Por Orlando Agüero. Mientras el problema de la basura sigue sin resolverse en el distrito del sur del Conurbano, por segundo año consecutivo se declaró nuevamente el estado de Emergencia Sanitaria: la vía para la renovación automática del contrato millonario de COVELIA.
Escuchamos que en el distrito de Quilmes se declara nuevamente el estado de emergencia sanitaria, y casi automáticamente lo asociamos a que los habitantes de la ciudad están atravesados por un momento en donde su salud se encuentra comprometida o en riesgo.
Pensamos que el sistema de salud precisa una asistencia especial desde el estado municipal para hacer frente a la situación de contingencia que amerita tal decisión comunal. Imaginamos que las medidas urgentes a tomar por parte del ejecutivo municipal serían designar una partida presupuestaria especial destinada al área de salud, con el objetivo de paliar las necesidades de las Unidades Sanitarias barriales, del Dispensario Municipal y del Hospital de Quilmes. Formar un Comité de Crisis integrado por profesionales médicos y paramédicos, organizaciones civiles dedicadas a la problemática de la salud y el ambiente y el propio Estado para evaluar y poner en práctica un protocolo de procedimiento para esta coyuntura y que determinen como se disponen los recursos, los brazos y donde es que se deberían ubicar para llevar a cabo el plan de emergencia y así atacar frontalmente el problema de fondo que originó la medida del estado municipal.
Sin embargo, la decisión tomada desde el Concejo Deliberante, por pedido del ejecutivo local, no empujó ninguna de las iniciativas que enumeramos en el párrafo anterior.
Es que en esta ciudad el problema de qué hacer con los Residuos Sólidos Urbanos parece no tener fin, y la fórmula encontrada por el Intendente Francisco “Barba” Gutiérrez es, desde hace dos años, declarar el Estado de Emergencia Sanitaria en el distrito y así obtener el poder necesario para extender el contrato con la empresa de recolección Covelia sin la necesidad de llamar a licitación o concurso alguno.
Claro que recontratar a esta empresa privada no solo no es gratuito en términos económicos, sino que la decisión también produce sus costos políticos. Así es que la empresa se lleva del municipio más de cien millones de pesos al año, gracias a la declaración de la Emergencia Sanitaria, brindando un servicio varias veces deplorable y que condena a los vecinos y vecinas al verdadero estado de emergencia en términos de salud y medio ambiente.
Además en cada re-contrato hay una suba de las tarifas, por lo cual no será sorpresa un aumento en los costos ante una nueva firma del convenio.
Pero como si esto fuera poco, paralelamente a esta medida se prepara un sustancial aumento de las tasas municipales en un promedio del 33%, o sea que los contribuyentes tendrán que, además de soportar a una empresa ineficiente, pagar los costos de una posible solución que nunca llega, como lo es la tan prometida municipalización que desde que comenzó el conflicto, allá por agosto del 2011 entre el municipio, Covelia y el Sindicato de Camioneros, vienen pregonando como si se encontrara esta solución al alcance de la mano.
Esta Emergencia Sanitaria afecta a la mayoría de los quilmeños. Que es una realidad que hace falta mejorar el sistema de salud, y que habría que convocar a las personalidades y organizaciones que se preocupan en serio por la situación de la salud y el ambiente. Que los perjudicados son todos los vecinos, pero que en mayor medida aquellos que habitan lugares donde el abandono por parte del Estado es moneda corriente. También aquellos que viven en inmediaciones de basurales a cielo abierto, que en general son barrios pobres, villas y asentamientos de gente muy humilde, como por ejemplo la Villa Itatí, y el Basural de la calle Italia en la Ribera quilmeña, entre otros, que son en definitiva quienes padecen en carne propia los verdaderos efectos del real problema sanitario que existe en esta ciudad, a causa del muy mal abordaje del sistema de recolección y tratamiento de los residuos sólidos urbanos.
Mientras el gobierno municipal no lea correctamente el mensaje de las urnas del domingo 27 de octubre pasado, donde fue derrotado, y no escuche las propuestas alternativas para solucionar el problema, como el de las organizaciones sociales y ambientales que proponen el proyecto de Municipalización con Participación Popular, los únicos beneficiados con la Emergencia seguirán siendo quienes llevan adelante el negociado de la basura, y la empresa Covelia que a pesar de haber terminado su contrato hace rato, estas re-contrataciones lo premian con millones y millones de pesos, dinero que podría ser utilizado en resolver en serio la problemática de salud y ambiental, que entre otros problemas importantes del distrito, deterioran la vida en las distintas barriadas populares.