Por Facundo S. Merlán Rey. El Torneo Inicial llega a un final atrapante, pero no precisamente por el juego de sus protagonistas. Suspicacias sobran, y la realidad indica que hay cuatro equipos para un título y la última fecha los enfrenta entre sí.
Como ocurre cada seis meses desde que se crearon los torneos cortos, el fútbol de nuestro país está nuevamente en vísperas de un nuevo campeón. Quien obtenga este galardón estará habilitado para disputar, frente al dueño del entrante Torneo Final, el reciente título símil dibujito japonés de “Supercampeón”.
Sin embargo, a pesar de esta modificación, las definiciones de los últimos años dejaron mucho que desear en el plano futbolístico. El último campeón, el Newell’s del Tata Martino, fue un oasis en el medio de este desierto de buen fútbol. A pesar de esto, el conjunto rosarino no logró alzar el título del animé japonés de mediados de los ’90, ya que cayó con Velez Sarfield en el encuentro definitorio disputado en Mendoza.
Este Torneo mantiene la constante de sus predecesores. Si algo hace interesante esta definición es la “casualidad” de que los cuatro equipos con posibilidades de campeonar se crucen entre sí en la última fecha. Si bien los datos estadísticos tienen una caracterización más cercana a ser simples y fríos números, no es menor que de haber un campeón esta fecha, se consagre con no más de 35 puntos. Más allá de estas cifras o como complemento, no hay un equipo que salve del dolor de ojos a espectadores propios o ajenos como ocurrió el semestre anterior con la Lepra.
Precisamente Newell’s será nuevamente juez y parte de una definición de campeonato. El equipo dirigido por Alfredo Berti lleva siete partidos sin ganar, racha que le costó la punta y ser el centro de los cuestionamientos a la hora de hablar de candidatos. Con Trezeguet como Quijote y Bernardi en rol de Sancho Panza, el equipo rosarino sostiene desde el vamos el juego asociado con pelota al piso y los intentos de salida limpia. Sin embargo, a mitad del campeonato sus rivales le tomaron el tiempo y su juego se diluyó en abrir la cancha y llenar de pelotas aéreas la zona de peligro contraria. La falta de un delantero con el cambio de ritmo de Scocco, hizo que la precisión de Bernardi y las proyecciones de Maxi Rodriguez y los laterales Cáceres y Casco, decrecieran en efectividad y sorpresa.
A este alicaído Newell’s lo visitará el Club Atlético Lanús. A totalmente opuesta cara de la Lepra, el Granate del sur del Gran Buenos Aires llega envalentonado y con confianza, a pesar del último empate (con sabor a derrota) en casa con Boca Juniors. El equipo de los mellizos Barros Schelotto disputará la tercer final internacional de su historia, la más importante, por la Copa Sudamericana. Esto, sumado a su constante protagonismo en los últimos campeonatos locales y el sobresaliente presente de la institución, ilusionan a sus hinchas. La claridad en la idea de juego y el alto nivel de varios de sus futbolistas (la columna vertebral que integran Marchesín, Goltz, Izquierdoz, Gonzalez y Silva) son la fuente principal de la confianza del equipo de cara a esta última fecha.
Con el oído puesto en Rosario van a estar enfrentándose en Liniers, Velez Sarfield y San Lorenzo. El Ciclón llega con la ventaja invaluable de mirar a todos desde arriba. Puntero solo, viene de empatar en casa 0-0 contra Estudiantes, en un partido complicado que marcó un descenso en el nivel de juego que venía demostrando. El conjunto de Pizzi, sin brillar, logró subirse a lo más alto basando su juego en una ofensiva numerosa y a la velocidad de sus individualidades. Con Piatti como bandera, que a su velocidad le suma habilidad y goles (es el goleador del club en el torneo), San Lorenzo a logrado afianzar y plasmar en cancha la idea de juego colectivo su entrenador, yendo de menor a mayor a lo largo de las 18 fechas disputadas. Después de muchos años, el Santo demuestra realmente haber conformado un equipo.
Enfrente estará Velez, el más irregular de los equipos con posibilidades de campeonar. El Fortín no fue el equipo consolidado que acostumbró durante los últimos años. Sin embargo, una constante desde que Gareca está al mando del equipo fue el juego asociado, que con altibajos siempre supo sostener. Aún en una etapa que es de transición para el conjunto de Liniers, el flojo nivel de nuestro fútbol y el decaimiento de sus rivales directos en las últimas fechas, le permiten ser protagonistas de una definición. Ante la salida de una nueva camada de chicos, sostenida por jugadores con años en el club, como Sebastián Dominguez y Papa, Velez mantiene la firmeza de mitad de cancha hacia atrás e intenta, sin la precisión de los últimos años, llegar colectivamente al área rival. Sin dudas, uno de los responsables directos de este regalo para el equipo velezano, es el delantero Lucas Pratto, autor de goles importantes y sorprendentes durante el certamen.
Difícil hacer oídos sordos a las dudas que generan las casualidades de esta definición. El hecho de que los cuatro equipos con chances de obtener el título se enfrenten entre si en la última fecha, sumado a algunos hechos puntuales de la que pasó, impiden hacer vista gorda a las sospechas que desde tiempos remotos rodean a este deporte. El penal no sancionado por Lunatti a San Lorenzo; la reunión previa al partido entre el mencionado árbitro y el presidente de Lanús, Alejandro Marón; la increíble falta de actitud de los jugadores de Newell’s en la derrota con All Boys; el error de Orión que facilitó el segundo gol de Lanús; los recientes negociados entre Ideas del Sur (empresa presidida por Marcelo Tinelli, vicepresidente de San Lorenzo) y la AFA por la televisación de los partidos. Todas particularidades cercanas a una definición que obligan a atar cabos y poner en tela de juicio, una vez más, la honestidad del desarrollo de los partidos.
Sin embargo, no necesariamente el campeón resultará en la próxima fecha. Dependiendo los resultados de ambos partidos, existe la posibilidad concreta de un empate en puntos entre cualquiera de los cuatro equipos, habilitando la disputa de un partido desempate, estirando la definición una semana más. Poco importarán las suspicacias cuando dentro de 2 semanas (Lanús pidió la postergación de la fecha debido a la disputa de la final de la Copa Sudamericana) la pelota ruede en Liniers y en Rosario, definiendo una estrella más para cualquiera de estos cuatro escudos o la prolongación de los festejos una semana más.