Por Sofía Athanassopoulos* desde Caracas. El Gobierno venezolano convocó a la población a debatir el aumento de la gasolina, la más barata del mundo y congelada hace 17 años. Implicancias, ventajas y riesgos de una decisión que busca frenar el contrabando e incrementar el gasto social.
Venezuela no es solamente el país con la mayor reserva petrolera del mundo, también es el que tiene la gasolina más barata: la de 91 octanos se vende a 0,07 bolívares por litro y la de 95 octanos a 0,097, esto es menos de dos centavos de dólar por litro. Un récord que si bien desde afuera luce increíble, internamente es algo que mucha gente considera justo debido a que este producto es fruto de la industria local.
Sin embargo, según cifras que dio a conocer Rafael Ramírez, ministro de Petróleo y Minería y presidente de PDVSA (Petróleos de Venezuela), cada año se pierden 12.600 millones de dólares por el subsidio que el Estado mantiene con el precio de la gasolina, congelado desde hace 17 años.
Actualmente, el costo de producir gasolina es 28 veces mayor que el precio de venta. Para el diésel, el diferencial llega a 50 veces.
Desde que se asomó a la opinión pública nacional que se estaba estudiando un aumento del precio del combustible, el tema ha originado diversas reacciones en la población venezolana.
“El incremento en los precios de la gasolina es algo ineludible, más bien nosotros lo hemos venido postergando. Sin embargo, será algo positivo porque tendremos más recursos que se invertirán en lo social”, afirmó Jesús Faría, diputado y miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Aunque, según varios sondeos, mucha gente estaría de acuerdo con algún tipo de aumento, el principal temor de la población, reflejado en algunos medios, es que el precio de la gasolina sea llevado a niveles internacionales. En Suramérica, Uruguay es el país con el combustible más caro: 1,89 dólares el litro. Chile la comercializa a 1,54 dólares, Brasil y Argentina a pesos 1,42, mientras que en Colombia el litro cuesta 1,12 dólares.
Ante rumores de todo tipo, incluyendo que el gobierno negociaba un paquete de medidas económicas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el presidente Nicolás Maduro salió al paso asegurando que el nuevo sistema para la comercialización de combustible surgirá de los planteamientos y propuestas que el pueblo genere a través de mesas de discusión, que incluirán diversas organizaciones de la clase obrera, las comunas, universidades, intelectuales y también sectores de la oposición.
Maduro reiteró que la reducción del subsidio al combustible no sólo permitirá continuar fortaleciendo el desarrollo de la nación en áreas como vivienda, educación, salud, deporte y cultura, sino que también hará más sustentable la economía energética del país.
Un precio razonable
Según cifras del Banco Mundial (2011), Venezuela está entre los más altos consumidores de gasolina con 456 litros anuales per cápita, por detrás de Estados Unidos (1.455), Canadá (1166), Kuwait (1065) o Arabia Saudita (903); pero sobrepasando a países como Japón (433), México (369), Alemania (292), Noruega (280), Argentina (166), Brasil (135) o España (140).
En cuanto a esto, el presidente de PDVSA recordó que en 2002 los venezolanos consumían 400 mil barriles diarios y hoy en día se ha llegado a los 730 mil. “Brasil, que tiene una población mayor, consume una cifra similar a la nuestra. Esto evidencia que tenemos un consumo dispendioso. Ha llegado el momento de dar una señal clara de equilibrio y de hacer un mejor uso de nuestro recurso natural”, señaló.
En ese sentido, el economista y analista petrolero Rafael Quiroz Serrano considera que el actual subsidio a la gasolina no beneficia al grueso de la población venezolana, dado que los sectores que perciben mayores ingresos concentran el 77 por ciento del parque automotor, mientras que 75 por ciento las familias venezolanas no posee vehículo.
Según Quiroz, sólo el 3,5 por ciento de los hogares que ganan salario mínimo tiene vehículo, y ese porcentaje sube a 10,7 si se totalizan las familias que ganan hasta dos salarios mínimos.
Debate nacional
Para concientizar a la población, el ministro de Petróleo y Minería dijo que el ajuste del precio de la gasolina pasará por una gran campaña informativa que dará a conocer los motivos de la medida, cuyo objetivo es establecer un precio razonable sin llegar a los estándares internacionales: “Será un debate con el pueblo. Vamos también a abrir un sitio web para recibir las propuestas. Ya hemos recibido muchas. Vamos a informar y preguntar qué piensa el pueblo. La gente no sabe que un tanque de gasolina cuesta 200 veces menos que un guayoyo (café). Haremos lo que tengamos que hacer sin traumas”.
Ramírez sacó a relucir, además, otro de los problemas que le ha traído a Venezuela el bajísimo precio de venta de la gasolina: el contrabando de extracción. Por las fronteras terrestres se van unos 45 mil barriles diarios y por vía marítima se trasladan unos 100 mil más, lo que genera pérdidas por 1.400 millones de dólares, según indicó.
Por otro lado, algunos sectores de la oposición han declarado que no están de acuerdo con aumentar la gasolina y que el gobierno debe dejar de dar donaciones de petróleo al exterior.
“Primero tienen que explicarle al país por qué tenemos que financiar los venezolanos, con el aumento de la gasolina, a los del Caribe”, dijo Liliana Hernández, secretaria política del partido de derecha Un Nuevo Tiempo (UNT).
A quienes critican los acuerdos con Petrocaribe, Ramírez respondió que la estatal petrolera tiene cómo demostrar todas las compensaciones que se realizan por este concepto y aseguró que la política de la industria es vender a precio internacional.
Igualmente, hay sectores opositores que predicen que un aumento de la gasolina, que incluso han calificado de neoliberal, podría desencadenar un estallido social.
Para el diputado Faría no cabe calificar de neoliberal al gobierno de Nicolás Maduro, aclarando que la política neoliberal no consiste en incrementar el precio del recurso energético sino en una estrategia para entregarle el poder al gran capital financiero internacional.
* Periodista venezolana