El accidente de este miércoles en la estación de trenes de Once dejó 50 muertos y más de 600 heridos. Todavía no está claro cuales fueron las causas. Las repercusiones y las responsabilidades de esta tragedia.
Pasadas las 8.30 de la mañana, como todos los días, una de las formaciones del Ferrocarril Sarmiento de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) ingresaba a la estación terminal de Once, proveniente de Moreno. Pocas personas imaginaban lo que estaba por ocurrir. Ante fallas en los frenos, el tren no se detuvo y golpeó el paragolpes que se encuentra al final de cada anden. Por la inercia, el segundo vagón de la formación se incrustó en el primero.
A esa hora viajaba mucha gente que iba a trabajar lo que produjo que el accidente tomara proporciones trágicas. Al cierre de esta edición se calcula que hay 50 muertos según declaraciones del subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad, Claudio Avruj. Antes de esto el único dato oficial que había era el de la Policía Federal que confirmaba 49 personas fallecidas, entre ellos, un niño. También se estima, según las mismas fuentes, que hay más de 600 heridos, 60 de ellos en estado grave.
Repercusiones
Minutos después de la tragedia y mientras varias ambulancias del SAME, junto a los bomberos y la Policía Federal, llegaban para asistir a los heridos los medios comenzaban su cobertura de los hechos. Por un lado, Canal 7 evitó el tema durante gran parte de la mañana y no entrevistó a heridos, solo se abocaba a transmitir imágenes y lo que decían sus periodistas. Del otro lado, el grupo Clarín transmitió en vivo prácticamente todo el tiempo y, aun cuando no había ninguna confirmación oficial, afirmó que había varios muertos.
Por otra parte, el secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, declaró por la mañana que existía la posibilidad de que hubiera muertos. Por la tarde, en una conferencia de prensa Schiavi planteó cuál era la posición del Gobierno de cara a lo sucedido. Luego de comenzar manifestando sus condolencias a las familias de las víctimas, dio inicio a lo que intentó ser un detallado repaso de los hechos y de lo que se estaba haciendo desde la Secretaría al respecto.
El eje de su discurso estuvo en mostrar la cantidad de pruebas con las que se cuentan para poder investigar los hechos. “El Estado cuenta con todos los elementos necesarios para analizar las causas de lo ocurrido”, declaró. En este sentido, sostuvo que ponían a disposición de la justicia tanto los videos de las cámaras de la estación y del tren como las grabaciones de voces de la locomotora.
También remarcó que el maquinista se encontraba descansado a la hora del accidente ya que había iniciado su horario laboral pocos minutos antes. Intentando despejar cualquier duda sobre la responsabilidad del conductor. También hizo alusión a las declaraciones del delegado gremial de la línea Sarmiento, Rubén “Pollo” Sobrero, que había asegurado por la mañana que ese tren había sido chequeado en los talleres el día anterior.
Sin embargo, Schiavi también tuvo una serie de frases bastante desafortunadas en su breve discurso. Manifestó que “si esto hubiera ocurrido ayer, que era un día feriado, seguramente ese coche hubiera impactado y hubiera sido una cosa mucho menor y no de la gravedad que fue hoy, que lo constituyó en un accidente extremísimo (sic)”. También, haciendo alusión a una “típica costumbre argentina” (como “dejar todo para el final”) sostuvo que “todos los que viajamos en tren sabemos” que al llegar a la estación la gente se va para adelante para poder bajar velozmente y llegar así más rápido al subte o al colectivo. Si bien estas fueron frases al pasar, la sola posibilidad de responsabilizar por este hecho a la gente que viajaba, genera indignación.
Desde el Gobierno Nacional también declararon dos días de duelo y suspendieron los festejos de carnaval. Lo mismo hicieron el gobierno de la Ciudad y el de la provincia de Buenos Aires.
El delegado de la línea Sarmiento, Rubén “Pollo” Sobrero, declaró que la culpa de esto la tiene la empresa TBA ya que ellos desde el sindicato vienen denunciando “hace 8 años la falta de inversión de la empresa”. También acuso a Juan Pablo Schiavi ya que se han hecho una gran “cantidad de denuncias a la CNRT, a la Secretaría de Transporte y nunca tuvimos respuestas, es más siempre que denunciamos nos salen cono el latiguillo ‘Siempre el Sarmiento, siempre los únicos que denuncian’. Y ahora tenemos que lamentar esto”.
Por su parte, desde la Confederación General del Trabajo (CGT), emitieron un comunicado en el que declaraban que es “inadmisible que los trabajadores tengamos no sólo que viajar en las condiciones inhumanas en que lo hacemos sino también soportar condiciones de inseguridad que generan hechos tremendos como el sucedido en el día de hoy” y agregaron: “Esperamos que el olvido y la impunidad no se impongan, como en otros dramas similares”.
Antecedentes
Durante los últimos años y particularmente en 2011 los problemas en los servicios de trenes del Área Metropolitana (Capital Federal y Gran Buenos Aires) estuvieron a la orden del día. Ya sea por accidentes, cortes de vías por distintos motivos o demoras y el tristemente celebre asesinato de Mariano Ferreyra.
Desde el incendio del vagón del Sarmiento en 2005 hasta el accidente del día de ayer en la misma línea se pueden recordar varios hechos. En 2007 los pasajeros de la línea Roca destruyeron prácticamente toda la estación de Constitución ante la terrible demora del servicio en hora pico. La Policía Federal reprimió dejando un saldo de decenas de detenidos y heridos.
En 2010 por un conflicto sindical en el que trabajadores tercerizados de la línea Roca pedían su pase a planta permanente, una patota de la Unión Ferroviaria arremetió contra los manifestantes a los tiros y mató a Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero.
Durante el año 2011 se pueden mencionar: el choque entre una formación de Ferrobaires contra un tren de la línea San Martín que permanecía detenido en cercanías de la estación San Miguel el 16 de febrero; el 4 de abril setenta personas resultaron heridas tras una colisión entre una locomotora y un tren de pasajeros de la empresa Ferrobaires, a la altura del partido bonaerense de Lezama; el 18 de agosto ocho personas resultaron heridas cuando un tren de la línea Roca embistió a un colectivo de pasajeros en el partido de Lomas de Zamora; el 13 de septiembre, el choque entre dos trenes y un colectivo en Flores dejó once muertos y más de 200 heridos.
Todos estos hechos sacan a la luz la desidia en la que se encuentra el sistema ferroviario y ponen en evidencia que las distintas concesionarias del servicio no han cumplido con la promesa que llegó con la privatización en los ‘90. El deterioro de las formaciones, la ineficiencia para brindar una frecuencia acorde a la demanda y la flexibilización laboral que pesa sobre los trabajadores son una muestra de ello.
Habrá que esperar a que se avance en la investigación sobre la tragedia de Once. Sin embargo, no hay dudas de que tanto a la empresa concesionaria, por ser la responsable del servicio, como al Estado Nacional, como encargado del su control, les cabe una parte importante de la responsabilidad por las 50 muertes del día de ayer.