Por Catarina Staric. El 2012 tuvo más de 64 tomas de escuelas secundarias en Capital Federal que logró un fuerte impacto en la sociedad. Sin embargo, el conflicto por el cambio curricular sigue dando que hablar y reina la desinformación en las comunidades educativas.
“Queremos participación, queremos otra educación…” resonaba el eco en Avenida de Mayo durante las marchas multitudinarias en octubre pasado. En pleno conflicto con más de sesenta escuelas tomadas, miles de estudiantes, docentes y padres unidos bajo la misma consigna: defender la educación pública. Tenían sus razones. De la noche a la mañana, “para responder a las resoluciones emitidas por el Consejo Federal de Educación”, el Ministerio de Educación de la Ciudad comenzó un cambio estructural en los contenidos curriculares de las escuelas técnicas.
Y fueron los colegios, las ratas de laboratorio. Se quitaron horas cátedra de las materias imprescindibles de cada especialidad (desvalorizando la identidad de las mismas) y por supuesto, corriendo riesgo la validez de los títulos. Luego, el cambio incluyó escuelas artísticas y bachilleratos.
Una vez más, se refleja el objetivo político de degradar el nivel educativo de la escuela pública. No sólo recortando año a año el presupuesto destinado a becas, viandas o mantenimiento edilicio (clásicas reivindicaciones del estudiantado), sino que esta vez fueron en búsqueda del conocimiento.
Ante este avasallamiento, los estudiantes de secundarios salieron a hacer ruido. El resultado fueron victorias parciales pero necesarias. Que se suspenda el cambio curricular inconsulto para el año 2013 y que se realicen jornadas en cada escuela con la participación de la comunidad educativa. Todo para poder discutir el nivel educativo, que luego será homologado en 2014.
Nula enseñanza secundaria
Luego de cinco jornadas de discusión curricular, el gobierno de la Ciudad mantuvo a la comunidad con hambre de debate: vacías de contenido, abstractas y sin espacio para opinar y proponer, las jornadas se convirtieron en un reducto donde se discute la nada misma. Pese a ser un tema muy complejo y que genera mucho debate, desde las paredes del Ministerio de Educación se hace caso omiso a las comunidades educativas. Se imponen pre-diseños de curriculas que consisten en anexar o combinar materias, dejando afuera contenidos imprescindibles.
También, debido a este recorte, miles de docentes se encontrarían despedidos. En estas mismas jornadas, no existe espacio a la modificación, es decir, se han convertido en un escenario que tiene como protagonista a la Nueva Escuela Secundaria (NES). La última fue pensada principalmente para discutir la problemática de la deserción escolar, una de las mayores fallas del Sistema Público Educativo en los últimos treinta años, pero a la vez no ofrece herramientas para empezar a solucionarla entre todos y todas, entendiendo que para lograr cambios positivos es necesaria la voluntad política del gobierno, que en este caso es el paladín modelo privatizador.
Y para sumar al asombro, apenas unas semanas atrás, algunas escuelas recibieron una carta de Mercedes Miguel, directora general del Planeamiento Educativo en la que explicita “Decidimos implementar de manera gradual la Nueva Escuela Secundaria de Calidad, iniciando formalmente sólo el primer año del ciclo básico en el año 2015” bajo un argumento que desgarra: “Las jornadas hoy cuentan con un alto nivel de participación de las comunidades, por esto damos la posibilidad de seguir implementándolas durante un año más…”. Esto implica una nueva prórroga, otra vez con el objetivo de seguir dividiendo al movimiento estudiantil y haciendo uso de las “jornadas de juguete”, cuando las decisiones más importantes sobre los contenidos que se darán en las escuelas ya están tomadas por unos pocos pero a la vea desinformando a muchos.
No Estarán Sentados
Al existir diferentes informaciones por especialidad, algunos centros de estudiantes nucleados en la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), se propusieron hacer una campaña de difusión y concientización sobre el estado de las jornadas de “participación” en los colegios. Una serie de videos e imágenes informando la situación, serán proyectados en parques de la Capital y en la puerta de los grandes medios de comunicación. Estas, son algunas de las medidas que encabezarán los estudiantes secundarios durante el mes de septiembre. Como siempre dando el ejemplo, el Movimiento Estudiantil Secundario, que si hay algo que tiene bien claro y que lo ha demostrado, es que con la Educación Pública no se negocia.