En una sesión polémica, el consejo directivo de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata bautizó su nuevo edificio con el nombre del ex presidente. De esta manera se suma a los centenares de homenajes que se multiplican en todo el país.
Mientras resonaban los cánticos de los opositores a la conducción de la Facultad de Periodismo de La Plata, los consejeros directivos levantaron la mano para bautizar el nuevo edificio del bosque platense con el nombre del ex presidente Néstor Kircher. El único voto en contra fue el de la consejera por la minoría estudiantil, acompañada por otros alumnos que manifestaban su rechazo a la iniciativa.
Se trata de la misma facultad que tuvo su momento de fama el año pasado, por entregar el premio Rodolfo Walsh a la libertad de expresión al presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez, el mismo galardón con que había distinguido al editorialista del diario La Nación, Joaquín Morales Solá.
En la sesión extraordinaria convocada para la mañana de ayer, no se llegaron ni siquiera a escuchar las propuestas alternativas de la oposición, que querían buscar un nombre más próximo al ámbito del periodismo y la comunicación, como Rodolfo Walsh o Haroldo Conti, o inclusive Miguel Bru, estudiante de esa facultad secuestrado en 1994 por efectivos de la comisaría novena de La Plata y que aún hoy sigue desaparecido.
Lo que le siguió fueron escaramuzas entre militantes oficialistas y los estudiantes que se habían acercado, y la sesión concluyó con derroches de pintura, corridas y la mesa ovalada del consejo dada vueltas en medio del salón. Omitiendo la resistencia de los estudiantes a la designación, la facultad publicó en su página oficial un comunicado donde fundamenta la decisión en el “reconocimiento de las profundas transformaciones educativas alcanzadas en los últimos nueve años, etapa en la cual la Universidad Pública se ha visto interpelada e incluida en la apuesta por pensar un nuevo proyecto de país”.
De presidente a ‘Nestornauta’
No se trata de la primera vez en la que se decide ‘homenajear’ de esta manera al difunto líder justicialista. Así como cuando en los albores de la república, los nombres de calles, edificios y barrios servían para generar una ‘conciencia nacional’ en los inmigrantes europeos, el gobierno actual promovió la designación de nuevos nombres que fortalezcan ‘el relato’ oficialista. Y Néstor Kirchner, sin duda, encabeza la lista de preferencias.
A menos de un año de su fallecimiento, ya existían avenidas, escuelas y plazas, que llevan el nombre del ex presidente. En La Plata, el ex candidato a intendente por el Frente para la Victoria, ‘Kibo’ Carlotto, propuso que el Estadio Único se llamara Estadio Néstor Kirchner. Lo mismo sucedió en San Juan con el Estadio del Bicentenario. En Palpalá, provincia de Jujuy, ya funciona el Estadio Olímpico Municipal “Dr. Néstor Kirchner”, y el mismo nombre llevó el torneo clausura de 2011 de la primera división del fútbol nacional.
Tampoco es la primera vez que esta designación causa alboroto. En Caleta Olivia, la Avenida Mártires del Crucero General Belgrano pasó a tener el nombre del ex gobernador santacruceño, provocando la protesta de los ex combatientes de Malvinas. Y como éste, hay decenas de ejemplos, como el de la terminal de ómnibus de Santiago del Estero, el Hospital El Cruce de Florencio Varela o la autopista que une Córdoba con Rosario.
De esta manera, hasta el héroe colectivo pensado por Oesterheld y Solano López, se convirtió en el Néstornauta, y los ojos del ex mandatario aparecen hoy detrás del traje de lo que debería ser un icono popular.
Si bien no fue periodista, la elección del nombre de Kirchner para la facultad de La Plata responde a una política social y comunicacional que el propio ex mandatario contribuyó a fundar. Se trata de crear un universo simbólico que ayude a fortalecer el relato de la ‘refundación’ argentina de la mano del kirchnerismo, impulsado por instituciones con conducciones afines, o verdaderos aparatos comunicacionales -como el de los medios oficialistas o los publicistas gubernamentales-. Con la aprobación de ayer, se abre la posibilidad para la facultad de periodismo platense de relizar un sueño que ya es un secreto a voces, y que cerraría con moño la estrategia comunicacional oficialista: que la mismísima presidenta Cristina Fernandez sea quien encabece el acto de inauguración del nuevo edificio.