Fueron protagonistas, desde las rutas cortadas del norte jujeño o la participación electoral alentando la democracia directa. Hoy siguen proponiendo el camino de la rebelión. Sus testimonios.
“Los flecos del poncho roto tienen que volver a unirse”
Carlos “Perro” Santillán. Movimiento Social y Cultural “Tupaj Katari”
Diez años pasaron de la gran rebelión del pueblo argentino, la primera fase del neoliberalismo derrotada en las calles. Nuestros jóvenes, los grandes héroes anónimos, dieron sus vidas en pos de la liberación nacional.
Pasaron los años y nos encontramos tratando de que el campo popular pueda ser nuevamente protagonista en las calles argentinas. Los flecos del poncho roto tienen que volver a unirse. El concepto de unidad hoy es revolucionario, dejando contradicciones secundarias en el camino, sabiendo apuntar al verdadero enemigo, teniendo cuidado con los que se disfrazan de revolucionarios y nos quieren robar nuestros símbolos como el Che Guevara, Evita o Tupac Amaru. Con ellos, no.
Nos encontramos viviendo la segunda fase de un plan neoliberal que no se termina; un gobierno que entrega nuestros bienes naturales a manos extranjeras, que no tiene un proyecto nacional de tierra y vivienda ni para nuestros originarios ni para los pobres urbanos. El doble discurso permite que la mayoría de diputados kirchneristas aprueben o mejoren una ley antiterrorista recordándonos a lo peor de los años de la dictadura. Se preparan para reprimir, saben que la crisis mundial no la van a pagar los grandes terratenientes y las corporaciones económicas, quieren volver a hacernos pagar a los trabajadores, desocupados, y al pueblo empobrecido, para seguir manteniendo sus privilegios.
Es un momento histórico que nos puede posibilitar volver a recuperar la esperanza de que podemos luchar contra el imperialismo y los gobiernos que con disfraces, se someten y cumplen sus mandatos políticos y económicos.
¡Por que se abra definitivamente el camino al socialismo, junto a los pueblos latinoamericanos!
Levantamos firmemente las banderas del anticapitalismo.
Reconocerse con los que no transaron, con los que no se vendieron, y que con rebeldía se enfrentan a un embate de los poderosos del mundo, es nuestro nuevo desafío.
“Hasta la victoria siempre”.
“Nunca como en esos días se hizo tanta política”
Por Luis Zamora. Integrante de Autodeterminación y Libertad
Diez años ya de aquel 19 y 20. Cómo olvidar ese diciembre. Angustia. Indignación. Años de protestas y de movimientos nuevos. El voto bronca. Algo se venía. El gobierno de De la Rúa agonizó causando cerca de 40 muertes. Pero no pudo parar la rebelión que llevó adelante un acto profundamente democrático. Democracia no es elegir y aguantar. Es elegir y sacar si no se cumple. El pueblo argentino dejó con sangre esa lección enorme. Democracia directa. Gobierno del pueblo. Eso es poder popular o del pueblo trabajador. Nunca como en esos días se hizo tanta política. Porque la hizo el pueblo. Y luego se intentó avanzar más con el grito “que se vayan todos que este pueblo puede solo”. Pero a ese desafío no pudimos responderlo como pueblo, no supimos lograr la autoorganización para enfrentar a la dirigencia de los partidos tradicionales. Se intentó, crecieron las asambleas, los movimientos de trabajadores desocupados, las fábricas recuperadas. Y aunque hasta allí se llegó, en ese camino se dejó claro a los de arriba que, por un buen tiempo, no iba a haber lugar para la peor cara del llamado neoliberalismo.
El gobierno que sube en 2003, lamentablemente para los que esperan algo distinto, busca acumular poder demostrando que puede asegurar los negocios empresarios y desmontar ese proceso de poder popular. Logra expectativas y luego adhesiones y hasta sectores juveniles se sienten atraídos por banderas democráticas que enarbolan arriba. Paradojalmente, la “política” volvieron a hacerla los “políticos”. El gobierno brega por sacudirse los límites que le sigue poniendo el 2001.
Por abajo el proceso continúa. Y cada protesta recurre a una asamblea. Y muchos movimientos político-sociales siguen luchando por cambiar las estructuras económicas y políticas. La crisis del capitalismo en el mundo y las luchas obreras, de los jóvenes y la de los indignados que la enfrentan nos reafirma en ese camino. A nosotros y a otros movimientos político-sociales el 2001 nos sigue desafiando a construir esa alternativa de los de abajo. O mandamos o nos seguirán mandando.