Tras una semana de receso, se retomaron las conversaciones de paz entre las FARC-EP y el gobierno de Colombia en un contexto tensionado por la retención de dos agentes de la policía colombiana y las declaraciones de la delegación gubernamental.
Las tensiones
El comandante guerrillero Ivan Marquez declaró al llegar al Palacio de Convenciones de La Habana que le parecía “insensato” que el gobierno elevase quejas sobre las consecuencias que la guerra desata mientras que sigue avalando ese tipo de accionar, haciendo referencia a las declaraciones del jefe de los negociadores del gobierno, Humberto de la Calle, quien reiteró que “la orden presidencial a la fuerza pública es seguir persiguiendo a las FARC en todo el territorio nacional”.
Según un comunicado de las FARC Los dos policías capturados estaban realizando trabajo de inteligencia en la zona de operación de la guerrilla.
“El día 25 de enero del 2013 capturamos a los agentes de la Policía Nacional Cristian Sánchez y Víctor Gonzáles quienes se encontraban en labores de inteligencia encaminadas a golpear nuestras unidades guerrilleras. Comunicamos a sus familiares que se encuentran en buenas condiciones y recibieron un trato respetuoso y digno. Procederemos a hacer las gestiones del caso para ponerlos en libertad (…)”, afirma el comunicado.
Ante este suceso, De la Calle reclamó a la organización que “si no esta dispuesta a llegar al fin del conflicto, no haga perder el tiempo”, a la vez que afirmó que con esa medida no iba a obligar a un cese bilateral del fuego, haciendo referencia a la propuesta de alto al fuego o de un “tratado de regularización de la guerra” presentado por las FARC al gobierno de Juan Manuel Santos.
Varios fueron los llamamientos al gobierno por parte de la guerrilla para que acompañase su cese al fuego, finalizado el pasado 20 de enero, los cuales “jamás fueron correspondidos por los representantes del Estado”, según aseguran en un comunicado.
“El gesto unilateral de paz por parte nuestra, jamás fue correspondido por los representantes del Estado. Sus mismas declaraciones inmediatas, sus órdenes de arreciar el fuego y las constantes operaciones contra nuestras unidades propiciaron y materializaron diversos hechos de sangre que nosotros lamentamos profundamente, no solo por los daños en vidas y tranquilidad producidos, sino porque se elevan como testarudos obstáculos a los esfuerzos de reconciliación entre los hijos de la patria”.
También criticaron la negativa del gobierno a la realización de las negociaciones en territorio colombiano, al pedido de que Simón Trinidad -guerrillero que cumple condena en Estados Unidos- participara en las mesas, y al pedido de una Asamblea Constituyente para refrendar los acuerdos de paz que se vayan alcanzando.
Los avances
Pese a lo escrito anteriormente, las FARC aseguraron que las negociaciones no están en crisis y que los diálogos de paz avanzan en la construcción de un acuerdo en torno al acceso y uso de la tierra entre ambas delegaciones.
Asimismo, aseguraron que “las conversaciones en la Mesa prosiguen de modo normal, nadie se ha puesto de pie o amenazado formalmente con retirarse; por el contrario, las dos partes trabajan en busca de puntos de aproximación sobre el tema agrario, con el afán de producir acuerdos significativos que representen avances ciertos hacia la terminación del conflicto y la paz”.
“Como en ningún otro momento, sentimos las dos partes que avanzamos en la construcción de un acuerdo en torno a un tema que es importantísimo: el del acceso y uso de la tierra”, aseguró Márquez, y aludió a la creación de un Fondo de Tierras “donde se tomarán los elementos que sean necesarios, concretamente la tierra, que será tenida en cuenta para la distribución gratuita entre los campesinos”.
El tema agrario constituye el primero de una agenda de seis puntos establecida como base de las conversaciones, que incluirán temas como las garantías para la participación ciudadana, el fin del conflicto armado y la solución al problema del narcotráfico.