Por Mariano Pacheco. A 30 años de democracia, es positivo el desarrollo de organizaciones que apuestan por la diversidad y el respeto sexual y de géneros en nuestro país. Las deudas pendientes y la expresión a través de un iniciativa conjunta de una muestra fotográfica recientemente inaugurada.
En estas tres décadas, la Argentina ha visto crecer y desarrollarse a una diversidad de movimientos sociales. Los colectivos de mujeres y la población gay, lesbiana, travesti, transexual, transgénero, bisexual e intersexual (GLTTTBI), han logrado adquirir una visibilidad social impensada. Sus luchas, sus iniciativas, sus disputas por el sentido instalado en la sociedad, han tenido su correlato en una variedad de aspectos de la vida institucional y cultural del país. La Ley de Cupo Femenino, la Ley contra la Violencia de Género, la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género, son ejemplos de cómo la movediza arena legislativa ha procesado estos cambios y promulgado reglamentaciones para facilitar la ampliación de derechos.
Pero se sabe: a pesar de que las leyes ayudan muchas veces a extender el territorio de lo conquistado, otras tantas no llegan siquiera a rozar los núcleos duros de los prejuicios y estigmas que, durante generaciones, se han ido trasmitiendo para perpetrar las injusticias y las desigualdades. La situación laboral y el reparto de las tareas domésticas son seguramente los dos casos más emblemáticos en donde las mujeres han quedado históricamente relegadas. Y en el caso de las denominadas minorías sexuales, la exclusión en el plano laboral y habitacional no dejan aún de hacerse sentir.
Bajo el nombre de “No es igual, no da igual. Iguales de derecho, desiguales de hecho”, la Defensoría General de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires –a través del Programa de Género de la Secretaría General de Derechos Humanos– junto con la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) y la Casa Nacional del Bicentenario (Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación), han convocado este año a un concurso fotográfico destinado a realizar un aporte para “hacer visible la brecha que todavía existe en nuestra sociedad entre los derechos consagrados en materia de género y diversidad sexual, y el ejercicio efectivo de los mismos”, según explicitaron los organizadores.
La muestra fue inaugurada el pasado 10 de diciembre, mientras a pocas cuadras de allí -en Plaza de Mayo- se realizaban los festejos por los 30 años ininterrumpidos de democracia en el país.
El primer premio del concurso lo obtuvo Gisela Volá, con la obra tituladaCementerio de la Chacarita; el segundo, Nicolás Pousthomis, con Casa Azul y Rosa. Hotel en Palermo y el tercer premio quedó en manos de Felipe Aja Espil, con su fotografía titulada Tu batalla sin medalla. Los ganadores fueron seleccionados por un destacado jurado integrado por Adriana Lestido, Alfredo Srur y Pablo Sanz.
La iniciativa se propone “expresar en imágenes los desafíos y demandas aún sin resolver”, busque “promover la reflexión sobre las cuestiones pendientes en materia de igualación de derechos entre varones y mujeres y en relación al colectivo GLTTTBI”.
Con alrededor de un centenar de asistentes –entre quienes se encontraban destacadas figuras del activismo, como Lohana Berkins, Marlene Wayar y Diana Sacayán–, la muestra tuvo su inicio formal con la presencia de autoridades de la Secretaría de Cultura de Nación y las palabras de Bettina Castorino –Secretaria General de Derechos Humanos de la Defensoría General de la CABA– y Mario Kestelboim –Defensor General de la Ciudad–, quien además de repasar los objetivos del concurso comentó acerca de un importante caso: el de la familia Arroyo.
Kestelboim destacó el rol de la defensa pública en estos temas, remarcando las actuaciones en relación a este caso emblemático, en donde una persona trans que realizó la solicitud de cambio registral del sexo luego del fallecimiento de su ex mujer viera negada la posibilidad de modificar los datos de las partidas de nacimiento de sus hijas con su nueva identidad. En reiteradas ocasiones, el Ejecutivo de la Ciudad rechazó la solicitud, judicializando un caso que debería haberse resuelto por otras vías según exige la ley. Hace pocos días, la Justicia falló a su favor, obligando al Ejecutivo a realizar el cambio registral en las Partidas. Un importante precedente, donde por primera vez en la ciudad-capital y en el país, la Ley de Identidad de Género se extiende a niveles filiatorios.
Las 23 obras premiadas en el concurso podrán verse hasta el 5 de enero de 2014, en la Casa Nacional del Bicentenario, situada en la calle Riobamba 985, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.