Por Cezary Novek. El viernes 13/12/13 se presentó en Córdoba la revista Palp, que busca rescatar el sabor por los viejos géneros que pulularon en las publicaciones norteamericanas de comienzos del siglo XX. Marcha habló con uno de sus fundadores, el editor Diego Cortés.
La literatura pulp floreció en EEUU en el primer tercio del siglo XX como heredera de la novela europea de folletín por entregas. No obstante, en Argentina tuvimos algo de eso, se trató siempre de productos ingenua e involuntariamente pulp: las revistas de fotonovelas, las de testimonios eróticos, los comics de editorial Columba.
La mayoría de estos productos murieron con el siglo XX. Y si bien la cultura del vintage y lo retro vienen rescatando a través de referencias iconográficas este tipo de productos, es la primera vez que aparece una revista especializada en dichos géneros.
Hasta no hace mucho, hubo cierta resistencia por parte de los circuitos tanto literarios como no literarios en reconocer este tipo de literatura. Los adolescentes tímidos que leían historietas y novelas de terror a escondidas antes que se pusiera de moda y fuera cool leerlas han crecido. Se trata de toda una generación de escritores que vienen produciendo obras inspiradas en los héroes y monstruos que alimentaron las siestas de verano de la infancia y adolescencia. Desde la antología tributo a Stephen King en español hasta la revista Próxima, pasando por producciones de cine independiente, convenciones y otras publicaciones especializadas, se podría decir que si hay un rasgo positivo de la penetración cultural del imaginario norteamericano del siglo XX ha sido el de alimentar la producción cultural con fantasía y aventura como en otros tiempos lo hicieron Salgari y Verne. Como dice el editorial de Sebastián Pons para este primer número de Palp: “Así, frágil pero bien trenzada, resistente pero tierna, la pulpa ha envuelto y deleitado desde siempre, y ha empalagado y se ha descompuesto y ha debido regenerarse”
El proyecto
Hace pocos meses, en Córdoba, cuatro escritores mancomunaron fuerzas para dar existencia a Palp, una revista de géneros. Quienes conforman el comité editorial son: Diego Cortés, editor de Llanto de Mudo, poeta, escritor y guionista; Martín Cristal, novelista y crítico; Sebastián Pons, docente y narrador; y Guillermo Bawden, poeta y novelista. Después de meses de trabajo y selección, lanzaron al mercado esta revista-libro semestral compuesta por relatos completos de diferentes géneros (ciencia ficción, fantasía, terror, policial y otras yerbas) escritas por diferentes autores del país, que irán rotando de un número a otro.
La revista cuenta con puntos de venta en Córdoba, Rosario, La Plata y Buenos Aires, además de un sistema de envío por correo a todo el país. En el primer número se incluyen historias escritas por Elvio E. Gandolfo, Rodolfo Santullo, Ramiro Sanchiz, Luciano Lamberti, Diego Cortés, Leonardo Oyola, Martín Cristal y un servidor. El editorial está a cargo de Sebastián Pons y todas las ilustraciones son obra de Nicolás Sánchez Brondo.
La revista cuenta, además, con una contraparte virtual -independiente de la edición en papel- en la que se publicarán novelas por entrega de diferentes géneros, un capítulo nuevo de cada una por cada día de la semana. Las cuatro novelas están agrupadas bajo el nombre de Palp Series y los autores a cargo son Diego Cortés (Musa), Alejandro P. Drallny (Bandera Roja), Ari Epstein (Perpetua en Eribea) y Guillermo Bawden (Marea de Bronce). Las mismas se podrán leer a partir de marzo de 2014 en la página de la revista.
Poco después del lanzamiento, Marcha dialogó con Diego Cortés sobre la flamante publicación.
¿Cómo fue la génesis del proyecto? Tu editorial siempre se interesó por el comic y la narrativa, pero recién ahora, con casi 20 años de trayectoria, se larga con una revista que reivindica los géneros populares del siglo XX ¿Tiene que ver con una posibilidad económica? ¿Existe hoy una coyuntura favorable para escribir, leer y publicar literatura de géneros?
Fue por la reunión de personas que coincidimos en gustos por este tipo de obras. He sido siempre lector de ciencia ficción, terror, policiales. Entre mis escritores preferidos se encuentran Dick, Ballard, Jim Thomspon, James Ellroy y varios más. No creo que la cosa sea reivindicarlos para nada. En los libros que llaman “de género” están quizás algunos de los escritores más innovadores e interesantes del siglo XX. La revista surge porque se da la reunión de las personas para llevarla a cabo. Nunca en Llanto de mudo pensamos en posibilidades económicas, sino en hacer las cosas que nos parecen interesantes. El proyecto es doble, este mes la revista, en marzo la web con 4 novelas de publicación semanal.
¿Y luego las llevarán al papel?
Sí, es la idea, veremos cómo funciona la cosa. La revista va a salir cada 6 meses, calculo que el número 2 saldrá en mayo/junio y a fines de 2014, el 3.
Veo que distribuirán por varias ciudades y que hay autores de varios lugares…
Sí, la idea incluso es que el año que viene llegue a Uruguay, Llanto de mudo tiene muchos amigos en Uruguay, hemos editado a varios autores (ahora sale el nuevo de Ramiro Sanchiz), así que vamos a buscarle la vuelta.
En el primer número está como colaborador Elvio E. Gandolfo, que es un gran divulgador de literatura fantástica, policial y terror… ¿hay planes de incluir algún otro escritor de ese calibre en el próximo?
Preferimos no adelantar nada, hay nombres pero nada fijo. Lo otro es que quizás para el 3 ya hagamos una convocatoria abierta, así la gente puede enviar sus trabajos. Ojalá podamos, es la idea, lo mismo, el proyecto se generó tan rápido, en un par de meses, que nos estamos acomodando y pensando el numero 2 ahora que ya terminamos el 1.
¿Qué tirada tiene en cantidad de ejemplares?
500 ejemplares por ahora.
¿En el comité editorial tienen funciones específicas según la especialidad de cada uno? ¿Podés contar un poco cómo se conforma el equipo?
No, hacemos todo entre todos; por supuesto que yo soy el editor, el que se encarga de la edición en papel, pero en la selección, corrección y diseño estamos todos. Cada uno más en su fuerte, pero todos juntos.
¿Qué es lo que les gustaría rescatar de la vieja literatura pulp norteamericana de comienzos de siglo XX?
Estamos tratando, entre uruguayos y cordobeses (que así quedó armado este número) de tomar el espíritu de esos escritores que a todos nos han tocado, que están fuera de la universidad y del canon, y traerlos a nuestra realidad. Casi todos los cuentos y todas las novelas que van a salir están situadas por estos lados, abandonando un poco los escenarios lejanos y tratando de ponerles nuestra impronta. El nombre ya marca eso, la relectura sudamericana de algo con origen extranjero, ya desde el mismo título.
¿Tienen referentes de proyectos afines, previos a este? Pienso en Gandolfo y lo que fue la revista El péndulo. Además de él, ¿podrías mencionar algún otro proyecto emparentado con Palp?
Sí, El Péndulo es un referente. La colección de Minotauro también. Y aún esa novelitas sci-fi, policial y western que por ahí compramos en los usados en algún momento de nuestras vidas, junto a todas las ediciones pocket de terror, sci-fi, policial, que hemos leído con entusiasmo, todo es un referente,
Si tuvieras la posibilidad de revivir a tus autores favoritos para que colaboren con la revista ¿qué nombres te gustaría tener a bordo? Y de los que están vivos pero son -de alguna manera- inaccesibles, ¿cuáles te gustarían que colaborasen con relatos escritos ad hoc?
Uh, muchísimos. Mis cuatro favoritos, pero mal, mal, son Dick, Ballard, Jim Thompson y Lovecraft. Creo que entre todos ellos tenemos gran parte de la cultura del siglo XX, sea cine, comics o libros. De los segundos: Robert Silverberg, Palahniuk en su versión RANT, William Gibson.
¿Pensás que la aceptación de los géneros populares por parte de autores consagrados y grandes editoriales en la última década se debe a un agotamiento del canon tradicional o a una legitimación por parte de la academia?
Por mi parte he sido siempre un lector salvaje, decidía en la librería lo que iba a leer, y siempre tuve el gusto por los márgenes en poesía, historieta y narrativa. Creo que ese tipo de legitimación no importa para nada. Leí más Dick que a Eco, me emocioné más con Ballard. Como escritor o lector no necesito legitimación. Y como dice Gandolfo, la literatura formal vive alimentándose de lo que está en los márgenes, y a la inversa también. Dick era un lector de filosofía y un fanático de Dostoievsky. Creo que todos los que escribimos ahora tenemos esas fronteras desdibujadas, disfrutamos tanto de Philip Roth como de Stephen King sin pensar que hay diferencias.