El viernes de la semana pasada se levantó, luego de siete meses, la cautelar que impedía el aumento del boleto de subte de $2,50 a $3,50, con el argumento de que sin subsidio el costo seria de siete pesos. Los limites de pensar la política de transporte desde una mirada parcial.
El juez en lo contencioso administrativo y tributario de la ciudad de Buenos Aires, Pablo Mántaras, levantó la medida cautelar presentada en marzo por el legislador porteño Alejandro Bodart que impedía la suba de la tarifa del subte, luego de que el gobierno de la ciudad presentase una auditoria según la cual el costo del pasaje de subte seria de siete pesos sin subsidio, al tiempo que le exigió a la administración macrista que disponga de una tarifa social diferenciada para los sectores vulnerables.
Esta tarifa social será dada a conocer a fines de esta semana y, según el jefe de gabinete porteño, Horacio Rodriguez Larreta, “alcanzará personas con escasos recursos, los que cobran planes sociales y alimentarios”, a la vez que consideró que el costo del subte debería ser “de siete pesos por pasajero” y aclaró que “de ninguna manera quiere decir que estemos pensando en llevarlo a esa tarifa, una parte se va a seguir subsidiando, la va a pagar la Ciudad con los impuestos que pagan todos”.
Por su parte, en dialogo con Radio Sur, Bodart criticó la medida y afirmó que “es evidente que el gobierno trabaja más para la empresa que para la gente”. Se refirió también al aumento de los subsidios que está previsto en el presupuesto de la Ciudad para el 2014.
“Ahora tenemos un 40% de aumento, y también un 40% de aumento de los subsidios, lo que lo hace prácticamente ridículo. En el presupuesto que se está discutiendo actualmente en la Legislatura el gobierno aumenta de los 700 millones que pagó en subsidios durante este año, a 980 millones para pagar el año que viene. Cuando empezó el aumento el gobierno planteaba que quería aumentar para bajar los subsidios, y ahora resulta que aumenta tarifa y subsidios”.
Asimismo, aseguró que la auditoria presentada por el gobierno está “plagada de irregularidades”.
“La auditoria que permitió que la justicia le avalara el aumento a Macri está plagada de irregularidades por que la empresa no permitió que se investigue claramente cuales son los costos, lo dice la propia auditoria. Incluso hay diferencias en relación al gobierno. Larreta dice que el boleto tiene que estar siete pesos, pero la propia auditoria dice que tendría que estar a cinco. Esta es la tarifa técnica, es decir el precio sin subsidio. Un sector de la población va a dejar el subte, como ya lo dejo cuando subió de 1,10 a 2,50, cerca del 24% dejó de utilizar el subte”, afirmó el legislador.
La política cortoplacista
El ex legislador de la Ciudad de Buenos Aires y actual director del Centro de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de San Martin, Gonzalo Ruanova, explicó en dialogo con Llevalo Puesto las implicancias del aumento y la dificultad que entraña pensar políticas publicas de transporte sin una mirada integral desde el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El investigador comentó que el impacto que genera el aumento en los usuarios del servicio lleva en primer lugar a que se deje de usar el subte, ya que la cantidad de dinero que absorbe el uso del transporte público implica cerca de un 30% del salario. Esto afecta sobre todo a las líneas del sur de la ciudad: el premetro, la línea C, la E y la H, que ya con el primer aumento realizado en 2012, donde la tarifa se fue de 1,10 a 2,50, se vendieron 29 millones de boletos menos.
La migración de los usuarios hacia el colectivo trae aparejada la saturación de las vías de comunicación de la ciudad y un gasto extra para el Estado en reparación de calles, al tiempo que genera daños ambientales. Según Ruanova, “es un error de política estratégica modificar al tarifa del subte sin pensar el transporte de manera más integral”
“Si no funciona el Consejo Asesor de Trasporte del Area Metropolitana que se había convocado, donde estaban Nación, Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, pensar políticas publicas de transporte desde alguno de los dos distritos es solo parches y políticas de corto plazo. En la Ciudad de Buenos Aires tenemos circulando 144 líneas con 8 mil colectivos, no hay red vial que aguante esa cantidad de colectivos y esa cantidad de gente que se traslada. La verdad que es un error de política estratégica modificar la tarifa del subte, sin pensar el trasporte de manera integral”, aseguró el ex legislador.
Por otro lado, el investigador criticó la modalidad del aumento y afirmó que no pueden hacerse “modificaciones generales” cada vez que hay que cambiar la tarifa, ya que “no es lo mismo usar una frecuencia de subte, una estación, hacer combinación. No puede ser todo igual, habría que diferenciar la tarifa por el uso y por el tipo de usuario”.
En cuanto a las responsabilidades y alternativas, Ruanova aseguró que el error “no es solo de Macri”, porque es una política equivocada que se sostiene hace años, mucho antes de que los subtes pasaran de Nación a la ciudad, y que tiene que ver con quien es el beneficiario del subsidio
“Hace muchos años el que recibe el subsidio para garantizar la tasa de ganancia es el concesionario, en este caso Metrovias. El 90% de quienes usan transporte, casi 14 millones de ciudadanos del AMBA, tienen la tarjeta SUBE, con eso hay que armar un esquema de subsidios que deje de subsidiar a la empresa y subsidie al pasajero”, afirmó Ruanova.
“Hoy el que tiene la SUBE y esta desempleado, figura en la base operativa del ANSES. Hay maneras de habilitar a una persona que este inactiva laboralmente para usar el transporte con una tarifa diferenciada por el periodo que tenga el subsidio de desempleo. Entonces, la discusión además de la tarifa es cómo hacemos para que lo que pone el estado le vuelva al usuario y no a la empresa”.