Por Tomás Astelarra. Más allá del anuncio de las negociaciones entre el gobierno y las FARC, la realidad colombiana marca una continuidad de la violencia contra las organizaciones sociales y el predominio del modelo extractivista de las multinacionales que encarna Juan Manuel Santos.
Cuando salí de aquella casona encastrado en medio de los grandes edificios de Bogotá sentí que había encontrado, sino la paz, al menos la contracara de la guerra colombiana. Había entrevistado durante algo así como una hora a Edgar Páez, dirigente del sindicato de la alimentación Sinaltrainal.
“Desde el principio los compañeros afiliados entendieron que el del sector agroalimentario es un problema que esta atravesado por el hambre que padecen todos los colombianos. Entonces desde aquí se dijo: hermano, tenemos que buscar como proponer una salida a este problema. Comenzamos a buscar sindicatos de otros sectores de la economía para que hagan los mismos diagnósticos previos y generen propuestas para facilitar un modelo de desarrollo distinto para este país. Hoy hay mucha información, y hace falta sacar mas, pero en cada uno de los sectores de la economía hemos visto que hay tres patas para el problema tan grave que se vive. Una es la de los recursos naturales, otra es la de las trasnacionales, y la tercera, la del terrorismo de estado. Colombia es un país muy rico: tiene oro, tiene petróleo, tiene carbón, tiene biodiversidad, aguas, lo que uno quiera. Como es un país muy rico las multinacionales vienen detrás de todos esos recursos naturales. Pero para que puedan beneficiarse de ellos es necesario que no halla comunidades organizadas que luchen para impedir que nos roben estos recursos que son de los colombianos. Entonces las transnacionales necesitan quitarse del medio esa resistencia popular. ¿Cómo se la han venido quitando? A través del terrorismo de estado agenciado por los gobiernos. Ese terrorismo de estado tiene como una de sus armas al paramilitarismo, que no es solamente el brazo armado, sino que es todo un proyecto económico, político, militar y social. A través del paramilitarismo se han venido arrasando poblaciones enteras, para poder explotar tranquilamente los recursos”.
El tipo lo cuenta con sencillez, tranquilo, tomando despacito su tinto, a pesar de su incansable trabajo, de las amenazas paramilitares que día a día le llegan, de los 25 compañeros asesinados, y los más de 3000 dirigentes sindicales que han perdido su vida en Colombia desde los ochentas. Con la misma paciencia que desde Sinaltrainal se ha llevado a cabo un proceso que en el 2012 cumplió 30 años de defensa de los derechos humanos de los trabajadores, presentando ante la justicia nacional e internacional los casos de los crímenes perpetuados por paramilitares contra trabajadores de Coca y Cola y Nestle en medio de reclamos sindicales, llevando adelante la campaña “Por que amo la vida no consumo Coca Cola” que permitió la merma en las ganancias de la empresa a través de la decisión de millones de consumidores, universidades y sindicatos del mundo de no financiar el asesinato de sindicalistas en Colombia, o encabezando la organización del Tribunal Permanente de los Pueblos que en el 2008, después de dos años de investigaciones, juzgó en Colombia a numerosos multinacionales por los crímenes de lesa humanidad perpetuados contra dirigentes sociales, sindicalistas, estudiantes, campesinos, indígenas, afrodescendientes, intelectuales…
“30 años de lucha han significado para miles de trabajadores, sus familias, sectores populares de los municipios donde actuamos, el derecho al trabajo, la estabilidad, mejores salarios, vivienda, educación, salud, recreación, alimentación, vestuario, respeto y dignidad, bienestar conquistado en más de 100 convenciones colectivas de trabajo firmadas por Sinaltrainal con más de 70 empresas. Hemos desarrollado proyectos de vivienda, colegios, universidad, centros recreacionales, cooperativas de ahorro y crédito, centros de sistemas, comedores comunitarios, escuelas deportivas, granjas integrales, supermercados, entre otros; las sedes sindicales en todo el país son un espacio de construcción de vida, pensamiento y acción para la lucha de los sectores populares. La defensa del medio ambiente, del agua, de la alimentación sana, es una reclamación a cada empresa donde hacemos presencia. La exigibilidad para que inviertan sus ganancias en el país, que no importen materias primas ni productos terminados, que no utilicen transgénicos, que paguen impuestos, que no se roben los dineros que son para la educación y la salud del pueblo y que no continúen destruyendo el planeta, son algunas de las justas y obligatorias reivindicaciones que le hemos exigido a las empresas”, dice la declaración de Sinaltrainal en sus 30 años.
“Hemos tenido el asesinato de 25 compañeros, el desplazamiento de muchísimos por distintas partes del territorio colombiano, tenemos 6 exiliados fuera del país, hemos tenido 20 en la cárceles acusados de terrorismo por las multinacionales, miles han sido despedidos, pero a pesar de todas las dificultades seguimos viviendo y seguimos luchando, todo eso gracias a la inmensa solidaridad y la participación de la gente de todo el mundo”, afirma Paéz, pero aclara “En Colombia no se respetaban los derechos, ni se respetaban antes ni se respetan ahora. Este año ya han sido asesinados ya seis compañeros y compañeras, de Sinaltrainal han sido asesinados dos trabajos afiliados, uno de Coca Cola y uno de Sodexo (empresa de servicios para la industria alimentaria), en Barranquilla y Medellín. Los tratrados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos, México, Corea, Canadá, generan más miseria y más hambre, saqueo de los recursos, la implantación de nuevas multinacionales en el país, mayor endeudamiento y cada vez se pierde más la soberanía, cada vez más presencia de militares estadounidenses, y por ende mayor represión y un mayor aniquilamiento de las organización sociales”.
Mientras tanto la declaración política de las organizaciones y personalidades asistentes al foro “Multinacionales, Violencia, Libertad Sindical y Democracia en Colombia” organizando por Sinaltrainal aclara: “La bandera de la paz debe ser asumida por los movimientos populares. Si ellos no se interesan por el problema no hay presión desde abajo para que haya una solución política a la crisis nacional. Dicho movimiento hay que desarrollarlo en todas las regiones, departamentos y municipios del país con la participación de todos los sectores sociales –trabajadores, artesanos, capas medias, campesinos, indígenas, mujeres, afro descendientes, jóvenes, estudiantes, intelectuales y profesionales, migrantes, cristianos progresistas, personalidades democráticas y organizaciones políticas”.
Sinaltrainal 30 años. Video Los Caminos del Viento: http://www.youtube.com/watch?v=6Swltqg-2nU
Entrevista completa a Edgar Páez: http://www.astelarra.blogspot.com.ar/2008/12/entrevista-edgard-paez-director-de.html#more
Domingo 9 de septiembre 16 hrs: Videodebate: “Abra Palabra: Prácticas, memorias y resistencias desde Colombia”. Cazona de Flores, Morón 2463.