Las elecciones regionales en Colombia cambiaron levemente el panorama político. Entre otras novedades, el ex M-19 Gustavo Petro será el nuevo alcalde de Bogotá.
“Es inteligente, muy inteligente, lástima que fuera comunista”, declaró disgustado el líder paramilitar Salvatore Mancuso hace pocos años refiiriéndose a Gustavo Petro, por entonces legislador nacional. Es que Petro, que aparecía vestido de gabardina militar y rodeado de guardaespaldas, tras las amenazas de muerte sufridas y el conocimiento público del espionaje ordenado en su contra por el entonces presidente Uribe, se había puesto a la cabeza de la denuncia política contra los escuadrones de la muerte paramilitares en Colombia.
Hoy Petro fue electo con más del 30% de los votos como nuevo alcalde de Bogotá, un cargo que es el segundo en importancia del país, después del de presidente de la república. Con él, la formación política que fundó, el movimiento Progresistas, puede vanagloriarse de un excelente debut electoral. Su líder fue uno de los principales artífices del primer proceso de paz latinoamericano, cuando en 1989, junto con los altos mandos del Movimiento 19 de Abril (M-19), firmó los acuerdos que lo llevaron a fundar, con los demás desmovilizados, la Alianza Democrática M-19, partido de izquierda que fue uno de los principales impulsores de la reforma constitucional de 1991.
Tras salir del partido que lo llevó a la banca legislativa que ocupó durante los últimos cinco años, el Polo Democrático Alternativo, Petro se presentó con su nueva formación política y consiguió una victoria que le permite suceder al Polo en la alcaldía de Bogotá.
“La ciudad le dice sí a la reconciliación, sí a la paz, los bogotanos acogieron a un hijo del proceso de paz de 1989 y artífice de la constitución de 1991”, declaró anoche durante su primer discurso como alcalde. Allí destacó el rol del progresismo en el proceso de paz en marcha en el país y adelantó la necesidad de establecer un diálogo con el presidente Santos.
El abstencionismo al 60%
Uno de los datos relevantes de la jornada fue el altísimo número de abstenciones. El 60 por ciento del padrón no fue a votar. En ese sentido, es necesario recordar que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían llamado, a través de un comunicado de principios de octubre, a la abstención en las elecciones de ayer. “Coherentes con estos razonamientos y consecuentes con nuestros planteamientos a lo largo de esta larga jornada por la democratización y liberación de nuestra patria llamamos al pueblo colombiano a la abstención”, decían las FARC en su comunicado. “Y llamamos a aquellos que han decidido participar a no votar por los representantes de los partidos de la oligarquía, enemigos del pueblo y verdaderos responsables de la violencia, corrupción e injusticias que azotan a Colombia. De nuestra parte respetaremos la voluntad ciudadana de votar por quien se desee. Impediremos sí, la presencia de candidatos reconocidos del paramilitarismo en nuestras áreas de influencia y nos opondremos por todos los medios a que cualquier candidato nos utilice en sus campañas o para apoyar a candidatos de los partidos del oficialismo, a la vez que contribuiremos a la creación de mecanismos de control popular que fiscalicen la gestión de los elegidos, de forma permanente.”
Lejos de tratarse de una victoria de las FARC, el nivel de abstención contradice las declaraciones del presidente Santos, quien había asegurado que “Colombia tiene un sistema democrático fuerte”.
Ante los resultados, que en un primer momento lo presentan como el desfavorecido, Santos instó a los ganadores a trabajar en conjunto. “Nos corresponde trabajar juntos y hago un llamado a todos los gobernadores, alcaldes, concejales, a que a partir de mañana nos sentemos a trabajar juntos, porque el país va por buen camino y si trabajamos juntos seguiremos avanzando”, declaró en su discurso desde la casa de gobierno.