Por Ariel Hendler. El debate sobre las iniciativas partidarias que, bajo la ambición de englobar a “todos los argentinos”, pretenden asimilar experiencias combativas que se niegan a ser parte del “relato oficial”.
Los que hayan visto el domingo pasado el programa Periodismo para todos (PPT), conducido por Jorge Lanata, se enteraron de la existencia de una curiosa iniciativa que lleva adelante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, comandado por Alicia Kirchner. Consiste en una “convocatoria nacional de murales colectivos” a realizarse en distintos puntos del país, bajo el lema “Si Néstor lo viera”. De las varias obras ya terminadas que mostraron las cámaras, una se realizó en los primeros días de junio en la ciudad de Neuquén. En este mural, realizado por militantes kirchneristas a principios de junio pasado, se puede ver un colectivo de la línea “678” con patente número “CFK 2015”, entre otros slogans y símbolos de la iconografía oficialista, en el que viajan madres de Plaza de Mayo y miembros de la comunidad mapuche.
Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. O “mal pero acostrubráu”, como diría Inodoro Pereyra, ya que es flagrante el desvío de recursos públicos destinados a la acción social para acciones proselitistas partidarias.
Pero quizás lo más notable de este mural sin firma (ni siquiera colectiva) titulado “Si Néstor lo viera” es que, en el frente del colectivo hay un gran letrero fileteado que reza “FASINPAT”. Un detalle que se le escapó por completo al conductor del programa (no del colectivo), probablemente por desconocimiento de su significado. Para quienes no lo sepan, FaSinPat es la sigla de Fábrica Sin Patrón, el nombre con el que fue rebautizada la fábrica de cerámicos Zanón once años atrás, cuando fue recuperada por sus propios trabajadores de una quiebra fraudulenta. Desde entonces, Cerámica Zanón funciona en forma autogestionada y es un verdadero ejemplo de una industria que puede funcionar en forma eficiente y sustentable bajo control obrero. Más aún: es un aporte extraordinario de la provincia de Neuquén a la cultura política revolucionaria.
Ahora bien, ¿fueron consultados sus trabajadores antes de ser incluidos en el bondi kirchnerista?, ¿y qué opinan del hecho?
Desde el Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén (SOECN), que nuclea a los obreros de la ex Zanon, su secretario general, Omar Villablanca, aseguró que no fueron consultados en absoluto y que no comparten su mensaje ni su contenido: “Nosotros no nos subimos a ese colectivo”, graficó. Para más datos, agregó que ninguno de los militantes K que participaron de la confección del mural (o lo convalidaron) trabaja en la fábrica, aunque varios de ellos, ex militantes de Patria Libre o del trotskismo, participaron en su momento de las luchas por su recuperación. Todos viejos conocidos, a quienes exigieron de buenas maneras que borraran ese nombre.
Cabe aclarar que el SOECN se identifica como un sindicato “clasista” y reivindica la “independencia del Estado y sus instituciones, del gobierno y todas las organizaciones patronales”. Pero, según admitió a Marcha Andrés Blanco, su secretario adjunto, ni el sindicato ni los trabajadores de FaSinPat dieron a conocer hasta ahora ningún comunicado al respecto. Esto motivó que algunos medios tomaran como respuesta autorizada el enérgico mensaje que uno de los referente históricos de la recuperación de la fábrica y reconocido militante del PTS, Raúl Godoy, escribió en su muro de Facebook: “Ni los obreros de Zanon ni las Madres del Alto Valle se subirían a ese colectivo cargado con nuestros hermanos Qom asesinados, con nuestros hermanos asesinados en el Indoamericano, en Ledesma, con 5 mil procesados, presos políticos, su ley antiterrorista y su sarta de burócratas sindicales y matones a sueldo de las empresas, asesinos de Mariano Ferreyra… ¡es una verdadera provocación!”.
Quienes sí manifestaron descontento por su inclusión en el colectivo a través de un comunicado fueron las Madres. “No nos consultaron, nos usaron para una campaña política. Respetamos el gobierno, pero el mural hace política para el 2015. Esto no se puede hacer en un lugar como Neuquén, donde las madres mantenemos una independencia absoluta”, aclaró a Marcha Inés Ragni, de Madres de Plaza de Mayo filial Neuquén y el Alto Valle.
Al mismo tiempo, un paneo elemental en internet mostró que el episodio hizo explotar a las redes sociales neuquinas desde el día mismo de la inauguración del mural, el 6 de junio pasado. En el portal neuquenalinstante.com.ar llovieron las críticas a la obra y al kirchnerismo en general. Apenas un usuario, bajo el nombre “VP” (por “Viva Perón”), asumió en soledad la defensa del mural y de la causa oficialista: “Muchos de los que participamos de este proyecto [el kirchnerista] no dejamos de reconocer la lucha llevada adelante por los obreros de FaSinPat e incluso fuimos parte de la resistencia en la propia fábrica”, argumenta, para luego preguntar en forma retórica: “¿(acaso) tenemos que hacer una consulta popular para pintar un mural?”
Hay algo de verdad: los kirchneristas de Neuquén pueden expresar su simpatía por la ex Zanon; lo que no pueden de ninguna manera es adueñarse de su lucha como si les perteneciera, ni presuponer que esa simpatía fluye también en sentido inverso, y menos aún al punto de aprobar sus planes re-re. En definitiva, según contó Villablanca a Marcha, los trabajadores de FaSinPat pudieron convencer a los K de que borraran su nombre del colectivo. Un triunfo. Sin embargo, en los últimos días la sigla volvió a aparecer pintada otra vez, como si nada hubiese sucedido, en el colectivo 678 con patente CFK 2015.
Así que la discusión sigue, y está claro que es por mucho más que una palabra en un mural.