Por Nadia Fink.
El candidato a Jefe de Gobierno por la Ciudad de Buenos Aires, Pablo Ferreyra, detalla en esta entrevista su opción por fuera del Frente Para la Victoria, sus propuestas de gobierno, que incluyen una mirada de género abierta al debate, y el su relación con la organización MPR Quebracho.
¿Por qué la decisión de ir por fuera del kirchnerismo?
En la legislatura tenemos un monobloque y articulamos con el Frente Para la Victoria (FPV) pero seguimos siendo independientes, de igual forma la colectora tuvo una dinámica que nos permitió ir acompañando la candidatura de Filmus y de Cabandié en ese entonces, pero también hacer planteos que incluso hablan de los límites del FPV en Capital Federal. Y hoy se nos plantea el mismo escenario, donde veíamos la necesidad de ensanchar la base de sustentación que tiene el kircnerismo y contener espacios por izquierda que muchas veces en la política del distrito, más allá de compartir una mirada nacional favorable a la administración de Cristina, tienen estrategias diferenciadas.
Entre ellas, hoy un sector fuerte del progresismo porteño está recostado sobre la estrategia del PJ y otros sectores son progresistas pero en listas que claramente no expresan algo novedoso o que incluso son parte de administraciones pasadas, o que están incluidas en listas de ex legisladores que quieren renovar… y para nosotros darle continuidad a nuestro frente con el Partido Comunista, relanzarlo con el Frente Alternativa Buenos Aires (ALBA) era la posibilidad de nuevamente llevar nuestros planteos políticos en una campaña electoral, con la masividad que eso tiene, a tener una mirada más independiente, más allá de que compartimos parte también esa interna del FPV.
¿Y cuál es esa política que no se desarrolló en CABA? ¿Qué lineamientos plantean desde el ALBA?
El punto de partida es la desigualdad que hay en la Ciudad, sobre todo porque es una ciudad con enormes recursos, con un fuerte recaudación impositiva, con una afluencia de turismo que deja importantes cifras… reconociendo eso, entendemos que el macrismo hace una política donde se orientan los recursos del Estado hacia sectores privados: hay una privatización encubierta.
Por eso pensamos cuatro ejes que se relacionan con paliar esa crisis de infraestructura que tiene la ciudad, en la zona sur, sobre todo. Pensar en educación, a partir de falta de vacantes en Nivel Inicial y en Primaria. Ya con el 50% que el PRO gasta en publicidad se podrían tener Jardines por barrio y no por Comunas, como hay hoy. Lo mismo en salud, la misma lógica de centralización, que nos lleva a ver hospitales públicos con falta de insumos: centros de salud médicos por barrio, lo mismo con vivienda, la mayoría de los vecinos de la zona sur tienen deficiencias desde instalaciones sanitarias, cloacas, agua potable, y para los sectores medios que están hoy peleándola para tener la vivienda propia pensar en un crédito, tasas preferenciales, financiado con un impuesto a la vivienda sin uso, que de manera progresiva pueda gravar el impuesto para quienes utilizan la vivienda como un depósito de valor y no la vuelvan hacia el mercado inmobiliario para especular. Y por último el tema de cultura, que nos parece fundamental, más allá de que hayamos llevado adelante en la legislatura este último año la ley de Centros Culturales, creemos que hay que profundizarlo con leyes de fomento o subsidios a los Centros Culturales que son parte de la identidad que tiene CABA y que hoy el PRO orienta esos recursos a los mega eventos y los grandes festivales, como una forma de capitalizar o de transformar a los ciudadanos en meros consumidores de cultura y no gente que activamente participe de este proceso cultural.
¿Y con respecto a las políticas de género?
En género vamos a seguir sosteniendo, aunque los lineamientos generales sean más estructurales, el aborto seguro, legal y gratuito, seguir discutiendo el tema de las trabajadoras sexuales o de la regulación del trabajo sexual, entrar en ese debate, en esa discusión… hay una candidata nuestra que es Georgina Orellano, que es la secretaria general de AMMAR (Asociación Meretrices de Mujeres de la Argentina) y tiene planteos en ese sentido, sin entrar en una definición concreta, promover ese debate.
En un momento saliste bastante fuerte como eje el tema de la regulación del trabajo sexual, ¿cómo pegó hacia adentro del espacio respecto de las diferentes organizaciones que lo integran?
Ahí hay diferencias… lo que no queremos evitar es el debate. Sabemos que hay una línea muy fina pero entendemos también, sin entrar en la discusión sobre trabajo sexual si es trabajo o no, queremos por lo menos dar el debate sobre la estigmatización que sufren las compañeras, en este caso trabajadoras sexuales. Entrar en el debate de la regulación para garantizar derechos sociales, para combatir la violencia institucional y por supuesto discutir la regulación a partir de todo esto. Hoy hay sectores a los que les cuesta más, teniendo un candidato como Gustavo Vera como jefe de gobierno, claramente abolicionista, que no se preocupa en general del devenir después de los allanamientos espectaculares donde el aparece como protagonista mediático denunciando eso, queremos promover el después de eso y también si es necesario una regulación o no para la Ciudad de Buenos Aires, entendiendo que hubo un fallo hace dos semanas en donde dice que prostitución no es ilegal. A partir de esto ver que tan vetustos están los códigos contravencionales de la Ciudad y si hay que buscar un marco regulatorio nuevo. Y esto bordeando el sinuoso abismo de caer en polarizaciones discursivas, de antiabolicionista o abolicionista. Sí queremos separar lo que es trabajo sexual (sin discutir si es una categoría de trabajo) de la trata y de la explotación sexual también.
Sorprendió un poco la convocatoria que hizo Quebracho a votar abiertamente por vos…
Con Fernando Esteche forjamos una relación fuerte en el último año, reconociendo un poco también que él logró la adhesión de muchos sectores políticos en lo que fue una injusta criminalización de la protesta. Y cuando Fernando vino con la propuesta, más de entender la polémica que genera en sí por el caso Nisman y otras cosas, reconocemos en Quebracho a compañeros militantes que aun hoy como ayer siguen teniendo una claridad política en cuanto a dónde no quieren volver, a qué tipo de política no quieren regresar. Claramente Quebracho se coloca en la línea antiimperialista, en una línea nacionalista que piensa o por lo menos pregona no volver a los noventa. Desde ese punto es un gran aporte, sin entrar en las complejidades de Fernando como personaje mediático, porque lo es, a mí particularmente, y teniendo este debate muchas veces con la izquierda de que miden la calidad del militante, quién es más militante que otro, tener un aporte de esos claramente habla de un apoyo que por lo menos eleva esa discusión y plantea que en esta lista el ve posibilidades, sobre todo desde el nombre, en un futuro generar una configuración de fuerzas políticas que superen dicotomías que hoy nos siguen atravesando.
En el horizonte nacional, ¿cómo creés que se configuran las posibilidades? En este apoyar a la administración de Cristina, ¿el futuro candidato a presidente da igual?
Es complejo. Nosotros tenemos un apoyo nacional a la candidatura de Jorge Taiana y lo vamos a seguir sosteniendo porque nos parece que sintetiza lo mejor de este proceso político, sintetiza también una postura profundizadora de reforma tributaria, de pensar en los excluidos de la economía formal; la verdad es que tiene un programa político de avanzada. Y sostenemos nuestro anclaje, nuestro apoyo al Gobierno nacional en las políticas que expresa Taiana y hoy es más difuso porque hay sectores de la derecha que han aparecido más claramente que antes: la candidatura de Mauricio Macri no desdibuja a Scioli… entendemos que Scioli sigue siendo desde esa complejidad un personaje y un político del establishment y que no es un sucesor de la política del kirchnerismo en estos años. Pero ante la posibilidad del macrismo también empieza a correrse esa ubicación política… Hoy el escenario parece polarizado entre ellos dos, como dos alternativas parecidas en algunos aspectos pero que está claro que desembozadamente el programa de Macri habla de cercenar la política de Derechos Humanos, lo ha dicho expresamente… eso para darle matices, para demostrar que no es lo mismo. Ahora, hoy tampoco podríamos apoyar a un candidato que no sea Taiana porque la verdad que él expresa lo que nosotros pensamos que es la profundización de este modelo político.