A menos de dos meses de las elecciones en Estados Unidos, Obama y Romney se cruzan por la política internacional y económica en un intento por ganar al electorado. Las encuestas, sin embargo, se mantienen con escasa diferencia, favoreciendo al candidato demócrata.
El candidato a la reelección presidencial para Estados Unidos por el Partido Democrata, Barack Obama, y el candidato republicano, Mitt Romney, tuvieron fuertes intercambios en torno a la política exterior del país en la zona de Medio Oriente.
Romney calificó de “débil” la política exterior de la gestión de Obama y lo criticó en una entrevista televisiva por no acordar una reunión con Netanyahu al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizará esta semana en Nueva York.
“Creo que también debemos comunicar que Israel es nuestro aliado, nuestro estrecho aliado. El hecho de no reunirse con el premier israelí es un error que envía un mensaje a Medio Oriente de que nos distanciamos de nuestros amigos”, afirmó el candidato, quien en días previos también había expresado en un acto su inconformidad hacia el recorte presupuestario del gasto militar impulsado porla Casa Blanca.
“Al observar el mundo hoy, a veces parece que estamos a merced de los eventos, en lugar de estar influyendo en ellos. Unos Estados Unidos fuertes son esenciales para influir en los eventos, y unos Estados Unidos fuertes dependen de unas fuerzas armadas fuertes, tan fuertes que a nadie se le ocurra nunca ponerlas a prueba. El mundo necesita del liderazgo estadounidense, Medio Oriente necesita nuestro liderazgo”, aseguró Romney durante un acto en Virginia.
Ante esto, Obama desafió a su rival a que aclare si considera que el país debe involucrarse en un nuevo conflicto bélico. “Ejecuté mi política exterior, y es con la que el pueblo está mayormente de acuerdo. Si Romney considera que deberíamos comenzar otra guerra, debería decirlo”, sentenció.
Seguidamente el actual presidente enumeró lo que considera los logros mas importantes de su gestión en esa materia: el fin de la guerra de Irak, el combate a Al Qaeda y el asesinato de su líder Osama bin Laden el año pasado.
En cuanto a la política hacia Medio Oriente, Obama respondió, cuando le preguntaron en el programa “60 minutes” de CBS por la presión del Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu para que adopte una línea mas dura con Irán, que la única presión que sentía era “simplemente hacer lo correcto para el pueblo estadounidense”.
En un video difundido a mediados de septiembre, Romney también critico al candidato demócrata por ser capaz de sentarse en la misma mesa con lideres como Valdimir Putin (Rusia), Hugo Chavez (Venezuela) y Mahmud Ahmadineyad (Iran), sin importar sus “malas acciones”, a la vez que consideró intolerable que Iran pueda fabricar una bomba nuclear, ya que esto amenazaría la seguridad de Israel y de todo el mundo.
En esa línea, se negó también a la posibilidad de aceptar un estado palestino, argumentando que “realmente los palestinos no quieren ser libres”, ya que esto traería consecuencias trágicas para Israel.
Otro terreno de entredichos fue la política a seguir para la economía del país, que continua débil, y ambos aseguraron tener la clave para darle el impulso necesario.
En el video antes mencionado, Romney se refirió a la política económica de Obama diciendo que gracias a ella “el 47 % de la población es dependiente de Estado” y que creen que el estado tiene la responsabilidad de cuidar de ellos.
“Mi trabajo no es ocuparme de esa gente. Nunca los voy a convencer de que tienen que asumir sus propias responsabilidades”, remató el republicano, perjudicando gravemente su imagen ante el electorado.
En un intento por recomponer la imagen del candidato, su portavoz de campaña, Gail Gitcho, negó la autenticidad del video y aseguró en un comunicado que “Romney quiere ayudar a todos los estadounidenses que la pasan mal en la economía de Obama”.
Sin embargo, el plan de Romney es reducir los impuestos sobre la renta en un 20% y defender tasas mas bajas para los impuestos a las ganancias de capital que benefician a los sectores mas adinerados de la sociedad estadounidense.
Por su parte, en un intento de defender su gestión, Obama apuntó al caos en que se encontraba la economía cuando asumió el cargo y dijo que se lograron progresos, si bien admitió que se necesitaba hacer más.
“La pregunta ahora para el pueblo estadounidense es ¿Seguimos avanzando y seguimos haciendo progresos o retrocedemos a las políticas que nos llevaron con anterioridad a este caos?”, desafió el presidente.
También reconoció como su mayor fracaso el no haber logrado la reforma migratoria prometida durante el año 2008 y con la que conquistó al 67% del electorado hispano, tema sensible en un país donde la primera minoría es la población latina, con más de 50 millones de personas.
Según el sitio Real Clear Politics, que monitorea el proceso electoral y muestra en promedio de los principales sondeos, Obama (48%) aventaja a Romney (44%) por 4 puntos de diferencia.