Por Leonardo Candiano. La Rollinga es una banda de rock que viene pisando fuerte en los escenarios del país. Hecha bien de abajo, aún no conoce su techo. Marcha dialogó con sus integrantes en una entrevista colectiva donde adelantan la salida de su segundo disco, Dejálo venir.
La Rollinga es una banda de rock con espíritu barrial y con un estilo propio que madura recital tras recital. Conformada por Guillote Sánchez (voz), Nico Lagrece (bajo), Nico Cappeletti (guitarra), Nachito Casal (batería) y Gustavo Castro (guitarra), en 2011 editó Barrio, su primer álbum, y en agosto de este 2013 conmemora sus tres años de rocanrol con la salida de su segundo disco, Dejálo venir, que se presentará el 3 de dicho mes en Marquee, Villa Crespo. Marcha les realizó una entrevista colectiva que aquí reproducimos.
–Para este tercer año de la banda se viene el segundo disco, “Dejálo venir” ¿qué pueden adelantarnos de eso?
-El próximo disco fue pre-producido durante los meses de noviembre y diciembre de 2012. A comienzos de 2013 se empezaron a plasmar los sonidos de batería y bajo; a la par que se avanzaba con la mezcla de las bases, se encaró la búsqueda del sonido y la profundidad de las guitarras, tarea en la que se prestó especial atención a los detalles dado que las guitarras son consideradas de particular importancia en este trabajo de la banda. La producción de las guitarras estuvo a cargo de Leandro “Lele” González (Vagantes Nocturnos), y fueron grabadas en el estudio Taun80, una mítica sala ubicada en el barrio de Almagro.
En un segundo momento, se fue encarando el trabajo de las voces y sus respectivos coros, así como la presencia de colores y texturas alternativas para cada una de las canciones. El disco contará entonces con armónicas, acordeones, teclados, set de caños (saxo, trompeta y trombón), set de percusión (tumbadoras, bongó, panderetas, cencerros, shakers), udú, ronroco, charango, sikus y shakapas. La mezcla y masterización del trabajo estará concluida a mediados de junio.
El disco estará compuesto por trece canciones que nos remontan a diferentes momentos, climas y estados, los cuales se reflejan a partir de los colores que se desprenden de cada tema según los instrumentos que acompañan, y las temáticas de las letras.
–Con el paso del tiempo se va notando una consolidación del grupo, con un estilo que ya es propio, ¿ustedes cómo caracterizan su identidad musical? ¿Con qué búsquedas iniciaron el camino en agosto de 2010 y cuáles tienen ahora?
-Al comienzo todo fue parte de un reencuentro con las cosas que nos gustan, con la esencia del rock barrial, el barrio y los amigos. Musicalmente nos gustan muchas cosas y de estilos variados, por lo que no nos encasillamos en un género; nos vemos representados por las bandas locales o los movimientos de nuestro país, lo que se siente acá y de la forma Argenta. Como así también nos gusta mucha música de afuera del país, pero creemos que la búsqueda en ese momento fue volver a las cosas simples, aunque sin dejar de lado la identidad de lo que se respiraba en el barrio años atrás. Durante estos tres años, hemos transitado además la búsqueda de la identidad de cada uno de los instrumentos en función del “todo”; así, buscamos que las guitarras encuentren su diálogo y se amalgamen a la base, así como que la voz principal tenga su despegue y sus rasgos personales.
–¿Qué significó en 2011 editar “Barrio” para La Rollinga y qué significa hoy sacar “Dejálo venir”?
-En aquel momento significó “salir a la cancha” y hoy significa todo aquello que representa el nombre del disco. La banda tiene cosas para decir y las quiere compartir con la gente. Diariamente somos incentivados a hacer todo de la manera más sencilla, cómoda y rápida posible; pensando sólo en el resultado. Solemos, así, perder de vista cuán importante es el camino y todo lo que éste significa. Dejálo venir es un reencuentro con nuestro camino y también, parte de él. Es una invitación a los paisajes, el barrio, los amigos y el contacto humano y real, a las sensaciones, los pensamientos, las raíces y a todo lo que no sea necesariamente “necesario”. Nada más real que vivirlo y compartirlo.
–¿Cómo trabajan el tema de la composición musical, apuestan a una creación grupal, se dividen tareas?
-Tenemos la suerte de que todos tienen la facilidad para componer y escribir. Nico, el bajista, es el mayor creador a la hora de componer, pero siempre un tema que llega a la sala se va con algo nuevo, con un aporte personal de cada uno, con partes nuevas y hasta con cambios en el mensaje. Las guitarras tienen una gran importancia desde lo musical y la base se hace cada vez más sólida, por lo que la voz puede jugar libremente. Hay letras y temas de sobra, temas en conjunto y temas de alguno en particular; temas nuevos y temas viejos. Sobra material y es lo que más nos entusiasma.
-¿Cuál es la apreciación que tienen sobre la actualidad del rock barrial?
-Fue usado en su momento como moda en los 90 y luego dejado de lado, pero para nosotros no es moda algo que representa a muchas personas y son un sentimiento. El sentir de lo que pasa en los barrios tuvo voz y esto se hacía popular, representativo de muchos… como todo, cuando ya no les fue más redituable o era conflictivo, fue dejado de lado por quienes pautan el consumo o los medios masivos. Pero esa gente se ve representada aún hoy por el rock barrial y no le hace falta escucharlo todo el día en la radio para confirmarlo. Solo que hoy, cuesta más hacerse escuchar.
–¿Qué es el rock y qué es el barrio para ustedes?
-Es nuestro lenguaje, nuestro compartir, nuestra manera de resumir lo que nos gusta y lo que hacemos… la amistad. Vivimos el rock y la música, con el espíritu que representa a las veredas de puertas abiertas un sábado por la tarde en algún pasaje. El rock es en nuestro país ese orgullo padecido, esa emoción al cantar el himno, el tomarse el tren-bondi-subte apretado hasta las bolas para poder ir al laburo, el viajar a cualquier parte para poder compartir una noche con amigos. Eso es rock y siempre que haya algo que decir, va estar el rock para gritarlo.
–¿Cuán difícil es para una banda de rock de la capital conseguir hoy espacios para tocar? ¿Cómo están las condiciones materiales para difundir lo que hacen?
-Tocar esta difícil en Capital Federal porque alquilar un lugar y hacer todo lo necesario para mover a la gente hasta allí cuesta mucho dinero; no sólo es tiempo. Las bandas que convocan entre 100 y 300 personas no tienen mucho margen, no le sobran lugares para tocar; por otra parte, los espacios “buenos” para presentarse en vivo tienen sus pautas, sus costos. Hay que salir a compartir al interior del país con bandas de cada provincia lo que uno hace y entender que acá sobran los clientes que quieran pagar y hay mayor oferta que demanda un sábado por la noche. Además de que ya la gente no sale tanto por estos lares a ver bandas.
Difundir hoy es trabajar ideas, remar y entender que hay gente que estudia herramientas como para llevarlo a cabo; es más complejo aún adaptarse a eso. Hay que usar las redes sociales, todo lo que esté al alcance de uno para llegar a la gente desde donde se puede. Ver que hay portales web, radios en cada comuna y medios que entienden que no sólo hay que difundir lo pautado por los grandes mercaderes, nos ilusiona. Además de que siempre hay alguien que quiere recibir una nueva mirada. Hay que abrirse, salir a compartir lo que uno hace.
–¿Son parte de alguna organización de músicos? ¿Cómo ven la construcción de espacios propios para discutir la política particular del área y organizarse por reclamos concretos? Por otra parte, ¿qué piensan de la nueva Ley de la Música votada a fines del año pasado en el Congreso Nacional?
-Siempre es positivo organizarse, darse una mano, tener lugares u organizaciones a donde recurrir. Sería interesante que ante una oportunidad, estas organizaciones no sólo incluyeran en los pocos cupos que se le otorgan a sus propias bandas. Por lo general tocan la banda del presidente, la del vice, la del primo, la del hermano y la del conocido buena onda. Siempre es bueno estar organizados, pero lo más importante es estar unidos entre las bandas y mantener la camaradería.
Respecto de la Ley, es interesante la propuesta respecto de la apertura de espacios de difusión, financiación del Estado para la elaboración de discos, la organización de Eventos también bancados desde el Estado. Los interrogantes que se nos plantean son los siguientes: ¿quién es considerado músico? ¿Quién es considerado artista? La apertura de esos espacios, ¿le dará lugar a los músicos que no son de élite? Por otro lado, ¿habrá que tocar con una bandera partidaria detrás?
Se han dado grandes pasos en este tiempo, pero aún hay aspectos que madurar. Una cosa es la ley, y otra el modo o la forma de aplicarla o llevarla a cabo.
Más información sobre la banda en su página Web y en las redes sociales