Por Federico Orchani. El secretario General de Farmacéuticos, Alfredo Ferraresi, falleció el sábado a los 80 años de edad tras sufrir un infarto. Fue una figura destacada de la “resistencia peronista” reconocido por su compromiso y entrega por la causa de los trabajadores.
El golpe militar que provocó la caída de Perón en 1955 abrió un periodo que se caracterizó por una fuerte inestabilidad política y social. La inestabilidad, expresada en la sucesión ininterrumpida de gobiernos militares y civiles electos bajo la proscripción del peronismo, se explica por la contradicción entre los sectores dominantes, que no terminan de ponerse de acuerdo acerca de cómo terminar con el peronismo, la posición ante el sindicalismo, el retorno de Perón, el proyecto político y económico, etc., pero también la existencia de un movimiento obrero fuerte con arraigo en el peronismo hizo que ninguno de los dos sectores en pugna pueda imponer su hegemonía sobre el otro ni la capacidad de ejercerla llevando a una situación definida por algunos analistas como de “empate hegemónico”.
Al igual que miles de trabajadores y trabajadoras que habían acompañado el gobierno peronista y experimentado una serie de mejoras en materia de derechos laborales y sociales, Ferraresi se encontraría ante una realidad por lo menos novedosa. Tal como lo define el historiador Ernesto Salas el peronismo se encontraba por primera vez “en el llano”, con sus organizaciones sindicales intervenidas y la estructura partidaria inhabilitada.
El movimiento que se consolidó bajo la consigna del “retorno de Perón” es conocido como la “resistencia peronista”. Es característico y determinante de este periodo el surgimiento de un nuevo activismo sindical. El golpe de 1955 y la diáspora generó un recambio en la conducción sindical promoviendo nuevos dirigentes surgidos desde las bases, así como también la creciente autonomía de dichos sectores de la clase obrera que irían pariendo nuevas y novedosas formas de lucha.
Alfredo Ferraresi junto a Jorge Di Pascuale, Horacio Mujica y José Manuel Azcurra, fundaron en 1957 la Agrupación“22 de diciembre” – Lista Blanca que compite en las elecciones del intervenido Sindicato de Empleados de Farmacia. Se realizaron tres elecciones sucesivas, en mayo, julio y septiembre (la intervención se negaba a entregar el gremio a los vencedores por su filiación peronista), y en todos se impone la lista Blanca que llevaba como candidato a secretario general a Di Pascuale.
El Sindicato de Farmacia y el propio Di Pascuale pasaron a ser un actor relevante en toda la historia del sindicalismo combativo y de liberación e incluso en el surgimiento de la tendencia revolucionaria dentro del peronismo.
En 1968 por ejemplo Di Pascuale participó activamente junto a Raymundo Ongaro (gráficos),Agustín Tosco (Luz y Fuerza, Córdoba), Amado Olmos (sanidad), Julio Guillán (telefónicos), Ricardo De Luca (navales), Atilio Santillán (trabajadores azucareros, Tucumán) y otros en la creación de la organización CGT de los Argentinos. Di Pascuale fue secretario adjunto de la central, en tanto que Ongaro ocupó el cargo de secretario general.
Incluso en términos simbólicos el espacio físico del Sindicato de Farmacia es asociado al imaginario del peronismo revolucionario. Por ejemplo, en 1968 el Primer Plenario del Peronismo Revolucionario, convocado por Bernardo Alberte, Gustavo Rearte, John William Cooke y el propio Di Pascuale se realizó en la sede del sindicato en Buenos Aires.
En 2012 en un homenaje ante un nuevo aniversario del asesinato de Rodolfo Ortega Peña realizado en el Sindicato de Empleados de Farmacia tomó la palabra Alfredo Ferraresi y relató una anécdota de las muchas que inundan tan mítico lugar. Contó de una reunión en la víspera de la liberación de todos los presos políticos al momento de la asunción del gobierno de Cámpora en 1973 y como el “pelado” Ortega Peña y Di Pascuale acuñaron la consigna de “ni un minuto de gobierno popular con presos políticos” después de una tensa discusión sobre qué era conveniente hacer.
Ese día decenas de jóvenes mezclados con viejos resistentes escuchamos impresionados e impregnados nos fuimos de tan increíble muestra de compromiso por los más humildes, de solidaridad con los que luchan en cada rincón del continente.
Quienes asesinaron a Jorge Di Pascuale, hicieron desaparecer a Josefina y Raimundo Villaflor, a los 30.000 compañeros y compañeras que soñaron y pelearon por la patria socialista hasta dar su vida no pudieron ni podrán evitar que sigamos luchando. Compañero Alfredo Ferraresi, ¡hasta la victoria siempre!