Al igual que en otras ciudades de Estados Unidos, está vigente en Filadelfia una ordenanza que prohíbe a los ciudadanos dar alimentos a quienes se encuentran en situación de calle.
Los primeros días de junio entró en vigencia una ordenanza de la alcaldía de Filadelfia que prohíbe dar de comer a gente que duerme en la calle. La policía ahora podrá arrestar a quienes intenten compartir comida con un ‘sin techo’.
Orlando fue la primera ciudad en EE.UU. que declaró ilegal alimentar a los pobres al aire libre. En Houston se está discutiendo aprobar la misma normativa. Denver ha comenzado a aplicar la prohibición de comer y dormir en espacios públicos. Durante este mes, los legisladores de Ashland, Oregon, están evaluando la posibilidad de reforzar la prohibición de acampar y hacer ruido en espacios abiertos. Y la lista sigue: Atlanta, Phoenix, San Diego, Los Ángeles, Miami, Oklahoma City, Dallas, Tampa y más de 50 ciudades han adoptado previamente algún tipo de ley anti-campamento o intercambio de alimentos, según datos del Centro Nacional de Derecho de Personas sin Hogar y la Pobreza. En este sentido, el 24 de marzo pasado Filadelfia aprobó la ley que prohíbe “todo tipo de alimentación de una gran cantidad de gente” en parques y otras zonas públicas al aire libre.
Esta decisión ignora una situación que está más presente de lo que se cree en el país del norte. Según los datos del Departamento de Agricultura estadounidense, en febrero de 2011 casi el 15 por ciento de la población -unas 46,3 millones de personas, sobre 309 millones de habitantes- dependían de los bonos de comida para hacer frente a su necesidad más básica. Activistas y defensores de los derechos civiles en EE.UU. sostienen que este problema se ha agudizado y que hoy por hoy “para una de cada seis personas en este país el hambre es una realidad”.
“Fatiga de la compasión”
El alcalde de Filadelfia, Michael Nutter, afirmó que alimentar a los sin hogar en los parques viola las condiciones sanitarias. La nueva normativa “protege la dignidad de los ‘sin techo’, la limpieza en los parques y elimina las dudas sobre la calidad de la comida que se comparte” y propone fomentar la práctica de alimentar a los pobres en locales cubiertos.
Sin embargo, este planteo -que es el que prima entre los impulsores de estas medidas- está lejos de complacer a quienes rechazan la decisión y plantean que el interés real es otro. “Esta ley evidentemente fue elaborada no para intentar proteger la salud y dignidad de los ‘sin techo’, sino para ocultar a los ‘sin techo’ en un rincón y fingir que el problema no existe en nuestra ciudad”, denunció Brian Jenkins, de la organización de defensa de derechos humanos Chosen 300 Ministries.
Esta organización, junto a otras instituciones religiosas de Filadelfia, presentó una demanda federal, considerando “inconstitucional” la normativa. El argumento esgrimido es que las regulaciones infringen sus derechos de libertad de religión y libertad de expresión bajo la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
Pablo Messing, miembro de los firma de abogados Rudovsky, Messing y Feinberg, que lleva adelante la demanda, dijo que sus clientes han estado alimentando a las personas sin hogar en el Benjamin Franklin Parkway y otros lugares durante más de una década, como parte de sus misiones religiosas. “La ley de Pennsylvania protege sus acciones”, aseguró.
En 2007, el Centro Nacional de Leyes para Personas sin Hogar y la Pobreza presentó una demanda contra Dallas para oponerse a una ordenanza similar, que prohibía a muchos grupos mantener la provisión de alimentos en lugares en los que lo habían hecho durante años. Está programado que el juicio comience este mes.
Por su parte, Neil Donovan, director ejecutivo de la Coalición Nacional para las Personas sin Hogar, considera que las ordenanzas son posibles signos de lo que él denomina “fatiga de la compasión”. “La gente se está frustrando y empieza a enojarse con el tema”, señaló. Y agregó que “la persona que está pidiendo dinero fuera de una cafetería, la persona que está acampando a las afueras del estadio, los desamparados crónicos están recibiendo la peor parte de esta ira”.
En el país de la libertad, la solidaridad esta prohibida.