En Chile, organizaciones sociales y sindicatos rindieron homenaje a Salvador Allende en el 39 aniversario de su muerte. En toda Latinoamérica se abogó para que su legado siga vivo.
Salvador Allende, presidente chileno por el socialista Partido Unidad Popular, se suicidó el 11 de septiembre de 1973 con un fusil que le regaló su amigo, el ex presidente cubano Fidel Castro. Eso dictaminó justamente ayer, al cumplirse 39 años de aquellos trágicos eventos, la justicia chilena. La Corte de Apelaciones de Santiago, decidió cerrar el sumario abierto a fines de 2011 por el juez instructor Mario Carroza, rechazando así la petición que hizo en enero el Movimiento Socialistas Allendistas (MSA). El mandatario resistió en el palacio presidencial ante los embates del ejército comandado por Augusto Pinochet, y lo hizo hasta las últimas consecuencias. Para no caer en manos enemigas se quitó la vida. Fue poco antes del mediodía, mientras los aviones de la Fuerza Aérea chilena bombardeaban la Moneda, en lo que fue uno de los golpes de estado más sangrientos de la historia latinoamericana.
En el aniversario de esos acontecimientos, organizaciones sociales y partidos políticos chilenos protagonizaron un homenaje al ex presidente en el monumento a Allende, frente al palacio presidencial. Allí estuvieron representantes de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), y de los Ejecutados Políticos, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), del Comando de Exonerados de las Fuerzas Armadas, del Colegio de Profesores, de los estudiantes y de partidos políticos como el Comunista, Allendista y los socialistas, entre otros.
Sin embargo el acto trascendió el simple recordatorio, para entrar fuertemente en la situación del Chile actual. En un discurso encendido, la presidenta de la AFDD, Lorena Pizarro, vinculó el terrorismo de estado que sufrió el pueblo chileno durante la dictadura de Pinochet, con la represión que hoy sufren distintos sectores sociales en el país. “Vemos cómo en las comisaría el abuso a menores ya se está volviendo una costumbre, vemos cómo en las manifestaciones callejeras nuevamente autos civiles detienen y secuestran por horas niños y niñas. Nos indigna y nos duele porque esencialmente somos defensores de la vida y de la dignidad”, arengó Pizarro.
Alrededor de la plaza, carabineros antimotín vigilaron el acto, y el palacio presidencial se encontraba vallado. “Y no está lejano el día en que esas rejas tendrán que salir de ahí, para permitirle al pueblo chileno avanzar libre por las Alamedas, y rendir el justo homenaje que merece Salvador Allende”, aseguró.
Diferentes organizaciones sociales hicieron llegar a todos los puntos del país su homenaje a la figura de Allende. Con una particularidad. En su gran mayoría, reclaman la vuelta a las iniciativas populares que aquél gobierno de inspiración marxista, primero en el mundo en llegar al poder a través de elecciones, había logrado implementar en sus tres años de mando. Estudiantes y docentes, pidieron la vuelta a un sistema educativo público y gratuito. Los sindicatos en general, pidieron por el control del estado sobre los recursos naturales -Allende nacionalizó, entre otras, la industria del cobre-, y otras iniciativas llevadas a cabo por el gobierno de entonces, como la reforma agraria, el control de precios, el aumento de salarios a todos los trabajadores y una reforma constitucional.
“No quieren que se muestre a este pueblo que, a pesar del dolor, que a pesar de la persecución, que a pesar de la pobreza y de la injusticia social, la conciencia se levanta y dice: aquí estamos para rendir tributo al más grande, noble y digno presidente que ha tenido nuestro país”, cerró Pizarro desde el monumento a Allende.
Socialismo por la vía electoral
Mientras el actual presidente chileno, Sebastian Piñera, continuaba con lo que definió “una normal jornada de trabajo”, en toda América Latina también se rindió homenaje a Salvador Allende. La más fuerte, quizás, la que protagonizó el presidente Hugo Chávez desde Caracas, en plena campaña hacia lo que parece será un nuevo triunfo electoral del presidente socialista en las elecciones del 7 de octubre. “Lo que hoy está ocurriendo en América Latina, aquí en Venezuela y en muchos otros países de nuestra América reivindica el esfuerzo, el sacrificio supremo de aquel Presidente, de aquel compañero”, enfatizó Chávez. “Algunos, incluso del campo socialista y revolucionario, decían que era imposible la vía al socialismo por la vía electoral. No es que no sea viable por la vía pacífica ir construyendo los senderos del socialismo, pero una revolución no puede estar desarmada”, reflexionó el presidente venezolano.
Hoy, se conocen los archivos de los servicios secretos estadounidenses en torno al apoyo logístico, económico y político con el que contó Pinochet para llevar adelante el golpe de estado contra Allende. Una de las frases más recordadas en el día de ayer, fue la del asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Richard Nixon, Henry Kissinger, quien al enterarse del triunfo del socialismo en Chile en 1970 expresó: “No veo por qué tenemos necesidad de estar parados y ver un país ir al comunismo por la irresponsabilidad de su propio pueblo”.