Tras la renuncia de Berlusconi, el economista Mario Monti aceptó con reserva el cargo de primer ministro en medio de las acusaciones cruzadas entre ex aliados de derecha, y la incertidumbre de los fragmentos de la izquierda.
“Fascistas” disparó el ministro de relaciones exteriores acerca de sus ex aliados de Alleanza Nazionale. “Y ¿ese quién es?” respondió el ministro de defensa. “Nosotros seremos oposición”, anunciaron los ex aliados de Berlusconi de la Liga del Norte.
En este clima fue designado ayer el economista y senador vitalicio Mario Monti como nuevo primer ministro, quien deberá formar un gobierno que logre sacar al país de la crisis económica en la que está sumido. El anuncio se dio a conocer tras la aprobación del paquete de estabilidad financiera presentado por el ex premier, Silvio Berlusconi, quién cumplió con la promesa de presentar su renuncia tras la sanción del ajuste.
Gobierno técnico y tecnicismos de gobierno
Tras la debacle del gobierno de centroderecha, se perfila para Italia un ejecutivo guiado por un profesor universitario con buena reputación en toda Europa. La constitución italiana prevé que tras la caída de un gobierno, el presidente de la república, Giorgio Napolitano, comience una serie de consultas con los líderes de los bloques parlamentarios para decidir la mejor salida. Entre las opciones, existe la de la designación de un gobierno de ‘técnicos’, es decir profesionales desvinculados de los partidos políticos, con larga trayectoria académica y en asesoramiento en la administración pública, que ‘arreglen’ la situación crítica hasta nuevas elecciones.
En este marco, Monti deberá presentar una lista de ministros, también ‘técnicos’, que tras la aprobación del parlamento comenzarán con su trabajo. La disyuntiva está en las presiones que los diferentes partidos políticos ejerzan para incluir sus aliados en los puestos clave.
La tarea del nuevo gobierno no será fácil. Entre los proyectos que trascendieron de una reunión que Monti mantuvo con el nuevo presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi, se destacan el de emparejamiento de la cuenta pública prevista para 2013, y el aumento de los impuestos al patrimonio y a las ganancias. Además, se prevén una serie de reformas en el plano de los despidos, un redimensionamiento de la administración pública, liberalizaciones y privatizaciones. En pocas palabras, un plan técnico de ajuste sobre las bases de las recetas liberales.
Gente seria
Mario Monti, declarado hace días senador vitalicio, es un economista que ha trabajado desde 1994 como comisario europeo del mercado interno primero, y de la competencia después. En su primer discurso como premier in pectore, Monti aseguró que trabajará para “el crecimiento en la equidad”, y para que Italia “vuelva a ser elemento de fuerza para la Unión Europea, y no su debilidad”. Mucho se había especulado acerca de la designación de los ministros del nuevo gobierno. “Sólo fantasías”, aseguró Monti, que confió en prepararla con “el sentido de la urgencia, pero también con el deseo de hacer un buen trabajo”.
Las expectativas hacia el nuevo gobierno son muy altas. La situación económica italiana asusta tanto a sus pares europeos como a los países que habían depositado su confianza en Berlusconi, como Estados Unidos.
Sin embargo, las peleas en el ámbito político no cesan, y la salida de Berlusconi sigue siendo uno de los temas más debatidos por todo el arco político. Así como lo hizo cuando anunció su entrada en la escena política en 1994, el empresario y magnate de los medios lanzó un nuevo mensaje televisivo para despedirse del cargo. “Estamos listos para apoyar los esfuerzos del presidente de la república para formar un gobierno tecnocrático con un amplio consenso del parlamento”, aseguró Berlusconi. “Renuncié por mi sentido de responsabilidad, para evitar a los italianos un nuevo ataque de la especulación financiera. Pero nunca tuve un voto de desconfianza del parlamento”. Durante la entrega de su renuncia, frente a la casa de gobierno, un coro acompañado de orquesta entonó las notas del Hallelujah, y un cartel en la muchedumbre pedía que asumiera “Gente Seria”.