Por Ezequiel Arauz. El metalúrgico Antonio Caló, principal candidato a reemplazar a Moyano, se mostró en pie de igualdad junto a los Gordos y Barrionuevo. Apelando a la unidad, de cara a la renovación de autoridades, todos juntos intentaron marcarle la cancha al actual líder de la CGT, al que le pedirán que se corra pero no se vaya.
A los Gordos se los conoce con ese nombre, porque fueron profundamente cómplices y activos partícipes de las peores medidas neoliberales tomadas durante el período menemista y aliancista y lo hicieron desde la conducción de los sindicatos de mayor peso. Porque fueron partícipes necesarios de las privatizaciones, negociadores de los despidos e invisibles en los ajustes.
La insostenible máscara de los reclamos de más de 50 gremios, inequívocamente dirigidos a Moyano, giró en torno a la falta de democracia interna durante la gestión del camionero al frente de la central obrera y la necesidad de una “conducción colegiada”, practicas inhallables en la gran mayoría de las organizaciones firmantes.
El camionero más allá de su historia anterior, en los 90 junto al grupo de dirigentes y sindicatos que lo acompañan desde el MTA sostuvo la denuncia y no pocas luchas contra esas políticas. Esa actitud lo recorta distinto de sus pares, y le dio, en tiempos de apoyo estricto al gobierno, un nivel de autonomía que no tendrá ninguno de los nombres en danza para reemplazarlo.
A raíz de su procedencia desde dos de los sectores económicos más dinámicos, en los últimos años, Caló (UOM) y Pignanelli (SMATA) son presentados como los herederos naturales de un modelo autodefinido como reindustralista. Ambos aparecieron públicamente esta semana picando algo junto a gordos burócratas y empresarios de las talla de Cavallieri, West Ocampo, Daer, Lescano, Fernández y Barrionuevo, entre otros cuyos congresales pueden tornarse importantes en el congreso de julio.
Si bien a la hora de los porotos, el camionero mantiene de su lado al millonario empresario y secretario general del sindicato de los trabajadores más pobres del país, el duhaldista Gerónimo “Momo” Venegas, el dato saliente de la reunión sindical fue la presencia de Amadeo Genta, de los municipales porteños (SUTECBA), un histórico aliado del actual secretario general de la CGT.
Los resultados de las demostraciones de poder que reubican a los Gordos en el centro de la escena no pueden traer buenos resultados, excepto para ellos mismos. En años de fuertes cambios en no pocas estructuras, a la principal central obrera del país vuelve a rodearla un insoportable olor a viejo y quebrado.