Por M. C.*. Cuando todavía Hugo Chávez no era el líder que en un primer momento Fidel pudo reconocer, Stella Calloni ya lo había entrevistado por primera vez y tenía sentimientos y pensamientos similares. Primera parte de una entrevista con la periodista argentina sobre el legado del líder bolivariano.
-Si bien es un momento duro y difícil, se nota una forma de encarar el dolor mediante las enseñanzas que dejó Hugo Chávez, ¿no?
–Una de las enseñanzas más grandes que no se tiene en cuenta por parte de muchos analistas es que deja un pueblo absolutamente concientizado.
Los enormes cambios que se produjeron en Venezuela beneficiaron muchísimo nada menos que al 80%, antes abandonado y totalmente a su suerte. El 80% de las ganancias petroleras antes eran para el mantenimiento de la empresa. Ahora el 80%, o una cifra cercana, entra al Estado. Por eso se pudo hacer todo lo que se hizo. Se produjo un cambio en los aspectos social y cultural, en el rescate de la memoria y en la unidad con América Latina. Chávez dejó un ejemplo de lo que es una audacia revolucionaria, es decir, atreverse a hacer cosas que a veces por envejecimiento político no se hacen, porque se cree que no se pueden hacer.
-¿Cómo era Venezuela antes?
–Era una aparente democracia, ya que el 80% de la población vivía fuera del sistema mientras los grandes ricos viajaban en avión para traer todo lo que compraban de Miami. Por eso digo que es un cambio económico, político y cultural de los más importantes que se pueden dar. Para que se entienda, cada micrófono que se ponía alguien del pueblo tenía un discurso de envergadura, daba una respuesta política muy superior a cualquier político de esos grandes que aparecen en la televisión en todas partes, y este mismo pueblo nos demuestra algo que mucho no se sabe: es el primero que se levantó contra el neoliberalismo en febrero de 1989 con el “Caracazo”. Fue violentamente reprimido y se calcula que murieron 1000 personas, con algunas incluso desaparecidas. Ese mismo pueblo fue el que salió a la calle con una Constitución en la mano, millones bajaron de esos cerros y desafiaron a las armas, las mismas de los golpistas de abril de 2002. Este pueblo de ahora está concientizado con 14 años de movilización permanente, por lo que no se ha perdido ninguna elección. Es muy importante que el pueblo se haya mantenido muy unido y que no haya habido pequeños fraccionamientos mezquinos que son destructivos para los países.
-Las estadísticas en torno a necesidades básicas e igualdad son esclarecedoras.
–Los avances tan grandes que se han realizado son reconocidos hasta por organismos internacionales. El país que más ha retrocedido en pobreza es Venezuela, y tenía 80% de la población en esa situación. Cuando Chávez llegó al gobierno prácticamente Venezuela no producía alimentos para su consumo y el petróleo se compraba afuera. Ahora, en cambio, se producen alimentos para su población, como la leche, que antes era un insumo carísimo. En su momento, Chávez prometió sembrar de verde Venezuela con el petróleo. Y está sembrado de verde…
-La figura de Chávez también tuvo mucha resistencia en sus inicios ¿Cómo analizaste esto a lo largo de los años?
–Cuando Chávez hizo ese alzamiento cívico y militar, al que llamaron golpe de Estado, le decían que era gorila, y no era nada gorila. Se levantaron para exigir que ellos no fueran utilizados para tirar contra su pueblo, que no iban a obedecer más las órdenes de tirar contra la población. Además querían que se acabara la terrible corrupción y esa división tan grande, la verdadera división que hubo en Venezuela: ese 80% viviendo en una pobreza inexplicable, en la ignorancia y en el olvido, mientras que el otro 20% vivía como príncipes sauditas. Esa es la gran división. Esa división de la que hoy hablan muchos, se produce con que ese proceso tan revolucionario, de cambios tan profundos que se están produciendo, y por eso no va a ser aceptado nunca por las clases altas. Por eso es lógico que esos personajes que se llevaban todas las ganancias petroleras para vivir sus vidas como príncipes, los sectores oligárquicos del poder, que además trabajan para el exterior, estén en contra ante cualquier sociedad donde se produzca un movimiento de un gobierno en favor de las grandes masas.
-Tras su muerte se escucha a quienes reconocen que fue un líder político, para lavarse el estómago. Periodistas que no dejan de decir que “dividió a Venezuela”.
–Esos son argumentos falsos. Acá también lo dicen. Como la división que había durante el primer gobierno de Perón. Pero yo nací y crecí mis primeros años en el campo, y nunca me voy a poder olvidar de cómo se puede hablar de un país democrático en un país donde los peones, todos los trabajadores del campo lo hacían poniendo su dedo de firma y les pagaban con un paquete de yerba, un kilo de azúcar y un kilo de arroz. Para esas personas, por supuesto que era una ofensa. Cuando se ponen las reglas claras y se tiene que pagar un salario, las cosas cambian. Eso no es una división, es un Estado donde la justicia se impone y el injusto se opone. Esa es la realidad, que la estamos viendo todos los días. Venezuela no está dividida. Logró la justicia para la mayoría de su población y eso siempre se consigue poniéndole coto al que explota a los otros. Chávez hizo justicia como se propuso desde el primer momento y se produjo ese cambio en la Constitución, porque a las anteriores las escribió el poder económico, oligárquico y dominante, no el pueblo.
-¿Cómo fueron tus experiencias entrevistándolo antes y después de ser presidente?
–En 1994 lo acompañé en una gira que hizo por los barrios. Me di cuenta que había un gran líder, la gente ya lo amaba, porque había entendido que se había levantado en defensa del pueblo y que no era un golpe militar como a los que nosotros estamos acostumbrados.
Vine para acá, conté estas cosas y todos me decían “No, ¡¿cómo?!”. Pero tenían que entender que había otros países donde los militares surgen del pueblo, van creciendo y siendo generales pero con otras categorías que las que se ponen acá. Son muy distintos los orígenes de los militares y las experiencias en cada país. No nos olvidemos de los militares heroicos como el coronel Caamaño en República Dominicana, el general Torrijos en Panamá.
* Martín Crudele / @MartinCrudele / http://martincrudele.wordpress.com/