, Alberto Pérez, señaló que Massa “es un intendente ingrato y desagradecido”, y le pidió que no se jacte de tener superávit en su municipio cuando Tigre tiene la peor cobertura de cloacas y la mayor mortalidad infantil de toda la provincia de Buenos Aires. Pérez se sumó de esta manera a las declaraciones que desde hace semanas su jefe político -actualmente en Rio de Janeiro junto al papa Francisco- viene realizando. Recordemos sus últimas dos frases célebres: “Con el modelo se está o no se está. No se está media embarazada” y “como dice el paisano, no hay que cambiar de caballo en medio del río”, ambas pronunciadas en medio de sus ahora asiduos actos conjuntos con los precandidatos kirchneristas en las futuras elecciones legislativas.
Scioli parece haber acusado recibo del pedido de la nueva jefa de la bancada kirchnerista en el Congreso, Juliana Di Tullio, que le exigió meses atrás “que aguante los trapos”. Y Scioli ahora los aguanta, aunque no gratuitamente.
El “giro” de Scioli y del “sciolismo” puede interpretarse de muchas maneras. Se adujo que la aparición electoral de Massa es una competencia directa, dentro del peronismo, para el actual gobernador de cara a 2015, ya sea por su propio armado como por su alianza con Macri.
Pero hay una cuestión mucho más actual y concreta que parece vislumbrarse. En pocos días vencía el plazo para el pago de los más de 600 millones de pesos -más los 30 millones de intereses- que la ANSES le otorgó en forma de préstamo a la gobernación bonaerense el año pasado, cuando la falta de dinero para pagar el medio aguinaldo a los trabajadores de la provincia generó un fuerte cimbronazo político.
Este lunes, junto con las palabras de Pérez, se conoció que el ente encabezado por Diego Bossio decidió refinanciarle el préstamo a Scioli hasta 2014, es decir, que no debe desembolsar ese dinero ahora y tendrá una mayor tranquilidad económica hasta fin de año. Esta decisión parece ser un “reconocimiento” por el encolumnamiento del gobernador con la presidenta en la actual coyuntura electoral.
Por eso, el “giro” no es solamente de Scioli, sino también del propio gobierno nacional. Las tensiones entre ambos sectores llevaron a que menos de 60 días atrás las críticas al gobernador arreciaran y que sus candidatos quedasen muy atrás en las listas electorales del oficialismo. Hoy nuevamente el kirchnerismo parece no lograr salir de una paradoja. Con un discurso progresista, nacional y popular, para hacerle frente a la derecha requiere de uno de los más conservadores de sus candidatos, Daniel Scioli, ante quien sectores que hoy conforman parte del propio gobierno (como por ejemplo el sabatellismo entre otros) hasta hace poco tiempo atrás le armaban listas de oposición y lo cuestionaban públicamente.
Este “gesto” económico, además, puede no ser el único del mejoramiento de la relación política, pues la Casa Rosada estudia autorizar a la Provincia a emitir un bono por 200 millones de dólares, y ya le autorizó un endeudamiento por casi 2.000 millones de pesos para la realización de obras luego de las inundaciones en La Plata.
Pertenecer tiene sus beneficios, y Scioli lo entiende.