La OTAN se reúne mañana en Bruselas para definir si apoya el pedido de Turquía para instalar un sistema de misiles en la frontera con Siria. Rusia rechaza esta posibilidad, mientras la tensión aumenta en la nación árabe.
El pedido de Turquía para instalar un sistema de misiles en su frontera con Siria será analizado este martes por los miembros dela Organización del Tratado para el Atlántico Norte (OTAN), que podría aprobar la medida, vista como una nueva forma de presión contra la nación árabe.
El gobierno del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan reclamó que la alianza atlántica tome posición sobre la iniciativa, luego de que el pasado 3 de octubre un disparo de mortero lanzado desde Siria impactó en la región de Akçakale, en la provincia suroriental de Sanliurfa, dejando como saldo varios muertos. Frente a esto, el gobierno de Erdogan reforzó la presencia militar en la zona.
La frontera entre ambas naciones es una zona caliente, debido a que en el lugar operan grupos opositores armados, muchos de los cuales son financiados por Turquía. El Ejército en más de una oportunidad realizó operaciones en la zona, y se lo acusó de cruzar la frontera en las persecuciones a los mercenarios.
En su visita a Estambul realizada el lunes, el presidente ruso, Vladimir Putin, rechazó la instalación de los cohetes Patriot y le manifestó a Erdogan su disconformidad con la medida. El mandatario afirmó que “establecer capacidades suplementarias en la frontera no cambia la situación sino que, por el contrario, la empeora”.
Putin agregó que no existen posibilidades de que Siria agreda a algunos de los países vecinos, aunque igualmente manifestó “Turquía es nuestro vecino, tiene nuestro apoyo y nuestra solidaridad”.
Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseveró que su país insistirá en la instalación del sistema de misiles en Turquía y que espera una respuesta positiva por parte dela OTAN. Desde República Checa, Clinton también acusó al gobierno de Al Assad de intentar utilizar armas químicas, denuncia que fue rechazada de forma automática por la cancillería siria. “En respuesta a las declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense, que advirtió a Siria sobre el uso de armas químicas, Siria ha destacado en reiteradas ocasiones que no usará bajo ninguna circunstancia ese tipo de armas, si las tuviera disponibles, contra su pueblo”, expresó el gobierno de Damasco en un comunicado.
Las alarmas sobre el despliegue de los Patriot también llegaron desde Irán. Hossein Sobhani-Nia, miembro de la junta directiva del Parlamento iraní, declaró que “aunque la Carta de la ONU claramente prohíbe a los países que se entrometan en los asuntos internos de otros países, Turquía intenta intervenir en los asuntos de Siria mediante colocar sistemas de misiles en su frontera”.
El gobierno de Líbano se sumó a las protestas y denunció que la propuesta turca es el anticipo de una acción militar abierta contra Damasco. En declaraciones a la cadena Al Mayadin, el diplomático libanés, Adnan Mansur, advirtió que si la iniciativa avanza tendrá nefastas consecuencias para la región.
La agencia EFE citó a fuentes diplomáticas de la OTAN que confirmaron que la alianza atlántica podría aprobar la instalación del sistema de cohetes, bajo la justificación de “aumentar la capacidad de defensa aérea” turca.
En la reunión de la OTAN participará el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien llevará la postura negativa de su país a aprobar una medida de este tipo.