La Federación Universitaria de Buenos Aires entregó la distinción “Deodoro Roca” a Nora Cortiñas por ser un “ejemplo para la juventud” en su lucha “por la memoria, la verdad y la justicia”. El acto se llevó a cabo en la Facultad de Derecho; contó con la presencia de León Gieco.
A Gustavo lo desaparecieron el 15 de abril de 1977, era estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas, estaba casado y tenía un hijo. Él, entre otros miles, fue víctima del peor de los momentos de la historia Argentina pero su lucha dejó una huella. El 30 de abril de ese mismo año en una mañana se juntaron por primera vez las Madres de Plaza de Mayo, entre sus fundadoras la distinguida de ayer, Nora Cortiñas. En ese entonces comenzaron ellas una lucha contra el miedo y la impunidad nunca antes vista. “Una luchadora implacable, un ejemplo de militancia para la juventud”.
El Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires estaba repleto, según los organizadores la concurrencia sobrepasó las mil personas. Estudiantes, profesores, trabajadores, familiares y hasta representantes de otros países se hicieron presentes allí para participar de la entrega de la distinción “Deodoro Roca” a Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundarora. El homenaje estuvo organizado por la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y contó también con la presencia de León Gieco, quién cerró el acto cantando en homenaje a Nora.
“Ejemplo para la Juventud” fue el lema que eligió la FUBA para distinguir a una luchadora social que lleva décadas peleando por los derechos humanos. Antes de que el presidente la Federación, Ignacio Kostzer, hiciera entrega de la placa a la homenajeada, saludaron el acto el embajador de Sahara Occidental, un representante el pueblo de Haití, una compañera de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) y, para finalizar, a través de un video Adolfo Pérez Esquivel saludó a su compañera militante. “Lo que distingue a Nora, su cualidad más impresionante es que nunca pierde su sonrisa. Esa sonrisa que te ayuda a seguir militando a su lado todos los días”. concluyó el premio Nobel de la Paz.
Luego tomó la palabra Kostzer, quién utilizó sus 15 minutos de discurso para elogiar sin pausas la trayectoria de Nora Cortiñas. “Ella es un ejemplo para todos los que luchamos para el cambio social, no es sólo una gran teórica y analista de la realidad, sino que también le pone a el cuerpo, defiende sus ideales en la práctica y eso es muy importante”, comentó el presidente de la FUBA en medio de anécdotas que lo habían cruzado con Nora entre la militancia y como su alumno en la Cátedra “Poder Económico y Derechos Humanos”. “Tener en frente de la clase a una persona que te hablaba de desapariciones, de torturas, de cómo estaba conformado el poder y el rol de las corporaciones económicas en la dictadura, de lo difícil que era salir a las calles, a una persona que haya vivido en carne propia esos momentos es lo que me ayudó a darme cuenta de lo que quería decir el Che cuando decía `que la Universidad se pinte de Pueblo”, concluía Kostzer para dar cuenta de la militancia de Nora Cortiñas y del su rol activo con la juventud.
Luego llegaron las palabras de la homenajeada. Se remontó hasta los primeros momentos de las Madres, recordando cuando se juntaban en la Iglesia de la Santa Cruz y el legado que les dejó Azucena Villaflor. “Ella siempre nos decía ‘Todas por todos” y así se ganó la ovación del público. Luego explicó su militancia de hoy, se solidarizó con las luchas ambientalistas, con el pueblo Qom, pidió por la derogación de la Ley Antiterrorista, comentó la situación actual de otros Estados latinoamericanos como Honduras, entre muchas otras menciones, lo que demostró, ante una sala colmada, que a pesar de sus 82 años su compromiso con la militancia sigue siendo el mismo que ayer. “Hay que construir con crítica y diálogo. Son dos cosas que no hay que regalarles a nuestros enemigos. Si no podemos dialogar y no podemos criticar no vamos a poder construir un mundo mejor” dijo Nora en relación con su posición política, remarcando la importancia de la independencia para poder analizar lo bueno y lo malo que tiene cada gobierno. Concluyó su discurso arengando al público para que gritara con ella “30 mil compañeros detenidos-desaparecidos, presentes, ahora y siempre… hasta la victoria siempre”.
Marcha dialogó con Nora Cortiñias al finalizar el acto nos comentó que “los derechos humanos pasan porque la gente pueda hacer la protesta, la crítica y obtener lo que le falta. Hoy falta que los 40 millones que somos podamos vivir dignamente y con lo que nos merecemos”. En relación con el papel de la juventud, en virtud de que la distinción que se le entregaba era motorizada por jóvenes de entre 20 y 30 años, la Madre resaltó que “siempre en cada etapa de la vida argentina fueron los jóvenes los que salieron a pelear por la liberación y por la patria que quieren. Son el germen, eso que con la lucha va creciendo, eso es lo que esperamos de los jóvenes, por eso no son el futuro, son el ahora.”
Para finalizar, León Gieco, que había estado sentado junto a Nora durante todo el acto, comenzó su repertorio invitando a todo el público a cantar junto a él un conocido tema en honor a Nora Cortiñas. Así comenzó a sonar a través de su legendaria guitarra “La cigarra”. Luego, siguieron “La memoria” y “Cinco siglos igual”. Hasta allí los temas que había preparado el cantautor popular argentino. Pero la homenajeada quiso aprovechar su momento junto a León y le pidió unos temas más. Entonces sonaron el tema homenaje a Pocho Leprati “El Angel de la bicicleta” y se finalizó el acto con un rocanrol bien conocido, “El Fantasma de Canterville”.