El martes comenzó la Convención Nacional del Partido Demócrata de Estados Unidos que dará a conocer la candidatura oficial de Barack Obama y hará oficial la plataforma electoral: progresista en cuanto a derechos sociales, conservadora en política exterior.
En la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, arrancó el martes la Convención del Partido Demócrata que dará a conocer, el jueves cuando finalice, la candidatura de Barack Obama para las próximas elecciones presidenciales del 6 de noviembre. Además durante las jornadas hablaron Michelle Obama, Bill Clinton y diversas figuras del partido, entre ellas Julián Castro, el joven alcalde de San Antonio y estrella emergente nacional del partido, a quien algunos aquí bautizan como “el próximo Obama”.
Durante el primer día, los delegados a la Convención aprobaron la plataforma de gobierno para un próximo período al frente de la Casa Blanca, dando importancia al aumento de impuestos a los más ricos y el derecho al aborto. El programa, también incluye la defensa al matrimonio de personas del mismo sexo y espera aplazar los recortes de impuestos para la clase media y el 98% de las familias que ganan menos 250 mil dólares anuales, con el compromiso de no aumentarlos. Los demócratas proponen ampliar las reducciones fiscales para las familias trabajadoras y para quienes pagan estudios universitarios.
También se comprometieron a decretar una reforma migratoria integral, que “sacaría de las sombras a los inmigrantes que carezcan de documentación”, y que permitirá que estas personas aprendan inglés, y paguen impuestos.
El mundo demócrata con ojos de republicano
A pesar de esta visión de la política interna mucho más progresista que la de los republicanos, en política exterior el partido de color azul no se diferencia mucho de sus primos conservadores. En una sección sobre “apoyo de libertad”, la plataforma -que más bien es una reafirmación de las políticas de relaciones internacionales del gobierno de Obama- festeja a las democracias vibrantes en México, Brasil, Costa Rica y Chile, así como las “transferencias de poder históricas” en países como El Salvador y Uruguay. Sin embargo, a pesar del “avance democrático en la región”, perduran “las desigualdades marcadas en el poder político y económico”.
“Continuaremos presionado por una gobernabilidad más transparente y que rinda cuentas”. Y al igual que los republicanos, hacen menciones específicas en contra de ciertos países. “Promoveremos mayor libertad en Cuba y Venezuela hasta que todos sus ciudadanos gocen de los derechos universales que merecen”.
En cuanto a Cuba, se afirma que el gobierno de Obama ha llevado a cabo uno de los esfuerzos “más significativos en décadas para relacionarse con el pueblo cubano, enfocado en la importancia de los vínculos familiares entre los cubano-estadunidenses y sus familiares que aún viven bajo la opresión”, y que incluye la liberalización de viajes y envío de remesas.
“Hemos dado pasos adicionales para apoyar a la sociedad civil cubana, ampliando intercambios con el propósito de apoyar a grupos religiosos en la isla y mejorando el libre flujo de información entre el pueblo cubano y desde el interior y hacia el exterior. Procediendo hacia delante, continuaremos apoyando el deseo del pueblo cubano de determinar libremente su propio futuro”.
Llama la atención que Cuba, uno de los países más pequeños del planeta, es el único de América que merece un párrafo entero mientras México, Brasil y otros de la región son sólo parte de listas y ejemplos.
Por último, algo que sorprendió a propios y extraños fue que el martes, la plataforma demócrata sostenía un cambio sustancial en cuanto a la política exterior estadounidense y sobre un tema tan central como es el conflicto de Medio Oriente. Jerusalén no aparecía reconocida como la capital indiscutible del Estado de Israel marcando un cambio de posición con la plataforma que llevó a Obama a la presidencia en 2008. Sin embargo, la novedad no duró mucho. El miércoles, luego de recibir duras críticas de los republicanos por esto y por no mencionar la fe en Dios, la Convención que está reunida en Charlotte cambió de posición. Antonio Villaraigosa, alcalde de la ciudad de Los Ángeles y presidente del evento partidario, llamó tres veces a votar antes de dar el veredicto final, en medio del abucheo de muchos de los participantes que objetaron las enmiendas. Las dos rectificaciones fueron aprobadas por una mayoría de dos tercios, pese a que los delegados se mostraron muy divididos.
La nueva plataforma programática de los demócratas retoma las palabras contenidas en el programa político aprobado en 2008 que aseguraba que “necesitamos un gobierno que defienda las esperanzas, valores e intereses de la gente trabajadora, y le dé a todos los que estén dispuestos a trabajar duro la posibilidad de aprovechar al máximo al potencial dado por Dios”.
Por su parte, Ted Strickland, ex gobernador del estado de Ohio fue quién planteó añadir una enmienda que reconociera que Jerusalén es la capital de Israel. “El presidente Barack Obama reconoció a Jerusalén como la capital de Israel, y creemos que nuestra plataforma también debería hacerlo” dijo.
Durante la noche de ayer habló Bill Clinton, una de las figuras más esperadas del evento y el día de hoy cerrará Barack Obama, actual presidente y candidato. Después quedarán solo dos meses para definir el próximo presidente de uno de los países más importantes del planeta. Hecho que definirá en gran parte el desarrollo de la geopolítica mundial los próximos años.