Por Diego Villarino. Diego Simeone es el artífice de un Atlético de Madrid sorprendente. El Colchonero mantiene el liderazgo del campeonato español y podría jugar la final de la Champions League. ¿En qué aspectos se apoya los cimientos de la campaña actual?
El título de esta nota no hace referencia al diario deportivo. Tampoco a una marca de botines. Por el contrario, el objetivo de este artículo es dilucidar los méritos futbolísticos del elenco comandado por Diego Simeone. El Cholo asumió el cargo en diciembre del 2011. A partir de entonces, el Atlético aumentó los éxitos deportivos. El primer logro fue la Europa League conseguida en la final contra el Bilbao de Marcelo Bielsa. A continuación adquirió la Copa del Rey versus el Real Madrid, y la Supercopa de Europa ante el Chelsea. En concordancia, forjó una identidad de juego innegable. El estilo aguerrido le permitió pelear palmo a palmo con dos monstruos del fútbol mundial. Real Madrid y Barcelona se sienten incómodos. A falta de tres fechas, acumula 88 unidades y sigue siendo el único puntero de la liga. También está cerca de acceder a la final de la Champions League. Nada es producto de la casualidad.
El entrenador sufrió una carrera paradójica. Debutó como entrenador en Racing Club de Avellaneda y luego cosechó trofeos y sabores agridulces. En Estudiantes ganó el campeonato argentino del 2006, tras una disputada final ante el Boca de Ricardo Lavolpe (2-1). Después conquistó el Clausura 2008 con River Plate. Pero en el Apertura lo dejó último en la tabla de posiciones. Asimismo, tuvo un paso intrascendente por San Lorenzo de Almagro. En su nueva etapa con el conjunto de Avellaneda (2011) alcanzó el segundo puesto. No obstante, la trayectoria del Cholo pegó un giro de 180 grados cuando arribó al Rojiblanco.
La seguridad defensiva le posibilitó al equipo mantener una determinada regularidad. El esquema se compone de un 4-4-2 clásico y compacto. La última línea se destaca por la firmeza de los centrales Diego Godín y João Miranda. La capacidad y estatura de los extranjeros convirtió a la zaga central en una muralla difícil de eludir. Los laterales Juanfran Torres y Filipe Luis realizan proyecciones certeras y además ejecutan a la perfección el trabajo de retroceso. Los marcadores de punta se estabilizaron desde hace tiempo. La valla de Thibaut Courtois es casi imbatible. El arquero belga consiguió una actuación grandiosa bajo los tres palos. Es el menos vulnerado del torneo ibérico. Recibió 22 tantos en 35 cotejos.
En el mediocampo, Gabi Fernández se transformó en el motor principal. El madridista, clave en la recuperación del balón, establece el equilibrio entre la defensa y el ataque. Mario Suarez es el complemento perfecto del volante central. Por las bandas se desplazan Koke y Arda Turan. A falta de un enganche definido, los dos futbolistas constituyen el nexo ideal con los delanteros.
Del mismo modo, el poder ofensivo es un arma fundamental en la actualidad del Colchonero. Diego Costa, está intratable: 27 anotaciones en la Liga BBVA y siete en la Champions League son los números que registra el temible artillero. El hispano brasileño suplió con creces la partida de Radamel Falcao García al Mónaco francés. El colombiano, que gritó 70 veces, gozó de un rendimiento espléndido. Por consiguiente, no fue sencillo sustituirlo. La resurrección de David Villa, relegado en la institución catalana, y el aporte goleador de Raúl García son otros fundamentos que respaldan la campaña del Atlético de Madrid. Es de público conocimiento que no tiene las variantes de sus competidores. El merengue cuenta con Cristiano Ronaldo y Karim Benzema. Mientras que el Azulgrana presenta en la plantilla a Lionel Messi, Andrés Iniesta y Neymar. Eso resalta más las virtudes de una entidad que se ubica en las puertas de la gloria. El triunfo ante el Valencia en Mestalla dio indicios de un futuro próspero.
Pese a las derrotas y victorias, el plantel conserva una marca registrada: el rigor táctico y estratégico. No se caracteriza justamente por la posesión de la pelota. Sin embargo, aprovechan los puntos débiles del rival y son contundentes a la hora de concretar las opciones de gol. Más allá de la polémica impuesta entre escuelas antagónicas, lo cierto es que el menottismo y bilardismo son parte del pasado. El Cholo fabricó un equipo dueño de un sello propio. El espectador sabe a qué juega. Tal cual remarcó el ex entrenador de la Academia: “La actitud no se negocia”.