Los trabajadores y las trabajadoras del programa porteño Buenos Aires Presente (BAP), se movilizaron el pasado jueves al obelisco, reclamando el cese de la persecución sindical que padecen en su puesto de trabajo por parte del gremio SUTECBA, y mejores condiciones de atención para personas en situación de calle.
Los trabajadores y las trabajadoras del programa Buenos Aires Presente (BAP), instrumentado por el Gobierno de la Ciudad de Busenos Aires, se volvieron a movilizar el pasado jueves 14 de noviembre, desde el obelisco porteño a la Jefatura de Gobierno, en reclamo de la situación que se vive en el programa, donde la presencia de una patota sindical impide a los delegados de ATE, legítimamente elegidos por sus compañeros y reconocidos por el Ministerio de Trabajo, reincorporarse a su puestos laborales.
El programa Buenos Aires Presente surgió hace algunos años, con el objetivo de ser una solución en el plazo más inmediato para aquellas personas en situación de calle. Según indican desde el propio ejecutivo porteño con el BAP se busca “atender a personas y familias en condición de riesgo social, afectadas por situaciones de emergencia o con derechos vulnerados y, en general, a población en situación de calle con necesidad de orientación, información y asesoramiento sobre servicios sociales”. El programa funciona con paradores nocturnos y cuenta con diferentes profesionales (psicólogos, trabajadores sociales y operadores sociales), para atender las demandas de aquellas personas que recurren al mismo.
Sin embargo, y a pesar de lo declarado, la situación en el programa es bastante diferente. Por un lado existe un vaciamiento del mismo donde la falta de recursos es la nota habitual. Camionetas rotas, falta de gasoil, de insumos y de cupos en los paradores se convierte en parte de la realidad cotidiana, junto a esto también aparece el abandono de muchas familias a las cuales no se les da respuesta.
Por otro lado desde el gobierno de la Ciudad, y a partir de la cartera de Desarrollo Social y la subsecretaría de de Fortalecimiento Familiar y Comunitario, se intenta frenar cualquier tipo de organización de los propios trabajadores que lleve a un cuestionamiento de las condiciones bajo las cuales opera el programa, y de la propia situación de quienes allí ejercen sus tareas.
Con un proceso de organización que surgió en octubre de 2012, los trabajadores y las trabajadoras decidieron enfrentar esta situación. Recibieron como respuesta el accionar de patotas del gremio SUTECBA y el desconocimiento de la junta interna ATE-BAP legítimamente constituida.
Luego de meses de lucha y reclamos, y con el reconocimiento del Ministerio de Trabajo de la Nación, los delegados del programa buscaron regresar a sus trabajos. Sin embargo, el 30 de octubre pasado, recibieron como respuesta una vez más el accionar de las patotas, que impidieron el ingreso de los trabajadores al Hogar de Ancianos Rawson. La fuerza de choque la lideraba Oscar “Cuca” Alcucero y la integraba parte de la barrabrava de San Lorenzo. Frente a esta situación, desde el ejecutivo porteño la única respuesta que pudieron ensayar fue mirar para otro lado y señalar que no podían asegurar la integridad física de los trabajadores como declaró Ramón Lanús, director general de Atención Inmediata.
Frente a esta situación, los trabajadores y las trabajadoras decidieron movilizarse el jueves pasado al obelisco porteño, reclamando tanto por sus derechos sindicales, como por la situación de abandono y desidia que vive el programa.
La patota participa de muchos negociados
De esta manera se refirió Julieta Minervini, delegada electa de ATE en diciembre pasado, al ser consultada por Radio Sur sobre la medida de lucha que estaban llevando adelante. La delegada sostuvo que la patota de SUTECBA utiliza el Hospital Rawson como “su kiosco”. Minervini explicó que “ahí se utilizan las camionetas para transportar sustancias ilícitas. Cuestiones que no tienen que ver con las tareas que nosotros realizamos cotidianamente en nuestro trabajo sino con otras tareas muy diferentes”.
Por otro lado, refiriéndose a la complicidad con la cual actúa la patota en el Hospital Rawson, la dirigente sindical afirmó: “Esto es así porque el gobierno de la ciudad deja que esto pase, por eso vamos a exigir que el gobierno se haga cargo. No queremos caer en que esto es una lucha entre sindicatos porque no lo vemos así y creemos que el gobierno debe hacerse responsable porque es el encargado de garantizar la seguridad no solo de los delegados sino de todos los trabajadores”.
Por último, sostuvo que en esta lucha que llevan adelante los trabajadores y las trabajadoras del BAP, se han acercado dirigentes y partidos de un amplio espectro político. “Tenemos el apoyo de muchos legisladores, de muchos bloques que van desde la izquierda hasta el kirchnerismo, y de muchos comuneros de la ciudad también de varias corrientes”, finalizó Minervini.