El jefe de Ejército estadounidense culminó una breve gira por Afganistán e Irak. Reforzar esa zona es prioridad para la Casa Blanca para seguir controlando la región.
El general Martin Dempsey culminó ayer una breve gira por Afganistán e Irak, naciones invadidas por Estados Unidos durante la década de 2000. El jefe principal del Ejército estadounidense estuvo apenas algunas horas en cada país, algo que no fue razón para que retornara a su país sin vivir algunos sobresaltos.
En el caso de Afganistán, los grupos de la resistencia desde hace semanas vienen incrementando sus ataques contra las tropas locales y las bases militares norteamericanas, implantadas desde 2001. El principal enclave, ubicado en Bagram, fue blanco de un ataque con cohetes, uno de los cuales alcanzó el avión en el que se trasladaba el militar. Cuando se produjo la incursión, que dejó dos soldados heridos, Dempsey se encontraba durmiendo. Los daños provocados a la aeronave llevaron a que el militar se trasladara en otro avión para arribar a Irak. Bagram es una de las bases militares que más ataques ha sufrido en el último tiempo.
La llegada de Dempsey a Afganistán se debió a la preocupación de la Casa Blanca por la multiplicación de los ataques de miembros de las fuerzas afganas en contra de los efectivos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). Solamente en la semana pasada, estos enfrentamientos han dejado como saldo 40 soldados extranjeros muertos.
Washington también observa con inquietud la creciente infiltración de insurgentes en las filas afganas. Antes de partir, Dempsey aseguró que el aumento de los asesinatos de soldados de la Otan no afectaría el calendario de retirada de las tropas extranjeras, que abandonarían el país a fines de 2014.
Cifras oficiales indican que desde el comienzo de la invasión en territorio afgano, dos mil uniformados extranjeros han muerto, pero el portal independiente http://icasualties.org/, calcula la cifra en 3.155.
Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicado el 8 de agosto, un total de 1.145 civiles afganos han muerto y unos 1.954 han resultado heridos durante la primera mitad de 2012. Recientemente, una encuesta realizada por el Instituto de Evaluación de Opinión Pública, reveló que dos tercios de estadounidenses están en contra de la guerra de Afganistán y reclaman que finalice pronto.
Influencia sobre Irak
En apenas seis horas en Irak, Dempsey dejó claro que la “influencia” de la Casa Blanca sobre ese país continuará. El militar se entrevistó con el presidente iraquí Nuri Al Maliki, y con su homólogo, general Babaker Zebari.
Dempsey declaró que en Irak “nuestra influencia y nuestra implicación continuarán. Pero a partir de ahora actuaremos como socios y no como dueños”. Esta fue la primera visita de un jefe del Ejército estadounidense luego del retiro de las tropas extranjeras.
En la reunión Al Maliki, el militar abordó el actual conflicto en Siria y el interés de Irak en desarrollar el entrenamiento con las fuerzas estadounidenses, como también la compra de material informático norteamericano, sobre todo radares, armamento para defensa aérea y equipo para seguridad de fronteras.
“Han pasado solo ocho años y me parece que han aprovechado la oportunidad, como esperábamos que hicieran”, afirmó Dempsey, que a su vez señaló que Irak podría servir a largo plazo de modelos democrático para el resto de Cercano Oriente.
En el último tiempo, y con respecto a la situación siria, el gobierno iraquí mantuvo una posición más cercana a Irán y Líbano, y se ha negado a retirar a su embajador de Damasco.
Irak fue invadido en 2003, después que la administración del ex presidente George W. Bush presentara pruebas -que resultaron falsas-sobre la existencia de armas de destrucción masivas en esa nación. Cifras no oficiales indicar que un millón de iraquíes han muertos bajo el fuego de las tropas extranjeras.