Por Leandro Albani. Israel y Hamas acordaron una tregua, aunque nadie espera que Tel Aviv detenga su política represiva contra el pueblo palestino.
Tuvieron que pasar ocho días y 150 palestinos muertos para que se lograra una tregua entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, aunque este acuerdo no detendrá la política aplicada por Tel Aviv contra Palestina.
Pero el anuncio realizado este miércoles por el canciller de Egipto, Mohamed Kamel Amr, y la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se ha convertido, nuevamente, en un tenue respiro para los palestinos.
Desde 1947, cuando Naciones Unidas creó el Estado israelí, impuesto a fuego y sangre en los territorios palestinos, la política represiva de Tel Aviv no ha cesado. Las incursiones militares israelíes en los territorios ocupados son constantes y, cada un lapso variable de tiempo, los gobiernos de turno ordenan ataques masivos.
Ya no resulta extraño para nadie que el plan de expansión israelí es algo concreto y real: en la actualidad, Palestina apenas retiene el 12% del total de su territorio histórico. Para Tel Aviv no existen las resoluciones de la ONU que prohíben las anexiones. En el caso del actual gobierno del primer ministro Benjamin Nethanyau las invasiones se han acrecentado, principalmente por el apoyo que el Estado israelí le brinda a los colonos judíos para avanzar sobre tierra palestina. Es común observar videos o fotos de cómo los colonos, protegidos por los soldados israelíes, ingresan a las casas de de familias palestinas, los expulsan y automáticamente pasan a ocupar el lugar.
En 1967, con la Guerra de los Seis Días, Israel profundizó las anexiones y dejó como saldo 23 mil personas muertas, entre civiles y soldados, luego de enfrentarse a Siria, Jordania y Egipto.
Ni los acuerdos de Camp David, en 1978, ni los de Oslo, en 1993, detuvieron a Tel Aviv y sus políticas represivas contra Palestina. Como potencia militar en Medio Oriente, en todo momento ha recibido el financiamiento y apoyo de Estados Unidos. A esto se suma el respaldo que recibe de las monarquías del Golfo Pérsico y de Europa. Aunque las naciones europeas han criticado y denunciado la actual invasión, denominada “Pilar Defensivo”, los discursos de sus gobernantes chocan con las relaciones económicas que mantienen con tel Aviv.
Pero el avance del Estado de Israel ha encontrado una fuerte resistencia entre los palestinos, siendo los dos hechos más recordados las Intifadas en 1987 y en 2000, donde confluyeron movilizaciones masivas y acciones de ataque y defensa, aunque en inferioridad de condiciones.
Con la tregua pactada, la población de Gaza ahora espera un respiro a la situación que vive a diario. Bloqueada por Israel desde 2006, la Franja de apenas 360 kilómetros cuadrados, y que alberga a un millón y medio de personas, subsiste en una permanente crisis humanitaria, por lo cual es calificada como el mayor campo de concentración del mundo.
Aunque las muertes palestinas crecen día a día como consecuencia de la política israelí, es verdad que todavía no ha podido doblegar a la resistencia. Si en 2008-2009, con la operación “Plomo Fundido”, las tropas israelíes dejaron 1.500 palestinos muertos en 22 días, esta vez Israel fue forzado a una tregua con mayor celeridad, medida que no pone punto final a la historia de robo y saqueo contra el pueblo palestino.