Por Tamara Perelmuter. El 11 de junio la Cámara 1ª del Crimen comenzará a juzgar a dos productores agropecuarios y a un piloto de avión, por fumigación en el barrio Ituzaingó Anexo, Córdoba.
Se trata de la primera causa a nivel nacional en la que van a juicio productores agropecuarios acusados de fumigar campos con agroquímicos. Los imputados son los dos productores sojeros que explotaban esas parcelas, Jorge Alberto Gabrielli y Francisco Rafael Parra, y el aviador Edgardo José Pancello, propietario del avión que esparcía estos venenos sobre el barrio. Se juzga la presunta violación de la ley cordobesa Nº 9164 de agroquímicos, que prohíbe las fumigaciones aéreas de endosulfán (a menos de1.500 metros) o glifosato (500 metros).
La causa comenzó en 2002, cuando un grupo de mujeres, a través de un mapeo hecho sólo entre sus conocidos, encontró 200 casos de cáncer en un barrio de cinco mil habitantes. Nacieron de esa manera las “Madres de Ituzaingo”, un símbolo de la lucha contra una de las consecuencias más visibles del modelo sojero.
Años más tarde, el gobierno provincial realizó un análisis para determinar el grado de toxicidad en sangre de 30 niños. Los resultados demostraron que la totalidad de las muestras tenían pesticidas. Esto fue ratificado porla Organización Panamericanadela Saluden 2007, cuando -luego de un intenso relevamiento- admitieron que “el barrio Ituzaingó Anexo puede considerarse como un sitio contaminado”. El 30 de diciembre de 2008 tuvo lugar la primera acción judicial, cuando la justicia cordobesa prohibió por primera vez las fumigaciones terrestres a menos de500 metrosde zonas urbanas y las áreas a la distancia mínima de 1500.
Ante la contaminación, la organización
El endosulfán es un pesticida utilizado para controlar plagas de insectos en algodón, tabaco, sorgo y soja, y quela Agenciade Protección de Medio ambiente (EPA) califica enla Categoría I, la de alta toxicidad aguda. El glifosato, por su parte, es el agrotóxico utilizado para varios transgénicos, principalmente la soja. Se comercializa bajo el nombre de Roundup, de la multinacional Monsanto, líder internacional en agrotóxicos y paradigma de un modelo de contaminación ambiental y perjuicio sobre la salud. En Argentina, desde 1996 hasta 2012, el uso de los agroquímicos creció de30 a340 millones de litros anuales. En la misma hectárea donde se usaban 2 ó3 litrosde glifosato, hoy se usan 8 o12 litros.
En los últimos años se multiplicaron las denuncias de problemas de salud por el creciente uso de los agroquímicos en Argentina. En los últimos 15 años se transformaron las formas de enfermar y de morir en los territorios en los que se ha instalado el modelo sojero. Un gran número de pueblos que sufren la exposición a estos agroquímicos y que ven crecer el número de casos de enfermedades (cáncer, enfermedades endocrinas y malformaciones) y la afectación de las curvas de natalidad (aumento de abortos espontáneos e infertilidad) han comenzado a organizarse para demandar por legislaciones que frenen el proceso, al tiempo que reclaman por el establecimiento de mecanismos de salud que mejoren sus condiciones de vida.
Luego de la aparición de la Madresde Ituzaingó, un gran número de pueblos se pusieron de pie. Más tarde se constituyó la campaña “Paren de Fumigarnos”, donde confluyen grupos de varias provincias contra el uso de agroquímicos y el modelo agrario, haciendo un llamado a “los pueblos fumigados a ponerse en movimiento en defensa del derecho a la salud y a un ambiente sano y equilibrado, que garantice el desarrollo humano de esta generación sin comprometer a las generaciones futuras”.
Asimismo, para los Médicos de Pueblos Fumigados, en necesario prohibir las fumigaciones aéreas; restringir el área de fumigaciones terrestres, alejándolas de las zonas pobladas; reclasificar los agrotóxicos utilizados en nuestro país, considerando sus efectos agudos, de mediano y largo plazo en los seres humanos; y aplicar el Principio Precautorio establecido enla Ley Generaldel Ambiente Nº 25.675, Art. 4º.
El juicio que comienza a principios de junio es un paso muy importante en este sentido. Según las palabras esgrimidas por el Profesor de Embriología de la UBAe investigador del Conicet, Andrés Carrasco, en una charla en la Facultadde Medicina de la UBA, “la contaminación ya está ampliamente probada, lo que hace falta ahora es voluntad política de encarar el problema”.