La salida del primer ministro del gobierno sirio abre nuevas interrogantes sobre qué sucederá en la nación árabe. Los combates se mantienen y la ONU retira a sus observadores de Alepo.
El primer ministro de Siria, Riyad Hijab, salió este lunes de su cargo y, según difundieron los medios internacionales, pasó a formar parte de las organizaciones opositoras. En su lugar fue nombrado Omar Ibrahim Galawany, actual viceprimer ministro. Conocida la noticia, el gobierno del presidente Bashar Al Assad afirmó que la deserción de funcionario no afectará al Ejecutivo.
Durante horas de la mañana, la televisión pública de Siria informó que el funcionario fue destituido de su cargo, pero la cadena Al Jazzera reprodujo un comunicado de Hijab en el cual se refiere a su “deserción” debido a las “matanzas” cometidas por “el régimen terrorista”, como calificó a la administración de Al Assad. En el comunicado, el ex primer ministro anunció que se unía “a las filas de la revolución de la libertad y la dignidad”.
Hijab, de 56 años, había asumido el cargo recientemente y con anterioridad había sido secretario del Partido Socialista Árabe Baath, entre 2004 y 2008, en la provincia de Deir Ezzor, en el noreste del país. De 2008 a 2011 se desempeñó como gobernador de la provincia de Quneitera y ocupó igual cargo en ese último año en Latakia, hasta que fue designado al frente del gobierno.
Por su parte, el ministro sirio de Información, Omran Al Zoubi, declaró que la deserción de un grupo de funcionarios no afectará la marcha del Estado. El funcionario también desmintió informaciones emitidas por medios internacionales que miembros del gabinete habían abandonado el país. Luego de una sesión ministerial, Al Zoubi denunció las versiones falsas y expresó que el 99% de la emisión de noticias por ciertas empresas mediáticas son intentos desesperados con objetivos definidos.
En tanto, el ministro sirio de Finanzas, Mohammad Jleilati, negó que haya desertado del país y denunció que este tipo de información busca propagan rumores infundados con el fin de socavar la confianza de los ciudadanos sirios.
Durante esta jornada también se produjo un atentado contra el edificio de la Organización General de Radio y Televisión, ubicada en Damasco, que dejó varios heridos. Desde el gobierno nacional calificaron el hecho como un “acto terrorista”. El atentado dejó como saldo tres heridos y daños materiales, pese a lo cual la cadena sostuvo las transmisiones.
El titular de la Unión de Periodistas de Siria, Elías Murad, aseveró que la acción está dirigida a silenciar la voz de la verdad y agregó que la batalla contra los medios de comunicación sirios no es nueva y se extiende con el ataque a los periodistas y a sus instituciones.
Preocupación por Alepo
Frente al recrudecimiento de los combates entre el Ejército y los grupos opositores armados en la ciudad de Alepo, el jefe de la misión de la ONU en Siria, teniente general Babacar Gaye, advirtió que el conflicto está empeorando y señaló que la ciudad está asediada.
“Estoy extremadamente preocupado por la continua violencia en Siria, en particular el significativo deterioro de la situación en Alepo y su impacto en la población civil”, expresó el militar en un comunicado. Gaye llamó a las partes enfrentadas “a proteger a los civiles y respetar sus obligaciones bajo las normas humanitarias internacionales. Los civiles no deben ser sometidos a bombardeos y uso de armas pesadas”.
Debido a esta situación, unas 20 observadores de Naciones Unidas han salido de Alepo, como consecuencia “del deterioro de la seguridad”.