Los israelíes van a las urnas para elegir un nuevo parlamento el 22 de enero. La actual coalición liderada por Benyamin Netanyahu deberá mantener la mayoría de las bancas.
A una semana de los comicios, todo indica que Benyamin Netanyahu deberá renovar su mandato, quedando una vez más al frente de un gobierno de coalición. En Israel nunca un único partido gobernó con amplia mayoría el Knesset (como es llamado el Parlamento en ese país).
Las elecciones debían ocurrir en ocho meses. Sin embargo, fueron anticipadas por el primer ministro Benyamin Netanyahu en octubre del año pasado, después que el Knesset no pudo llegar a un acuerdo respecto al presupuesto para 2013. La medida fue aprobada por el Congreso.
El partido de Netanyahu -el Likud- formará su coalición con su principal aliado, Yisrael Beitenu y con otros partidos conservadores y ultra ortodoxos, como Shas, Habayit Hayehudi y Yahadut Hatorah.
Juntos, según una encuesta del diario israelí Haaretz, esos partidos deberán obtener alrededor de 65 bancas de las 120 disponibles, un número no muy superior a lo que ya tienen hoy.
Y los partidos de centro o centro-izquierda deberán obtener un número de asientos similar a los que obtendrán, juntos, Likud y Yisrael Beitenu.
Sin embargo, de acuerdo con informaciones divulgadas en diversos medios israelíes, los líderes de los respectivos partidos -el Laborista, Yesh Tadid y Hatnuah- no pudieron llegar a un acuerdo. Con todo, especialistas apuntan que solamente después de cerradas las urnas y definido el nuevo mapa del Knesset los partidos podrán definir que estrategia adoptar.
La participación árabe-israelí
Actualmente, alrededor de 20% de la población israelí está formada por árabes. Por lo general, descreen del juego democrático israelí, lo que explica el bajo porcentaje de participación en las elecciones. Los comicios de 2009 sólo registraron una participación del 52%.
Los partidos árabe-israelíes incluyen al islamista Ta’al, los socialistas del Hadash y el partido Balad, conformado por israelíes de origen judío y palestino que proponen la creación de un único Estado democrático y laico para palestinos y israelíes. Los tres deben obtener entre 3 y 4 asientos cada uno.
El Balad denunció en las últimas semanas el boicot a una de sus diputadas, Haneen Zoabi, la primera mujer israelí de origen palestino a entrar en el Knesset. El comité electoral israelí le impidió presentarse a las elecciones debido a su participación en la Flotilla de la Libertad que con el barco Mavi Marmara intentaba llegar a Palestina y fue asaltado por el Ejército de Israel en mayo de 2010, dejando decenas de heridos y 8 muertos.
El comité la acusó de “negar la existencia de Israel como un Estado judío” y de “apoyar un Estado enemigo o a una organización terrorista involucrada en un conflicto armado contra Israel”. La Suprema Corte israelí idecidirá en los próximos días la validación del boicot contra Zoabi.
A la cadena de TV árabe Al Jazeera la parlamentaria afirmó que esa decisión del comité surge tras un “largo proceso de persecución”, en el cual sufrió “centenares” de amenazas y tuvo su pasaporte diplomático anulado.
“Israel no quiere solamente descalificarme, sino descalificar los ciudadanos árabes en Israel. Pues yo represento a aquellos que votan por mí y la derecha en el Knesset -la mayoría- quieren deslegitimar las voces árabes en el Parlamento”, afirmó.