“Un desalojo otra ocupación”, grita una joven por las calles de Madrid. “Qué pasa, qué pasa, que no tenemos casa”, vocifera un señor de mediana edad en Tirso. “Familia desahuciada casa ocupada”, es la voz de la multitud que los rodea.
Cientos de personas marcharon por la capital española ayer por la noche en rechazo al desalojo del Hotel Madrid y del Teatro Albéniz. Esta convocatoria surgió de la asamblea que se realizó durante la manifestación del lunes por la noche. Los indignados desfilaron durante varias horas por las calles céntricas de Madrid, y al comenzar su recorrido en Tirso, leyeron un manifiesto contra los desalojos sufridos por los ocupantes en ambos lugares.
El lunes, a las 7 de la mañana, con un gran despliegue policial, agentes antidisturbios entraron al hotel que se encontraba ocupado por familias sin hogar organizadas en el movimiento de los indignados. También desalojaron el Teatro Albéniz, edificio adyacente que albergaba más familias.
En el operativo detuvieron a 28 personas por no contar con su documentación, pero fueron liberados durante esa misma tarde. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid informó que se les abrieron expediente por infringir la Ley de Extranjería, al residir irregularmente en el país. Otras 103 personas fueron identificadas durante el desalojo y acusadas de usurpación. Pese a que los ocupantes no se resistieron al procedimiento, la policía impartió golpes a quienes gritaron consignas contra la medida.
A la vez que se desalojaban estos dos edificios, se procedió de igual modo con otro espacio tomado, el Mercado de Monmarta en el barrio de San Blas. “Estamos en alarma porque es una muestra de lo que se nos va a echar encima ahora”, expresó Gladys Martínez del colectivo comunicacional El Diagonal en entrevista con Gerardo Szalcowicz, colaborador de Marcha.
El Hotel Madrid fue ocupado el 15-O en el marco de la movilización mundial que tuvo lugar en más de 90 países. Cuando acabó la manifestación madrileña, los indignados ocuparon este espacio que se encontraba abandonado. Luego, en asamblea, se decidió para que se iba a utilizar. Martínez contó que estaba llevando a cabo una función importante, porque alojaba a familias desahuciadas de sus viviendas, que son centenares en Madrid y miles en todo el estado. “Acudían y encontraban un alojamiento temporal, y un lugar donde se organizaban para llevar acabo otras iniciativas de ocupación de otros espacios. Con el desalojo cayó un espacio de denuncia.”
La comunicadora señaló que ahora van a tener que buscar otra solución para estas familias que se han quedado en al calle, ya que el gobierno no brinda una solución al grave problema de vivienda, y que son los propios sin techo, y los solidarios con ellos, los que están buscando una solución alternativa. “Esa solución actualmente pasa por la ocupación, consciente y colectiva, de edificios que pertenecen a bancos e inmobiliarias, que son los causantes de estos problemas”.
Sin casa pero con deudas
Hoy en día en España hay 4 millones 400 mil desocupados y centenares de miles de personas que han perdido sus viviendas por no poder pagar las hipotecas. Martínez explicó que en los últimos 3 años han sido dejadas sin hogar a unas 350 mil personas. Familias enteras fueron expulsadas de sus casas, y en muchos casos todos sus miembros se encuentran desocupados. El estado no hace nada ante esto, solo permite que los bancos procedan a su conveniencia, al mantener las hipotecas a las familias. En los hechos, se quedan sin casa pero conservan la deuda.
Los indignados, por su parte, piden un parque público de vivienda de alquiler social ya que afirman hay más de 3 millones de viviendas vacías en el país. “Lo que se nos viene encima va a ser una etapa muy dura”, aseguró Martínez. Sin embargo recordó que será la profundización de lo que ya ha venido haciendo el saliente PSOE. “No hay que olvidar que el PSOE ha llevado a cabo muchas medida de recorte social y de derechos laborales, de recorte en sanidad y de pensiones. Ha modificado la Constitución para recortar el gasto público”, detalló.
“Se impone un período en el que necesariamente vamos a tener que enfrentar esto y continuar luchando. Necesitamos reforzar el movimiento, seguir en la calle y seguir planteando estrategias alternativas a esto, no nos queda otra solución porque está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos”.