Luego de la masacre de Newtown llevada a cabo la semana pasada por un joven de 20 años que dejó como saldo 26 personas muertas, el debate en torno a la tenencia de armas en Estados Unidos se reavivó. Obama planteó prohibir la tenencia de armas de asalto por parte de civiles.
Diane Feinstein, senadora demócrata por California, informó este lunes que presentará al Congreso una iniciativa de ley para prohibir a civiles la tenencia de armas automáticas de asalto. La iniciativa fue apoyada el día martes por el presidente Barack Obama a través del portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Esta reacción de los políticos estadounidenses es producto de la masacre perpetrada la semana pasada por el joven Adam Lanza. En la mañana del viernes, Lanza de 20 años, asesinó a su madre e irrumpió fuertemente armado en un centro escolar de Newtown, Estado de Connecticut. Allí abrió fuego a quemarropa y tras perpetrar la masacre de 26 personas (entre ellas 20 niños) se suicidó.
“Como he dicho muchas veces antes y ahora lo repito ante esta nueva tragedia, las armas de asalto no pertenecen a nuestras calles, nuestros cines, nuestros centros comerciales y mucho menos a nuestras escuelas”, expresó en un comunicado la senadora Feinstein. Según la legisladora, cuando un tiroteo sin sentido llega a una escuela primaria “una tiene que cuestionarse qué está pasando en Estados Unidos”. De acuerdo con la senadora, la violencia armada cobró las vidas de más de ocho mil estadounidenses el año pasado.
Feinstein es, hasta el momento, la única parlamentaria que consiguió la aprobación, en 1994, de una ley para limitar la venta de armas de asalto al público. Sin embargo la misma caducó en 2004 y no ha sido renovada por el Congreso desde entonces.
A pesar de esta aparente soledad de la senadora, la repercusión del hecho fue tan grande que otros miembros del Congreso estadounidense, más reticentes a tratar el tema de las armas, se manifestaron a favor de algún tipo de control.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, pidió una discusión amplia sobre el tema, y pronosticó que próximamente se abordará en el Capitolio la forma de cambiar las leyes que regulan la posesión de armas. Reid, que hasta ahora fue defensor a ultranza del derecho a portar armas, dijo que en los próximos días y semanas los legisladores iniciarán un debate significativo sobre cómo cambiar “la cultura que permite el crecimiento de la violencia”.
Otro que cambia ahora sus anteriores posiciones es el senador demócrata por Virginia Occidental, y miembro de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), Joseph Manchin, quien puntualizó que es hora de comenzar una discusión honesta acerca del tema. El senador republicano por el estado de Iowa, Charles Grassley, sugirió la formación de una comisión especial para analizar el tema. Según Grassley, “no puede ser un debate solo sobre el control de armas, debe haber una discusión seria y juiciosa sobre temas de la salud mental” y sobre una cultura que tiende a ser menos civil ahora de lo que ha sido por un largo período.
El silencio y la fiesta de los fierros
La Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos (NRA) es una organización que defiende la utilización de armas por parte de civiles y a su vez es reconocida como una de las mayores lobbystas del país. Según la prensa estadounidense el grupo gasta millones de dólares en anuncios políticos y, desde principios de 2011, invirtió 10 veces más en ‘cabildeo’ (es decir, presión a políticos) que todos los grupos de control de armas del país combinados.
Además, la NRA se mantuvo en silencio hasta el día de ayer sobre la masacre del viernes cuando expresó su dolor por las víctimas y sus familiares y se puso a disposición de “evitar que estos hechos vuelvan a suceder”.
Sin embargo, la reciente masacre de Newtown ha significado un golpe para la organización, aunque habrá que esperar para ver su magnitud.
Un sondeo de opinión de The Washington Post y la cadena de noticias ABC mostró que el 52% de los estadounidenses está a favor de prohibir a civiles la posesión de armas semiautomáticas, contra 44% que apoya mantener la ley sin cambios. Situación inversa a la previa a la masacre. A esto hay que sumarle el cambio de posición de políticos “pro-armas” mencionados más arriba.
De todas formas, existen otros datos poco alentadores. El asesino de los niños en Newtown, Connecticut, usó el viernes un AR-15, fusil que también utilizó James Holmes para la matanza en el cine de Colorado dónde se estrenaba la última película de Batman en julio último y además Jacob Roberts, quien disparó la semana pasada contra varias personas en Portland, Oregon.
Más de 320 personas fueron asesinadas en 2011 en Estados Unidos con este modelo de fusil, según un reporte del FBI.
Además, las compras de armas personales se dispararon en Estados Unidos luego de la reelección presidencial de Barack Obama y en el inicio de la temporada navideña el alza fue de 20%. Encuestas de opinión indicaron que miles de ciudadanos temen que el mandatario demócrata anule leyes relacionadas con la Segunda Enmienda de la Constitución, (aprobada en 1789 y reactivada en 1791, que afirma que todo individuo será amparado por la ley si decide portar un arma) y signe convenios internacionales adelantados por Naciones Unidas para regular el comercio de estos pertrechos.
Se calcula que al menos tres millones de AR-15 permanecen en manos privadas en este país junto con otro gigantesco arsenal de más de 300 millones de disímiles armas de fuego, que arroja un total de casi un instrumento mortífero por cada habitante.