A horas de que se realice el primer encuentro directo de negociación entre palestinos e israelíes luego de tres años, el Estado de Israel realizó dos anuncios completamente contradictorios. Por un lado la liberación de 26 presos palestinos y por el otro la licitación para construir más de mil nuevas casas en Cisjordania y Jerusalén Este.
A fines de julio, gracias a la mediación del gobierno estadounidense, Israel y Palestina decidieron reanudar el diálogo para buscar una solución al conflicto que enfrenta a ambas naciones hace décadas. En ese marco el gobierno israelí se comprometió a liberar a 104 presos palestinos (durante el transcurso de la negociación) que se encuentran en sus cárceles. Este es uno de los reclamos principales de la Autoridad Nacional Palestina para sentarse en la mesa de diálogo.
Por ese motivo, el anuncio este lunes de la liberación de 26 de los 104 presos podría ser interpretado como un buen gesto del gobierno de Benjamin Netanyahu para distender las negociaciones que se iniciarán este miércoles. Sin embargo una decisión anterior pone en peligro el inicio del diálogo.
Unas horas antes desde Tel Aviv informaron el llamado a licitación para la construcción de casi 1200 casas para colonos judíos en la Cisjordania y Jerusalén Este. Ambos territorios fueron ocupados por Israel durante la “Guerra de los seis días” de 1967 en la que derrotaron a una coalición de los ejércitos de Siria, Jordania y Egipto. Desde entonces el Estado israelí se ha dado una política de colonización de esos territorios mediante la creación de asentamientos.
Los palestinos plantean desde hace varios años sentarse a negociar la creación de dos Estados a partir de las fronteras previas a esa guerra y con Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza como territorios del futuro Estado palestino. De esta forma, el anuncio de la licitación supone una traba a la negociación antes de que esta comience.
Las Naciones Unidas y la Unión Europea (UE) reiteraron que tanto la expropiación de tierras como el asentamiento de comunidades en territorios de Estados bajo ocupación militar, como es el caso de Palestina, constituyen un crimen de guerra a tenor con la legislación internacional vigente.
“Los asentamientos israelíes en Cisjordania son ilegales para la ley internacional y amenazan con hacer imposible la solución de los dos Estados para el conflicto palestino-israelí”, dijo un vocero de la jefa de Relaciones Exteriores de la UE, Catherine Ashton. Por su parte Eduardo del Buey, vocero del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que los “asentamientos en los territorios ocupados son, fueron y seguirán siendo ilegales”.
Incluso el secretario de Estado de Estados Unidos y patrocinador de la reanudación del procesos de paz, John Kerry reiteró el lunes que para el gobierno de Estados Unidos “todos los asentamientos son ilegales”, pero confió en que no serán un “contratiempo” de cara a la reanudación del proceso de paz.
Con menos optimismo se manifestó el principal negociador palestino Saeb Erekat quién afirmó: “Aquellos que adoptan estas decisiones están determinados a socavar las conversaciones de paz y a obligarnos a dejar la mesa de negociaciones”.
Mark Regev, portavoz de Netanyahu, dijo que las nuevas construcciones serán en áreas que Israel quiere conservar en un futuro acuerdo de paz y que por lo tanto “esto no cambia el mapa final. No cambia nada”. Sin embargo Regev decide de esta forma ignorar el reclamo palestino y seguir aplicando la política israelí del hecho consumado.
Actualmente cerca de medio millón de israelíes vive en Cisjordania donde conviven con 2,5 millones de palestinos. Este miércoles se sabrá cuales son las repercusiones de estos anuncios cuando representantes de ambos países se encuentren en Jerusalén para retomar las negociaciones de paz.