Hasta el último aumento realizado a comienzos del 2012 fue uno de los medios de transporte más elegido por los usuarios. Ahora, podría quedarse sin una línea durante el verano y aumentar a seis pesos según las declaraciones del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. El subte y una nueva gestión.
Tras diversos cruces durante el 2012 entre el gobierno nacional y el gobierno porteño, finalmente el 31 de diciembre a la noche se concretó el traspaso formal de la administración de los subterráneos a la órbita de la Ciudad. Sin embargo, empezó con algunas medidas al menos controversiales.
Por un parte, lejos de alejarse de los rumores acerca del cierre al menos durante enero y parte de febrero de la línea A, el jefe de Gobierno porteño defendió la iniciativa argumentando que “el mal manejo del subte perjudicó a todo el mundo. Lo que es sorprendente es que algunos del Gobierno nacional opinen luego del desastre que hicieron en el transporte”. Ya el titular de SBASE, Juan Pablo Piccardo había mencionado semanas atrás que “por una cuestión técnica” era posible que para “proceder al reemplazo haya que parar las líneas”.
Uno de los puntos según Macri, es el estado de los coches del servicio, “la auditoría española nos dijo que teníamos que sacar los trenes de 100 años lo antes posible”, justificó de este modo la criticada medida. “El servicio como está hoy, no es el que teníamos hace 10 años”, consideró.
En cambio, para el secretario de la AGTSyP, Roberto Pianelli, el objetivo del gobierno porteño es “generar un hecho de impacto: cambiar los coches, darle una lavada de cara a la línea pintando las estaciones y hacer la gran reinauguración”.
Por otra parte, además de afirmar que aún con intenciones de trabajar con el concesionario actual va a “revisar todos los negocios colaterales” volvió a insinuar que no reconocerá la representación gremial de los metrodelegados, la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP) -el gremio mayoritario aún sin personería jurídica-. Y es que la tensa relación entre el jefe de gobierno y la AGTSyP ya viene de larga data, y Macri salió una vez más al cruce, pero ahora ya con el subte bajo el brazo mencionó que “hay una representación gremial que es la UTA. No vamos a desconocer que tienen la legitimidad que marca la ley”.
El pasado 20 de diciembre cuando se aprobó el proyecto en la Legislatura, el PRO tuvo que modificar su intención de declarar “servicio público esencial” al subte, que restringía la posibilidad de los trabajadores a cumplir una huelga y penalizaba “la interferencia” de la circulación de las formaciones. En aquel momento, se reconoció la legitimidad de los reclamos llevados adelante por los metrodelegados ante el acuerdo entre la UTA y el gobierno de la Ciudad –los paros escalonados lograron la no sanción sobre el sueldo por los días de huelga ni tampoco el 1% que se destina a la Unión Tranviarios Automotor (UTA)-.
Otro de los puntos que refería al traspaso y afecta sobte todo el bolsillo de los usuarios, reside en el financiamiento del servicio, el jefe de gobierno dejó deslizar nuevamente el fantasma del aumento cuando expresó que “si hoy no hubiese subsidio alguno, estaría arriba de seis pesos”, refiriéndose al boleto, aunque mencionó que se destinarán todas las partidas necesarias para que el pasaje no llegue a ese precio, pero no especificó en qué valor se ajustará.