Con la rescisión del contrato a TBA, las empresas Metrovías y Ferrovías se han hecho con el control de casi la totalidad de los ferrocarriles metropolitanos, ya que operan las líneas Mitre, Sarmiento, Roca, San martín y Belgrano Sur.
El jueves pasado, un día antes del cumplimiento de un aniversario más de la Revolución de 1810, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, anunció desde el Palacio de Hacienda la rescisión del contrato con Trenes de Buenos Aires (TBA) para la operación de las líneas Sarmiento, Mitre y la participación que tiene en las líneas que administra la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE). Para la nueva administración se promulgó el Decreto presidencial 793/2012, que crea una nueva Unidad Operadora en la que estarán presentes los mismos actores que en la UGOFE: Metrovías (del grupo Roggio) y Ferrovías (EMEPA, grupo Romero).
La UGOFE es una sociedad creada a través del Decreto presidencial 798/2004 y por la Resolución 408/2004 de la Secretaría de Transporte, para quitarle la concesión de la línea General San Martín a la Empresa de Transportes Metropolitanos, del Grupo Taselli. Con esta medida se rompió el primer contrato de concesión que venía de la década del noventa, momento en que se habían privatizado todos los ferrocarriles argentinos. Luego, en 2007, con los Decretos 591 y 592 se le quitó la concesión de dos nuevas líneas, la del Ferrocarril Roca y el Belgrano Sur. Sergio Taselli, el dueño de esta empresa, está siendo investigado por la Justicia por irregularidades en el manejo de los subsidios que el Estado le otorgó en los años que administró los ferrocarriles.
UGOFE fue creada en carácter de “emergencia”. Se trata, por definición, de una administración “temporal” y no de una gestión estatal, cómo se dijo en algunos medios en la última semana. Por su parte, los contratos de las líneas están supeditados a las decisiones del Ministerio de Planificación. La experiencia de UGOFE en la administración del Roca y su relación con los gremios ferroviarios dejó como consecuencia la muerte de Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero, asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria (conducida por José Pedraza) mientras realizaba una protesta en contra de la tercerización laboral.
En sus inicios, UGOFE estuvo conformada por Metrovías, Ferrovías y Trenes de Buenos Aires, la diferencia con la nueva operadora será la ausencia de TBA. En una carta publicada por el MONAREFA (Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos) se detalla con claridad que quienes se harán cargo del Sarmiento y Mitre, en realidad también son parte del vaciamiento de los ferrocarriles durante las últimas décadas.
Juan Carlos Cena, fundador del movimiento, señaló a Marcha: “Estas empresas expresan el mismo sistema corrupto que han llevado los Cirigliano en TBA”.
El documento detalla que “la ANSES denuncia a Metrovías porque esta habría realizado préstamos de dinero de la compañía y asesoramiento técnico con firmas que constituyen el Grupo Roggio”. Por el lado de Ferrovías, las denuncias dicen que la empresa está siendo “investigada por el ex el fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, quien denunció por esos tiempos al funcionario secretario de Transporte, Ricardo Jaime, por presuntas irregularidades en su gestión. Se lo acusa de haber pagado de más por la remodelación y reconstrucción de 120 vagones del F.C. Belgrano Norte. El beneficiario de esos pagos fue el concesionario del servicio, la empresa Ferrovías S.A -EMEPA. La imputación es por el delito de administración fraudulenta en perjuicio del Estado. La otra maniobra sospechada por la fiscalía es la contratación directa, con aparentes sobre valuaciones para la reparación de varias estaciones.”
Entre la quita de las concesiones de 2007 y la de 2012 existe una similitud interesante. Entre los considerandos del decreto 591/07 se menciona “brindar el servicio público de transporte ferroviario de pasajeros en condiciones de calidad, confort y seguridad (… ), el mantenimiento del material tractivo y rodante entregado, como así también de los bienes muebles e inmuebles que fueran entregados en concesión, resguardándolos con los seguros correspondientes o con la referida garantía. La prestación del servicio de transporte público ferroviario de pasajeros en condiciones de calidad, confort y seguridad implica el cumplimiento de las frecuencias y horarios aprobados por el organismo de control, sin cancelaciones, demoras ni reducción de la oferta del servicio -cantidad de coches por formación”. Estas observaciones -realizadas primero en 2004 y luego en 2007- permiten ver con cómo el estado de los ferrocarriles ha sido un problema de las últimas décadas, no sólo del actual servicio del Sarmiento y de casi todas las líneas que operan hoy en el Área Metropolitana. En sí, esto mismo está descripto en la última quita de concesión que el Estado ha hecho el pasado 24 de mayo.
Edgardo Reynoso, delegado de la línea Sarmiento, explicó a este medio que una de las preocupaciones más grandes que tienen los trabajadores es la falta de confianza en la nueva administración, ya que “ambas son parte de este sistema ferroviario corrupto. Ellos han sido una parte fundamental del vaciamiento del sistema ferroviario, junto con los funcionarios gubernamentales, y por supuesto los gremios. Tanto Roggio como Romero son socios de La Fraternidad y la Unión Ferroviaria en el Belgrano Cargas”. Sobre la quita de la concesión, Reynoso dijo que “la concesión debería haber caído hace años, porque tiene diversas anomalías que estaban contempladas en el contrato que la regulaba. TBA tenía que llamar a convocatoria de acreedores en 1994. Eso ameritaba que hubiera caído la concesión. Sin embargo siguió operando aunque fuera financieramente inoperable. El régimen de concesión ha estado lleno de irregularidades. Y desgraciadamente llegamos a este triste final”.
Asamblea en el Sarmiento
Además de haber perdido la concesión del servicio, TBA se fue sin negociar las paritarias con los trabajadores, por eso el cuerpo de delegados está llamando a una asamblea para hoy en los talleres de Haedo a las 13.30 horas. Allí se reunirán los trabajadores para discutir qué hacer, en tanto no han cerrado un aumento salarial para este 2012. Además, Reynoso comentó que la idea es refrendar lo votado en la asamblea del 29 de febrero, donde se planteó una solución al problema de los trenes con “la reestatización del servicio ferroviario y la creación de una sola empresa ferroviaria estatal, incluyendo la reestatización de la carga, ya que es el financiamiento genuino del servicio ferroviario y está al servicio de las empresas exportadoras.”
Los trabajadores de la línea evalúan que la quita de la concesión estuvo relacionada con las medidas que se impulsaron desde aquella última asamblea en febrero y gracias al consenso que se creó en la sociedad sobre lo “insostenible” que era mantener al Grupo Cirigliano al frente de los trenes. “Parte de la caída de TBA es gracias a la movilización y la persistencia de los trabajadores en su pelea contra la empresa. El petitorio con más de 20.000 firmas contra la empresa, más las denuncias presentadas por parte de los trabajadores, han sido claves para llegar a esta medida”, concluyó.